sábado, 30 de julio de 2022

 

conversas.com
Mª Jesús e Fina Castro García
Taberna do Chosco


Las tabernas tradicionales del rural, que pululaban hace medio siglo, son hoy un modelo en extinción. En el municipio meañés más de la decena repartidas entre las siete parroquias y hoy desaparecidas: taberna de Félix, Galiñáns, Victorino, Enrique, Cayetano… que así las mentaban los vecinos, a falta de nombre comercial. De ellas tan sólo subsisten hoy dos, que son las de de Valentín en Meaño y O Chosco en Xil, agotando ambas el postrero relevo generacional. Era un modelo de comercio local multisectorial donde en algunas al uso, amén de comestibles, podía encontrarse uno con el chiqueteo de vinos, la venta por telas, ropa, ferretería, comercio agrario y sede local de juegos. La más longeva, que se mantiene hoy, es
 la taberna de
 “O Chosco” en Xil, con un siglo a cuestas en el mismo local a lo largo de cuatro generaciones. A ella nos acercamos a través de la memoria de Delfina Castro García (Fina), a sus 89 años, y de su hija Mª Jesús, madre (que regentó) e hija (que lo hace hoy) este establecimiento. 

“LA TABERNA LA ABRIÓ EL BISABUELO VICENTE QUE REGRESÓ DE CUBA SIN UN OJO”

¿Cuándo se gestó la taberna y a qué debe el nombre?
FINA: La abrieron mis abuelos (bisabuelos de Mª Jesús), Vicente García Rosas y Delfina Moldes García. Él acababa de regresar de trabajar en Cuba, donde había quedado tuerto al perder un ojo. En su lugar traía un ojo de cristal, de ahí le quedó el nombre por su apodo “O Chosco”.
Situándonos en el tiempo: ¿de qué años estamos hablando?
FINA: Yo nací en 1933. A mi abuela ya no la conocí porque falleciera, pero sí al abuelo Vicente. Cuando tenía yo unos cuatro o cinco años, recuerdo ya esta taberna. Calculo que podía llevar abierta diez o más. El abuelo Vicente contaba que esta taberna había sufrido el ataque de ladrones bajaban con mulas de robar en el monasterio de Armenteira.


María Jesús Castro García en su taberna de "O Chosco"

Una tienda que lleva, ahí es nada, abierta un siglo.
Mª JESÚS: Si, a excepción de un año, en que al acabar la Guerra Civil las autoridades franquistas mandaron cerrarla.
FINA: Fue la tirria entre los dos bandos. Se conoce que el abuelo simpatizaba con los republicanos y el otro bando (el franquista) lo sancionó cerrándole la taberna por un tiempo. En ese tiempo mismo abrió una segunda tienda en Xil, que era la de Martiño.
Supongo que el establecimiento pasó de abuelos a sus padres.
FINA: Así fue. Pasó a manos de mis padres, Ramón Castro Torres y Rosa García Moldes. Mi madre falleció cuando yo tenía 13 años (1946). Nosotros éramos cinco hermanos, de ellos tres mujeres. Como yo era la más joven me quedé al cargo de la taberna y de mi padre, y mis otras dos hermanas hicieron vida, una en Ribadumia y otra en Pontevedra.
¿La taberna fue el modo de vida de la familia?
FINA: La taberna y las ferias. Mi madre vendía telas por las ferias: en las de Meaño (cada 13 y 29 de mes), en las de Cambados, Mosteiro... Hacían kilómetros y kilómetros con los fardos en cuestas en un carrillo. Aquellos sí eran tiempos duros. Mi madre acabó cogiendo una anemia, le afectó al pulmón, y ello precipitó su muerte a los 43 ó 44 años.

