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sábado, 12 de noviembre de 2022

 

conversas.com
Sandra Souto Budelo
Conductora del Vehículo Asistencial 


Natural de Simes y a sus 43 años es una de la caras más conocidas de entre los mayores del municipio, por su trabajo de siempre como conductora en el transporte asistencial. Un servicio que el concello de Meaño puso en marcha en el año 2006, de manos del entonces alcalde Jorge Domínguez. Se trata de un servicio dirigido a mayores de 
65 años o personas con problemas de movilidad. Su coste es de de 4 euros por viaje (ida y vuelta), demandado generalmente para acudir al centro de Meaño o Dena, y que se reduce a 2,40 para aquellos que lo usan para desplazarse a las actividades municipales para la tercera edad que se prestan en el Centro Rural Polivalente de As Covas. Unos precios que el concello rebajó en noviembre de 2020 por la pandemia a petición de PSOE, no admitiendo la gratuidad del servicio para aquellas rentas más bajas que sí solicitaba Meaño Independiente.

“EN EL TRANSPORTE ASISTENCIAL LOS MAYORES HABLAN Y CANTAN”

¿Cuántos años como conductora en el transporte asistencial?

Llevo 16 años, los mismos que el vehículo. Yo me iniciara trabajando en el Servicio de Axuda no Fogar, y cuando el ayuntamiento creó este servicio de transporte opté para hacerme con el este trabajo.

¿Cuáles son las rutas que hace a diario?

Por las mañanas se ofrece un servicio para ir a los centros de salud, farmacias, actividades del concello para la tercera edad y otras gestiones. En su caso se presta los lunes, miércoles y viernes con dos viajes: el primero se inicia a las 8,15 horas recorriendo las diferentes parroquias, pensando en las analíticas que realizan temprano en los centro de salud. Luego se les devuelve a casa a las 10,30. Y el segundo comienza a las 11,30 y retorna a las 13 horas. Luego, a diario y por la tarde, el transporte hace dos rutas para trasladar a los mayores al Centro Rural Polivalente: una que recorre la parroquia de Simes y Lores y que parte a las 15,30 horas; y otra que baja a Dena y recoge gente en el resto de las parroquias. Luego, una vez completado el recorrido, a la hora de meriendas me toca reforzar al personal de Centro Rural Polivalente con los mayores. A última hora, cuando cierra el centro a las 20 horas se les devuelve a sus hogares.


¿De cuántas plazas dispone el vehículo?

De nueve, con el conductor incluido y, añadido, espacio para dos sillas más de discapacitados.
¿Le pesa o le reconforta el trabajo con los mayores?

Me reconforta, estoy muy contenta con este trabajo. Personalmente siempre me ha gustado trabajar con ellos y me sigue gustando. Es un mundo que me apasiona, una aprende mucho en la relación con los mayores, eso lo agradecen y siempre sienta bien a uno.

¿Cómo se accede al servicio? ¿Existen paradas fijas?

No, a cada persona que lo solicita se le recoge en el mismo domicilio, bien para acudir de forma regular por las tardes al Centro Rural Polivalente, o bien puntualmente para hacer el viaje al día siguiente. En ese caso basta con llamar al concello y ponerse en contacto con los servicios sociales, desde donde me notifican las personas a recoger, lugar, día y hora, dentro de las rutas programadas.

¿Paga cada cual su billete a la hora de acceder al vehículo?

No, yo me limito a complimentar cada día el estadillo de personas que han concertado el viaje y han venido, y luego el concello se lo pasa a cada uno al mes por banco.
¿Los mayores son más receptivos en el transporte con usted y mismo en el Centro Rural de tarde con el personal, en relación a como son en su casa?
Sí, mucho más. En casa suelen enfadarse más y protestan, pero en el centro y en el transporte, apenas lo hacen. Aquí no discuten, sino que lo que hacen es hablar mucho, ríen y mismo cantan en el transporte asistencial… Hasta me tienen hecho cantar a mí (sonríe). Se lo pasan bien, es muy gratificante para ellos. El Centro Rural supone una terapia, mismo ves como algunos llegan alicaídos, más despistados y olvidadizos, y aquí, al cabo de un tiempo, mudan su estado de ánimo, hablan más, participan y sonríen.


¿Qué se ofrece a los mayores en el Centro Rural que no puede ofrecérsele en casa?

Lo primero es tiempo para estar con ellos, tiempo para hacer actividades y manualidades que en casa los hijos no pueden al tener que estar pendientes de sus propios trabajos. Los mayores son como los niños, requieren atención, enseñarles… Eso requiere su tiempo.

La situación de abandono de los mayores es un tema que empieza a asomar cada vez más. ¿Lo percibe en este mundillo laboral?

Aquí entre nosotros, en el rural, apenas está ocurriendo, pero sí más en el mundo urbano. La filosofía del rural y los vínculos de familia, de momento, son otra cosa.
¿Han alcanzado en el transporte y en el centro las cifras del pre-COVID?
De momento no hemos llegado a ellas, pero estamos muy cerca. El COVID dio mucho para atrás a los mayores, se percibe que los que regresan lo hacen más decaídos, algunos mismo son reacios a volver… Los hijos tienen que insistir en que recuperen el hábito de venir. Forma parte también de ofrecerles ese tiempo para ellos, y aquí podemos hacerlo.
 


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