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domingo, 18 de febrero de 2024

 

Cincuenta años contemplan al Deportivo Xil, un humilde del fútbol, que celebra esta temporada sus bodas de oro, y que le convierten, con pleno derecho, ahora sí, en uno de los verdaderos clásicos de la comarca saliniense. Naciera en 1973 sobre el campo de Boavista, construido expresamente para ello, con una indumentaria cuyos colores, curiosamente, resultaran fruto de un error.

LAS BODAS DE ORO DAN LUSTRE AL XIL

Nacía en el año 1973 en el seno de esta parroquia meañesa, donde convergió un movimiento vecinal. Una iniciativa que, en entre otros, promovían personajes como Horacio Castro, Miguel García Quinteiro o los hermanos Galiano. Lo primero, trabajar de lleno para la construcción de un campo de fútbol, en el que poder foguear a los jóvenes de Xil entregados cada fin de semana al balompié, en el campo no reglado de O Pazo. Lo hacían allí de manera espontánea, a cambio de abonar un pequeño alquiler al dueño de la finca. El objetivo trazado era la construcción un campo en condiciones y la creación de un club reglado.


Obras de construcción del campo Boavista de Xil, 1973

El lugar elegido fue una zona llana de, monte en el paraje de A Xesteira, y que pasó a rezar como “campo Boavista”, por la panorámica que ofrecía el lugar sobre la ría. El acuerdo con los propietarios cristalizó a modo de una cesión de terrenos, cambio de un arriendo simbólico. El campo se construyó a mano, y de forma altruista por los vecinos, auxiliados entonces por una excavadora para nivelar el terreno.
Los colores de la indumentaria para el club, a la postre, resultara fruto de un error. Aquella primera directiva acordara  como colores camisola roja y pantalón blanco, y como tal se encargó.. Pero cuando se abrieron los paquetes del aquel primer uniforme, financiado entonces por la firma Celso Míguez de Pontevedra, se encontraron con que se enviaban unas camisetas a rayas roja y negras verticales -a modo del actual Milan-, y en consabido pantalón blanco. Al final, la junta decidió quedarse con aquellas camisetas que, en la práctica, se convirtieron en los colores oficiales del club.


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Campo, club y equipo se presentaban el 23 de junio de 1973, en un partido amistoso ante un combinado gallego, que el Deportivos Xil perdía por 1-4. La temporada 1973-74 fue la primera en entrar en competición federada. En aquella primera liga, con jugadores todos locales, el Xil clasificó como colista, recabando sólo 7 puntos. En su estreno, el meañés Luis Rodríguez Lema anotó el histórico primer gol del club, en un partido en el que los meañeses cayeron ante el Céltiga por 2-3. En cuanto a la primera histórica victoria, ésta la consiguió en la tercera jornada, precisamente ganando en el campo de As Cachizas al Unión Dena, en lo que era primer derbi local, y que se disputaba el 13 de enero de 1974. En él se impuso el Xil por 0-2, merced a dos goles de Sueiro. Aquella victoria aquella no hizo sino generar una rivalidad local entre ambos clubes, con un Dena herido ante un bisoño como era el Xil, y que se mantuvo álgida durante años.


Deportivo Xil-Céltiga en el campo de Boavista (1975)
                       

Los años dorados
Fue en la segunda mitad de los ochenta cuando el club vivió su momento dorado. Lo hizo de manos de Ramiro García Fariña, entrenador de Dena que se sentaba en el blanco rojinegro, mientras José María Alonso -que venía de ser delantero- detentaba la presidencia. En la temporada 1987-88 el equipo se proclama campeón de Tercera y consigue el ascenso a Segunda Provincial. Incluso en aquella campaña, se hace con el subcampeonato de Copa Diputación, al caer en la final ante el Moraña por 1-2.
Aquella buena hornada de jugadores la desmantelaron al poco los clubes de arriba, llevándose Vilalonga, Cambados y Ribadumia las mejores piezas. El Xil no pudo aguantar el envite y, al cabo de dos temporadas, cayó de nuevo a la Tercera Provincial, a la que se abonó durante casi 30 años. Todo hasta la temporada 2019-20, en que consiguió el ascenso a segunda. Al cabo de un año, regreso a tercera, y, en la última 2022-23, nuevo ascenso, esta vez  de manos de Luis Salgueiro Caneda en el banco y Ricardo Pardo en la presidencia. Llegado el parón navideño, el equipo, antepenúltimo en la tabla, pelea por su objetivo de mantener la categoría en la temporada de las bodas de oro del club.


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En la temporada 1984-85 se construyó la única grada que albergó el campo, más un pozo que surtió de agua a un vestuario que, hasta entonces, se servía de un regato. A inicios de siglo, y a imagen de lo que hizo el Milan esos años, el Xil optó también por mudar al cabo su pantalón blanco original, por el negro que luce desde entonces.


Equipo del Deportivo Xil en 1976

Exilio
Luego, en 2018 llegó el exilio. El campo, aún disfrutándolo el Xil, se ubicaba en terrenos particulares. A la hora de poder dotarlo de césped artificial, no cristalizó acuerdo alguno con los propietarios originales, por cuanto, para hacer su inversión las administraciones, se exigía que los terrenos fueran de titularidad municipal. Por esta razón el campo de Boavista, pervivió en tierra, hasta acabar siendo abandonado -y así se mantiene en la actualidad- cuando el Xill se trasladó al campo de fútbol-11 municipal de A Toxa en Meaño, recién inaugurado, y del que se sirve hoy.


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Ricardo Pardo recuerda que “con el ascenso de este año celebramos en el pabellón de Xil una comida entre socios y colaboradores que congregó a casi un centenar de personas”. “Organizar eventos con motivo de las bodas de oro -reconoce- es complicado para un club tan humilde como el nuestro, porque siempre supone a un desembolso económico, aspecto en lo que siempre andamos muy justos”. Y que, apenas con 150 socios, el club mantiene su entereza para seguir perviviendo. Su presidente apunta que “nos plantearemos el poder tener algún gesto u organizar algún evento con motivo de estas bodas de oro”.                     
 

Cada partido era una batalla en los campos de tierra.
Partido de juveniles en Xil cara a 1978


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