Fina Castro al frente de la taberna familiar hacia 1956

¿Cuándo asumió usted la taberna?
FINA: Muy joven. Con 20 años estaba ya al frente de ella. Y siempre soltera… A mis 89 años creo que ya no tengo edad para casarme (risas).
¿Recuerda las cartillas de racionamiento cuando venía a comprar la gente?
FINA: Sí. En las cartillas apenas sí había cupones para dos o tres cosas: aceite, harina y azúcar, poco más.
¿Cómo era la taberna de aquellos años 50 ó 60?
Mª JESÚS: Era tienda de comestibles, telas, ropa, sulfatos, ferretería… y bar a un tiempo. Abría todos los días de la semana… y del año. Aquí se vendía de todo. Añadido, al fondo, en un local al que se entraba por la propia taberna, cortaba el pelo y afeitaba el barbero de Xil, Hermosindo Solla,  que acudía dos tres veces por semana, más el domingo incluido. Además, aquí ensayaban los vecinos las “xaneiras” para salir luego con ellas de noche por Navidad. Por lo demás, la taberna, con una zapatería que había justo al lado, eran lugares de encuentro de vecinos cada noche. Aquí compartían tiempo, juegos, y otras veces discutían o incluso peleaban.
¿Cómo eran los artículos de alimentación que se vendían entonces?
Mª JESÚS: El aceite se vendía a granel por cuartillo, lo mismo el azúcar, la harina... Había que pesarlo todo. Recuerdo como hasta el chocolate, que era el duro de tableta gruesa de “La Perfección”, se vendía por onzas.
FINA: Tal eran las dificultades, que recuerdo bien como, cuando por Navidad, una mujer muy humilde entró a comprar dos pesetas de membrillo, que era fina lámina: “hoxe nace o Neno Xesús -dijo- e debo levar un postre para que a familia poida mollar os beizos con este dóce”.

Una imagen exterior de la "Taberna do Chosco" actualmente

¿Y qué se vendían en las demás secciones?
Mª JESÚS: Solían venderse telas, como mahón y lienzo. Por entonces las mujeres confeccionaban sábanas, pantalones, camisas… Por entonces toda mujer sabía de costura para tratar se vestir a la familia. También se vendían jerséis, chaquetas, un poco de todo. Luego estaba la venta de sulfato de piedra y otros, artículos de ferretería, herramientas de campos como “sachos” (azadas), rastrillos, “peneiras”…
Esto debía ser como unos grandes almacenes a pequeña escala en el rural, ¿no?. Y a la hora de financiar la compra ¿se contemplaba en fiar?
Mª JESÚS: Sí,  era un comercio con mucho abanico de productos. El fiar era una práctica habitual en unos años de muchas dificultades: algunos vecinos lo compraban así, añadiendo el “anótame ahí”. Era un acuerdo oral, que se basaba en la confianza. Luego pagaban poco a poco,  por semana, a fin de mes… según podían. En tienda tenía que llevarse esa contabilidad. La mayor parte de la gente era cumplidora, aunque alguno se hacían de rogar para saldar la deuda.

¿Se mantiene hoy en casos la práctica?
Mª JESÚS: No, ni tampoco lo demanda ya nadie. Es una práctica olvidada.
En cuanto a la sección de bar: qué era lo que más se servía en el mostrador en aquellos años 50 ó 60?
Mª JESÚS: En las horas punta de bar, sobre todo se servía tinto país y catalán blanco. Aquí era también parada de los autobuses de la firma Balea, y a la hora en que llegaba, se apeaba la gente que venía de Pontevedra y mismo el conductor, que entonces tenía  ya preparada en el mostrador su chiquita diaria de vino.
¿Recuerda servir los primeros albariños?
Mª JESÚS: El albariño era un vino que había algo en esta casa, pero se tomaba en una ocasión especial,  no era vino de mostrador. A lo sumo, se tenía servido en alguna ocasión, y recuerdo la protesta de un cliente que le decía al abuelo que aquello no era vino… Cuando pedían un vino blanco, se servía catalán (vino hoy prácticamente desaparecido).
¿También servían café?
FINA: No. La gente que podía de aquélla solía tomárselo en casa. Bueno, café no, se tomaba agua con achicoria, que era más barato. En ocasiones, si podía permitírselo, mezclarle un poquito de café.

Otra instantánea en el interior de la taberna

La taberna era también sitio de juegos, ¿no? ¿Cuáles eran aquéllos en los que más mataba el tiempo la gente?
FINA: Sobre todo se jugaba a las cartas. En aquellos años, cuando se producía un incendio en el monte, era obligado subir a apagarlo. Cuando eso sucedía, los que estaban echando la partida en la taberna, se escabullían saliendo por una escalera de atrás, para no ser reclutados por las autoridades y tener que subir al monte a apagar el fuego.
Mª JESÚS: Otro de los juegos era la llave. Se tenía una en taberna y la colocaban ahí fuera cuando la pedían los clientes. En año los 90, cuando se retomaron un tanto los juegos populares olvidados, alguien nos la pidió que la teníamos ahí parada, yaquella llave ya no volvió.

¿Y para cuando llegaron los primeros refrescos?
Mª JESÚS: Los primeros que recuerdo aquí era el Fis-Fas en los años 70. Luego, la gaseosa Pitusa, la Mirinda (en la imagen el refresco de una generación) los primeros helados de Avidesa. Por aquellos años cinco o seis pesetas cundían mucho.¿Cuándo entran en decadencia estas tabernas del rural?
En alimentación fue con la llegada de los supermercados en los años 80. Luego, más aún, con las grandes superficies. Las crisis afectan más a los comercios más pequeños.
¿Percibió algún tibio repunte en ventas con la irrupción de la COVID?Mª JESÚS: Testimonial. Cuando el confinamiento y el miedo a salir, algunos vecinos optaban algo más por este comercio inmediato y cercano.
¿Cuál es el tipo de cliente que entra por la puerta?
Mª JESÚS: Gente mayor y cercana. Los jóvenes compran en las grandes superficies y, la última, es hacerlo por internet.

¿No le ve futuro a este modelo?
Mª JESÚS: Para nada. Es un modelo a extinguir, mismo invertir en el local no es rentable. A mi caso, a mis años mantengo la tienda para tratar de cotizar como autónoma, lo que se dice subsistir y esperar a que llegue a jubilación.
¿No le ve la opción de reconvertir el modelo para mantener vivo el espíritu de la “taberna do Chosco” en otra vertiente?
Mª JESÚS: Como modelo la taberna que fue y es aún, no lo veo posible, máxime en el rural. Si acaso, si alguien opta por querer alquilar y darle un giro al establecimiento al modo hostelero, pero a mis años no me veo en ello. 


domingo, 24 de julio de 2022

 

conversas.com
Marisa Dovalo Méndez
Dueña de "Marisa Moda" (Dena) 


“Marisa Moda” fue durante más de 50 años uno de los emblemas de comercio meañés. Abierto a finales de los años 60 fue creciendo para pasar de taller de costura a mercería y, a mediados de los 80, en un comercio de moda al uso. En su haber, las dimensiones grandes y su apuesta por marcas únicamente españolas a fin de poder garantizar la calidad de prendas y calzado. Añadido, un servicio de costura abierto en un taller anexo en tienda, para ajustar la ropa y mismo confeccionar cortinas y ropa de casa a gusto y encargo del cliente. No en vano, Marisa (nombre que en su partida de nacimiento reza como Luisa Eligia), a sus 76 años sigue siendo una de las caras más reconocidas por su dedicación de más de 50 años cara al público en una tienda de moda que fue su vida, que rezaba con su nombre y que era un referente que ahora se extingue con el cierre.

“EL SECRETO PARA EL ÉXITO DE UNA TIENDA DE MODA ES TENER MUCHO FONDO DE ARMARIO” 


¿Cómo se inició en el mundo del textil?

Yo me inicié siendo costurera a los 15 años. Aprendí a coser yendo a taller de costura con Marina “A Bichirigha”. Éramos cinco o seis alumnas con ella. Y ya con 15 años caminaba con una máquina de coser en la cabeza para trabajar a domicilio allí donde me requerían: Dadín, Seixiños, Morouzos, Paradela, Vilalonga, Nantes. Anduve muchos kilómetros con la máquina sobre la cabeza (Marisa Méndez en la foto anexa)
¿Recuerda cuál fue su primera máquina?
Era una Alfa que me había comprado mi padre. No recuerdo el dinero que costó.
¿Y cómo dio el salto a la costura y luego comercio?
Fue al poco de casarme en 1966. Tito (su marido) y yo empezamos viviendo en casa de mis padres en Vilarreis, pero al poco iniciamos la construcción de esta casa (en Rúa Santa Lucía) y aquí en el bajo abrí un pequeño taller de costura. Recuerdo que criaba a mis dos hijas pequeñas, entretenidas dentro de una cesta aquí en el taller mientras yo cosía. Ahí se acabó lo de ir casa por casa.
¿Qué era lo que más le encargaban como costurera a domicilio y luego más tarde en su taller?
De todo, porque en aquellos años 60 por aquí se compraba poca ropa, más bien se confeccionaba: yo hacía blusas, faldas, camisas, pantalones, sábanas, almohadas…
Y de ahí a la mercería...
Cuando abrí el taller de costura  acabé abriendo también en él una pequeña mercería, que rezó ya desde el inicio como “Mercería Marisa”. Era un pequeño cuarto de apenas unos 30 o 40 m2, y empecé vendiendo en ella ropa interior, luego alguna falda, algún jersey de señora, alguna chaqueta… Pero siempre cosiendo: tocaba mucho subir bastas de pantalones, ajustar sisas, poner hombreras, todos los ajustes los hacía yo misma en tienda, amén de ir atendiendo encargos de confección.

Marisa Méndez en su tienda recién cerrada

¿En los 70 aún vendía en ocasiones a fianza?
Sí, sí, era práctica habitual. Los clientes eran conocidos, pero la gente era fiel a la hora de pagar las deudas, salvo algunas excepciones que siempre tiene habido.
¿Cuándo amplió para convertirse en “Marisa Moda”?
Fue a mediados de los años 80, que ampliamos para abarcar toda la planta baja y más, con un local amplio y una imagen moderna, ajustada al momento. Añadido, tenemos un almacén anexo, y con el tiempo dos, de los que poder tirar para tienda. El crecer hizo que pasáramos a ser tres, yo y dos mujeres más, una en costura y otra tienda. A la par, también trabajamos en la confección de cortinas y estores, por lo que pasamos a contar con dos y tres operarios más para su instalación. Además, por entonces dimos el paso a meternos también con mucho calzado.


Una de sus imágenes de campaña en "Marisa Moda"

¿La jubilación le apartó del este mundillo?

No, para nada. Sí dejé de estar cara al público y fue mi hija Mayte Domínguez Dovalo la que asumió gestión y cargo de la tienda. Pero yo seguía ahí, tomando decisiones en todo.
La tienda acaba de cerrar hace nada. ¿Cuál fue la razón que le llevó a ello?
El COVID nos tuvo dos años sin vender ni comprar nada. Fue la puntilla, porque se suma ahora a que mi hija Mayte y su marido están afincados en Pontevedra, tienen sus negocios allí y les resulta muy complicado gestionar también esta tienda en Dena. El problema es que es una tienda muy grande, exige mucha atención, mover un volumen grande de ropa, volver a llenarla después de los dos años por el COVID… Eso lo complica aún más. En realidad, fui yo la que decidió cerrar, sugería a mi hija de que era lo mejor.
Usted vendía también mucho para celebraciones.
Sí, y con el COVID durante dos años no hubo bodas, ni fiestas del Sacramento, ni primeras comuniones, que era épocas de mucha venta, todo eso se paró y fue un lastre añadido.

Una imagen de "Marisa Moda" cuando estaba abierta

¿Cuál era el prototipo de cliente que recibía en tienda a lo largo de tantos años?

Muy variado. Desde clientes pudientes a otros que menos, gente mayor y otra joven, muchos clientes fieles de la zona, pero mismo otros llegados desde Vilagarcía, Pontevedra o Marín que, por referencias, se desplazaban ex profeso para comprar aquí. La verdad, a lo largo de todos estos años me siento orgullosa de haber tenido una clientela muy buena y muy fiel. La gente venía y volvía, y eso siempre era gratificante.

¿Ropa y calzado siempre de marca española o entraba también en los últimos años ropa “Made in…” un país asiático?

Siempre ropa y calzado español. Se trataba de mantener la calidad y nunca se nos pasó por la cabeza recurrir a lo asiático, aún sabiendo que sus precios estaban siendo más bajos, y que significaba una competencia adicional. Pero siempre nos mantuvimos fieles a la marca española.
¿Alguna marca de referencia en sus compras?
Hubo muchas, la que más, la firma malacitana Sonia Peña, tanto en ropa como en calzado. Esa era una de nuestras referencias a la hora de comprar.
Cuando el cliente supo de cierre anunciado ¿le manifestó algo?
Sí, mucha gente nos expresaba la pena por el cierre, o mismo nos alentaban a seguir abiertos, porque para muchos éramos tienda de referencia, cercana, que siempre le quitaban de un apuro.
¿Lo último fue rebajas de temporada o por liquidación?
Fueron ya rebajas por liquidación en lo que llevamos de año 2022.


Interior de la tienda hoy cerrada ya

¿Le queda mucha ropa o lo ha finiquitado todo?

Queda mucha todavía en almacén. Ahora, la única opción es que llegue algún feriante por la puerta para comprar el lote a modo de saldo, casi regalada, para venderla luego en mercadillos y ferias.
Ahora, con la tienda ya cerrada: ¿siente alivio o nostalgia?
Ninguna de las dos cosas, no tengo nostalgia ni pena, además fue una decisión mía.
Desde que era conocido su cierre, la verdad ¿no tuvo una oferta para tomar el relevo de la tienda y aprovecharse de una firma con solera que estaba vendiendo bien?
La verdad es que no. Esta es una tienda grande y eso supone esfuerzo e inversión. El secreto para el éxito en una tienda así es tener mucho fondo de armario. Eso que no se ve en escaparate ni en tienda es muy importante, y ahí, en almacén tiene que haber volumen. El riesgo del textil es lo que lo que compras igual no lo vendes.
Dado que la tienda está en la planta bajo de su casa, y ha pasado ya el trago del cierre: ¿Estaría abierta a escuchar una oferta?
Claro ¿por qué no? Pero llegado aquí ya nada de eso me quita el sueño.





sábado, 16 de julio de 2022

 

PEPE VARELA: APRENDÍ MÁS 4 AÑOS EN LA OPOSICIÓN QUE 16 EN EL GOBIERNO

        

De mano de la asociación cultural y deportiva G.A.M., la Axencia de Lectura Municipal de Meaño, tirando de imaginación, mudó por un momento ofrecer su última entrega del foro de primavera-verano de “Cova do Trasno”. Pudo hacerlo en una atmósfera cercana, generada por una iluminación cálida dispuesta por la organización a media luz a lo "chill out". Una melodía pausada de piano en directo daba la bienvenida a la treintena de personas que se citaba para llenar el aforo en la noche viernes. El invitado, José Varela Budelo que, a sus 73 años, es una de las voces autorizadas en hablar de la política municipal, llegaba avalado por su trayectoria de 19 años como edil, de ellos 15 años en el gobierno como mano derecha de Jorge Domínguez (1991-2006) y 4 en la oposición tras su retorno a la política local de manos Meaño Independiente (2015-19).


Imagen de la bibliotea municipal a lo "chill out" para acoger el coloquio con Pepe Varela


El foro contó con la voz de la soprano meañesa Rosana Domínguez Rey que, acompañada al piano por Goretti Domínguez Domínguez, le puso la otra nota dulce a la noche, enmarcando musical y emocionalmente el momento. En ese ambiente informal, Varela reconocía que “aprendí mucho más en los 4 años en la oposición que en los 15 del gobierno, porque desde la oposición todo se hace mucho más complicado, y eso te pide más. “A mí -agregaba- lo que ha tirado siempre era acudir a cada obra, estar sobre el terreno”.

Logro y asignatura pendiente

Preguntado por una obra que gestionara y que le dejara mejor sabor en su periplo como primer teniente alcalde y edil de obras y servicios, se decantaba por la ampliación de la carretera PO-303 a su paso por Simes. “Cuando se proyectaba -explicaba Varela Budelo- le propuse a Jorge que me dejara hablar con los vecinos con propiedades colindantes con la carretera, para conseguir la cesión de terrenos en toda su amplitud, e ir más allá pensando en dotar en el futuro a Simes de saneamiento y aceras”. “Jorge -añadió- me advirtió que eso iba a ser muy complicado porque eran muchos propietarios Dediqué muchísimo tiempo a hablar con cada vecino, lo conseguí y eso nos permitió lo que Simes es hoy en esa carretera: ancha, con saneamiento y aceras”.

La asignatura pendiente, admitía, “fue un pequeño tramo de la PO 303 entre A Feira y el Pazo de Lis aquí en Meaño, donde no logré convencer a una vecina colindante para la cesión y hacer posible la construcción de acera… Es un lunar que sigue aún sigue ahí hoy desde aquellos años 90”.
En el anecdotario, relataba algún trago surrealistas en el rural: “Cuando la hora de colocar una farola pública en un camino -rememoraba-, dos vecinos se enfrentaban, cada uno pidiéndonos que la luz iluminada más su era que para la otra. Como ninguno cedía en su pretensión, nostros decidimos colocarla iluminando el centro entre ambos, que era lo lógico, pero los dos se cabrearon y nos tuvieron enfilados durante años”.

Pepe Varela en primer término, con Rosana y Goretti en su interpretación al fondo

Meaño en el exterior
En su impasse entre 2006 y 2015 reconocía que lo habían buscado para partir arriba en varias listas “desde fuerzas de todos los colores”. Sobre el presente, evitó posicionarse en relación a Carlos Viéitez, emitiendo sólo una visión: “cuando salgo fuera de Meaño -afirmaba-, lo primero que me pregunta la gente es que está pasando en Meaño con la política municipal”. “Con Jorge -recordaba- Meaño era un municipio modelo entre los pequeños, teníamos una imagen aquí y en el exterior que se admiraba, Jorge asumió la presidencia de la Mancomunidad como independiente, cuando ésta estaba empeñada y nadie quería la presidencia. Él mismo negoció con las empresas acreedoras para que renunciaran al 40 por ciento de la deuda, o irse la Mancomunidad a la bancarrota. Lo logró para, a partir de ahí, poder enderezar bajo su gestión el órgano mancomunado, cuya presidencia ahora sí se pelean hoy”.


En la voz de Rosana Domínguez la canción “Lela” puso el emotivo broche final a la velada (ver foto anexa, con Rosana en la voz y Goretti en el piano). Por una una hora, con presencia de personas vinculados por sus cargos a Meaño Independiente, PSOE y BNG,  pudo abordarse con mesura la política local en un coloquio abierto, sin acritud y con normalidad, de lo que se felicita la asociación cultural y deportiva G.A.M.

 




domingo, 10 de julio de 2022

 

conversas.com
Xabier Rial Barreiro
Ingeniero técnico agrario


¿Le preocupa conocer el riesgo real al que vivimos expuestos con los fitosanitarios aplicados de forma masiva al monocultivo del viñedo creciente en O Salnés? ¿Por qué son tan caros los sulfatos que se compran en tiendas agrarias? ¿Estamos aplicando o abonando mal? Y, si usted está rodeado tiene su casa rodeada de viñedos: ¿que hacer minimizar el riesgo a verse expuesto de forma constante a los sulfatos? Esta y otras cuestiones se abordan en esta “conversa” con Xabier Rial. Natural de Dorrón y afincado en Cambados, este ingeniero técnico agrario trabaja desde hace una década con firmas como Bayer, Basf, Syngenta y Sipcamp, entre otras. Su actividad se centra en la evaluación de fitosanitarios aplicados viñedo y huerta, y valorar su efectividad e idoneidad cara a su salida al mercado. Un Xabier Rial que departía en Meaño en el marco del foro de primavera-verano de “A Cova do Trasno”, organizado por la asociación cultural y deportiva G.A.M. Entre el público, dueños de viviendas afectadas por la inmediatez de las parras, técnicos agrarios, representación sindical y mismo vecinos de otros municipios que no quisieron perderse el departir en este coloquio. En él, en un ambiente distendido, este ingeniero departió sin ataduras de los intereses de las grandes firmas vitivinícolas. El meañés Antonio Miniño, acompañado de su guitarra, puso la música en vivo que enmarca cada unos de estos encuentros. Miniño lo hizo con la interpretación de la copla, eligiendo canciones con su guiño al viticultor y al vino.
 

“LLEGARÁN FITOSANITARIOS MENOS TÓXICOS QUE LOS QUE MANEJAMOS AHORA”

 
¿Cuáles son los pasos que sigue un fitosanitario para poder ser autorizado en su salida al mercado?

Lo primero es estudiar una molécula en laboratorio. Si se demuestra que en laboratorio funciona, el siguiente paso es evaluar su toxicidad a nivel humanos y medio ambiental. Si en ella se comprueba que, digamos, no mata mucho, ni a bichos ni humanos, llegaría la tercera fase, que sería a nivel agrológico: ahí es donde entra mi trabajo, con consiste en evaluar cómo funciona la materia en el campo. De partida, existen pocos productores materias activas. Una vez desarrolladas es cuando se ceden a las firmas comerciales (Bayer, Basf, Syngenta, etc.) que son la que fabrican el fitosanitario sobre seguro. Todo esto es un proceso largo, que dura entre 5 y 10 años, y que cuesta muchísimo dinero. Esa es la razón que explica que los algunos fitosanitarios sean tan caros en el marcado.
Usted lleva 12 años trabajando en esa fase agrológica. ¿Es cada vez más restrictiva la noma para aprobar un fitosanitario?
Sí. Antes, para lograr el registro y poder salir al mercado un fitosanitario, únicamente se testaba a nivel agrológico, no más. Hoy, en cambio, se precisa ya de un estudio sanitario, y el primero por el que se arranca es a nivel humanos. Si en esa fase se comprueba que esa materia activa ya formulada es muy buena, pero que es demasiado tóxica a nivel humano, se para y no seguirá adelante. De prosperar, llegaría un segundo filtro, que es a nivel de animales: abejas, ratones, conejos… Si se comprueba que, aún matando algo, no mata todo y el daño no es excesivo, podría seguir adelante. Y un tercero, el más fácil de pasar, sería el agrológico, que es testarlo sobre el campo, las dosis adecuadas de para la venta, donde únicamente se comprueba su efectividad sobre la planta.
¿Qué fitosanitarios se han caído del mercado de un tiempo a esta parte por estas restricciones?
El clorpirifos que se utilizaba para la polilla de la uva… Para eliminar la polilla era bueno, pero a nivel toxicológico para humanos era muy dañino y, por esa razón se cayó. Los viticultores han de saber que los insecticidas van a desaparecer prácticamente todos, dados sus niveles de toxicidad para humanos, salvo aquel que sea realmente muy selectivo. También se van a caer muchos de los fungicidas que vemos hoy en las tiendas agrarias.


Un momento do foro "A Cova do Trasno

¿Y algunos fitosanitarios nuevos en el horno para llegar?
Muchos. Ahora se están recuperando materias activas que se habían dejado aparcadas dudando de su efectividad, y se empieza trabajar con algunas a nivel semi-biológico, que son las que se van a quedar, y que servirán para elaborar fitosanitarios más seguros, incidiendo en la baja toxicidad y en la no persistencia de residuos.
¿Somos conscientes de los riegos que nos traemos entre manos? ¿Los aplicadores leemos esas fichas de seguridad?
No. Todo fitosanitarios tiene dos fichas. Una es la de registro, que es la que leemos, para conocer las dosis que debemos emplear a la hora de aplicar. La otra es la ficha de seguridad, que nos advierte de los riesgos, y que es la que no leemos: si lo hacemos, igual no lo utilizamos. Nos pasa un poco como con los medicamentos, nos saltamos el capítulo de efectos secundarios y riesgos.
Para la salud, ¿cuáles son los riesgos más importantes de los fitosanitarios con los que estamos trabajando?
Con lo que estamos manejando y esparciendo al aire son productos muy tóxicos con sustancias mutagénicas y cancerígenas.


Nos vamos a la viña. A la hora de aplicar ¿cuál es esa práctica habitual incorrecta que a menudo ve y que no debería hacerse?

Yo le quitaría los ventiladores a los atomizadores a los tractores. Esa es una herramienta que fue concedida para los frutales, pero no es ideal para el sistema de emparrado. El atomizador es suficiente, el ventilador que se la añade, sobra. El aplicador debe dar por seguro que el sulfato sube cuatro ó cinco metros por encima de la parra, ese no cae en su viña. La otra práctica incorrecta es aplicar con viento. Con tan sólo más de 5 kms. por hora, que ese que mueve la hierba, no debemos aplicar, y la norma así lo establece. Además, cuando hace algo viento, el aplicador opta por subir la presión a su atomizador para que el sulfato suba más, alegando que, de lo contrario, el sulfato no sube y el viento se lo lleva por debajo del emparrado. Pero si sube la presión, lo qe hace en gran medida es sulfatar la finca colindante...  o en su caso la vivienda inmediata.
¿Cuál es la presión idónea con que debería trabajar un atomizador?
Entre 8 y 12 bares, nunca superar esos 12.
¿Cuánto puede recorrer una nube de sulfato por encima de la parra?
Sin viento perceptible, puede recorrer de por sí 20 metros. Imagínate con algo de viento… puede rondar el centenar de metros ó más.


Xabier Rial con el público al final el foro


¿Se aplica en exceso en el viñedo Rías Baixas?
Sí.
¿Seguro?
Sí, seguro. Por campaña estamos aplicando en O Salnés una media 12 manos de sulfato, que algunos elevan a 15 ó 16, o incluso más, y eso es una barbaridad. La pauta de aplicar sulfato cada 10, 12 ó 15 días, no sirve para nada. Se ha de saber que la protección que un fitosanitario ofrece a la viña dura muy pocos días. En su caso lo que debería hacer viticultor es conocer su viñedo y actuar como un profesional, pero para ello es preciso pasar por la viña, observarla, vigilarla. No aplicar, si no hace falta. Si lo hacemos bien, una campaña puede resolverse con 7 u 8 manos de sulfato, no más.
¿Se practica un abonado excesivo? ¿Entiende que el binomio abonos-fitosanitarios está repercutiendo en las aguas de de la fuentes declaradas cada más como “no aptos para el consumo humano”?
Sin duda, estamos abonando mal y en exceso. Lo recomendable para la planta y para el medio natural sería realizar pequeños abonados, a razón de tres al año, mismo ya en septiembre, el primero. En cambio, aquí solemos abonar la viña una vez al año, y lo hacemos con una cantidad excesiva para que dura toda la campaña, eso es un error. Y cuando, por ejemplo, surtimos en exceso el suelo de potasa, lo que estamos haciendo es bloquear otros minerales, ese exceso no lo absorbe la planta, sino que se pierde, se filtra y acaba en las aguas. Por esa razón el binomio abonos-fitosanitarios contribuye a la contaminación de las fuentes.
Por salud, ¿cuánto tiempo de seguridad debería transcurrir para ir a la viña después de una aplicación?
La ficha de cada producto detalla un tiempo… 1 ó 2 días. Pasarse por debajo de la parra un instante no supone problema, pero si se va a realizar un trabajo y permanecer bajo la parra más de una hora, es muy importante por toxicidad el haber guardado ese plazo tiempo.
Y las casas que empiezan a estar rodeadas de viñas, y donde se cierran puertas, ventanas, persianas… buscando protegerse: ¿En cuánto tiempo no deberían abrir para ventilar?
¡Uf! El que una vivienda esté rodeada de viñedos, que es algo cada vez es más habitual, es un problema serio. En un código de buenas prácticas el aplicador debería avisar al propietario con antelación para que cerrara su vivienda. Después de aplicar al lado, dejar pasar unas horas sin abrir. Cierto que esas viñas cercanas a casas están llamadas a desaparecer en un tiempo.


Xabier Rial y Antonio Miniño con su guitarra al final del "Encontro"


¿Le pondría un plazo?
Si me apuras, diría que una década. Es cierto que, de momento, a la política no le interesa meterse con ello, pero la normativa europea que se atisba, apunta a esa línea y sí va a hacerlo. Esto está cambiando mucho. Hace una década, nadie daba por hecho el control que hoy existe sobre el uso de fitosanitarios. El próximo año, todos los viticultores, pero todos sin excepción, deberán declarar al Ministerio cada aplicación. Lo de la ubicación del viñedo vendrá.
Haciendo cálculos estimados: ¿qué cantidad de fitosanitarios esparcimos al aire en la subzona de O Salnés?
Sólo hablando de viñedo Rías Baixas, partiendo de que que tenemos 2.500 hectáreas en y aplicamos, pongamos por caso, 12 manos de sulfato por campaña, a un promedio de 2,5 kg de fitosanitarios por hectárea, más 4 de azufre, y sin tener en cuenta otros… El cálculo arrojaría una cifra de 195 toneladas por campaña (lo que trasladado a una década se traduciría en cerca de las 2.000).
Con 1.500 hectáreas a más que se puede a plantar a mayores en la D.O Rías Baixas hasta 2025…


¿Pinta que la generación venidera pagará por estos excesos de fitosanitarios?
No lo creo. Por lo menos más que la nuestra, no. Hasta ahora, esto del viñedo, coloquialmente hablando, estaba a monte, sin norma. Y este mundillo está empezando a acotar en muchos aspectos, y en fitosanitarios lo hará más. Pienso que la generación futura tendrá fitosanitarios más seguros y menos tóxicos.
En el horizonte se atisba el desembarco de grandes firmas españolas a la D.O. Rías Baixas. ¿A qué se debe?
Sí, está anunciada ya la llegada de un gigante como es Vega Sicilia, con más de 20 millones de inversión y, como ella, lo harán todas las grandes bodegas de España. La sequía creciente, hace que las viñas se empiecen a trasladar para el norte de la Península, y ahí entra Galicia y las Rías Baixas con una D.O. tan preciada como es esta.


domingo, 3 de julio de 2022


A COVA DO TRASNO 


Terceira e última entrega do foro “A Cova do Trasno” neste ciclo de primavera-verán. Nel a Asociación Cultural e Deportiva G.A.M. propúxese falar sen rubor de tres temas tabú en Meaño. En maio fora coa Guerra Civil, en xuño co risco á exposición fitosanitarios, e neste encontro de xullo, a través de “Meaño en perspectiva”, propoñense conversar de preto da política municipal. Farase bosquexando pasado, presente e futuro como sociedade que somos.
O convidado a este encontro é José Varela Budelo, coa longa experiencia da vida ás costas para poder falar con franqueza. Concelleiro de Meaño durante 19 anos, viu a política local desde o palco do goberno (entre 1991 e 2006), e logo desde o patio de butacas da oposición (2015-19), habitando así nos recovecos das dúas orelas. Como cos “sabios de tribu” de tempos pretéritos, os seus 74 anos conférenlle coñecemento, respeto, autoridade e paciencia de quen tivo vivido tanto. Un legado que, chegado a este impasse, é belo escoitar, ter e reter. Será vindeiro venres, 8 de xullo ás 22 horas, e cunha duración de 50 minutos.

A novidade deste encontro coa Cova do Trasno é que terá lugar al Biblioteca Municipal de Meaño (Axencia de Lectura). O obxectivo, contribuir a visibilizar e poñer en valor un espazo por onde moitos meañeses aínda non pasaron, e amosando como, con mimo, podemos transformalo. A iso contribuirá a música en vívo, que sempre adereza a Cova do Trasno. Sen compromisos, grazas a colaboración emocional e desinteresada da nosa xente coa cultura.
 
G.A.M.: Pese a telo aprazado fai unhas semanas, seguen vivos os dous roteiros de sendeirismo para descubrir tesouros meañeses agochados. Somos sconscientes que se nos vai o prazo anunciado, e por esta razón transmitimos a nosas disculpas. Pero o prometido é debeda, e nos afanamos en cumprilo. Desde este colectivo seguimos traballando pola cultura e polo deporte meañés, sen máis pretensión que sumar de xeito humilde polo pobo que amamos.