¿Sabías que Meaño fuera en su día auténtico precursor en el fútbol-sala en O Salnés?. Para contarlo nos remontamos 42 años atrás para rescatar esta historia del recuerdo de toda una
generación y que compartimos contigo desde este particular Ventanuco. Buena semana!
MEAÑO, PIONERO DEL FÚTBOL-SALA SALINIENSE
A
inicios de los años 80, cuando el fútbol-sala carecía de federación deportiva,
de un reglamento para la práctica de este deporte, cuando esta modalidad no por
no tener, hasta carecía de denominación específica (¿fútbol-sala o futbito?).
Por entonces era tan sólo un deporte que asomaba en programa de televisión en
la matinal del sábado de la TVE-1 de deporte infantil. Fue por aquel entonces
que Meaño logró reunir a una veintena de entusiastas alrededor de la primera
pista polideportiva del colegio de "As Covas", prácticamente recién
estrenada y hoy reconvertida en pabellón de deportes al uso.
La
fiebre del fútbol-sala o "futbito" asomó en Meaño cuando todavía no
lo había hecho en ningún municipio de la comarca. Cuajó merced a coincidir en
el tiempo una generación inquieta ávida de experimentar toda vez que la
parroquia de Meaño carecía de campo de fútbol para que la pelota fuera
protagonista. Pero lo que así acababa de tener era una pista polideportiva al
aire libre, y el probar con al “futbito” podía ser una buena alternativa.
1982, partido amistoso en el viejo pabellón de As As Covas, con la indumentaria del Cultural Meaño
Fue
así que decidió organizarse un primer torneo de fútbol-sala, organización que
corrió a cargo de de los propios aficionados de la parroquia de Meaño que
querían probar con este deporte. Eran tantos los jóvenes de la localidad que
deseaban jugar aquel primer torneo de “futbito”, siendo integrante un equipo de
Meaño, que hubo que recurrir a la creación de dos planteles, el "Cultural
Meaño", que adoptó el uniforme con camisola azul celeste y pantalón blanco,
y el "Sporting Meaño", que eligió los colores de rojos integral.
Para
el primer campeonato, celebrado en el año 1982, los propios organizadores
tuvieron que afanarse en pintar las líneas de demarcación de una cancha, que
por entonces era de mero asfalto, y colocaron la iluminación bajo la uralita,
en base de seis focos que aportaban un total de 4.000 watios de luz. Se trataba
de una pista deportiva municipal, pero abierta por sus cuatro laterales,
contando con un graderío por naciente (en el lugar del actual), y que cerraba
parcialmente ese lado. A partir de ahí, iniciativa privada por parte de un
puñado de aficionado que asumieron el rol para darle vida a aquel asfalto.
Ese
primer torneo reunió a 14 equipos de la comarca, en su mayoría de los
municipios de Meaño y Sanxenxo, y se disputó por sistema de liga. Entre ellos estaban
conjuntos como el Denis, Deportes Mayte (ambos de Sanxenxo), O Santo, Bar Xil,
Simes, Dorrón, Juventud Dena..., y los dos organizadores, el Cultural y el
Sporting. Estos dos últimos meañeses protagonizaron una rivalidad tal durante
el torneo, que su derbi local se convirtió en uno de los grandes atractivos
-que decir tiene que el partido entre ambos fue "a muerte" con piques memorables-. El vencedor de aquel primer torneo fue O Santo, segundo clasificó
el Bar Xil y, en el pique particular,
el Cultural Meaño ocupó la novena plaza y el Sporting la undécima. Por su parte
el C.M.C. de Portonovo fue el colista y sufrió las derrotas más abultadas del
campeonato.
Equipo de la familia "Os Vigueses" con la indumenaria de TV Crespo. Mediados de los años 80
Reglamento
propio
Curioso
resultaba el reglamento de futbito ideado ex profeso para aquel primer
"futbito" de en O Salnés: el equipo estaba integrado por portero y
cinco jugadores de campo; el saque de banda se realizaba con el esférico rodando
a ras de suelo; el balón, más pesado y pequeño que el de hoy, no podía jugarse
por encima de la cintura (a excepción de tiro a portería), de lo contrario se
sancionaba como libre indirecto; la cesión intencionada al portero se castigaba
con penalti, y la falta por detrás del último defensor, a fin de evitar que el
delantero se quedara sólo ante el portero rival, se penalizaba también con penalti,
independientemente de donde se hubiera producido la falta; y también de
consideraba la exclusión temporal por dos minutos, entre otras normas.
Tras
el aquel primer torneo se sucedieron otros durante los años 80 en aquella
cancha. Se incrementó la participación de tal forma que en el segundo
campeonato, denominado “Torneo de Empresas” por los patrocinadores que daban
nombre al equipo, se llegó a contar con una treintena de equipo obligando a
confección tres grupos con una decena de equipos cada uno y sistema de ligas
dentro de cada uno.
24
horas
A la
par, se incorporaron también las competiciones maratonianas de 24 horas,
comenzaron a aparecer equipos de Ribadumia, Cambados, O Grove, Sanxenxo, Marín...
Algunos de ellos aprovechaban los jugadores de un mismo equipo de fútbol
federado, caso del "Construcciones Lucho" de Barrantes se nutría del
Umia, "O Forcado" del Unión Dena-, otros por núcleos familiares -en
el "Caneliñas" de Raxó, ganador de varios torneos, donde cuatro de
los cinco titulares eran hermanos (hijos del meañés Óscar González), "Os
Vigueses" de Meaño llegó a agrupar a seis miembros de una misma familia-,
incluso el propio Jorge Domínguez, llegó a patrocinar su "O.T.A.
Domínguez" (Oficina Técnica Agraria Domínguez) en el que hacía las veces
de entrenador o pivote de la defensa, y que con Luis Silva en la delantera, se
hizo con el campeonato del 1983. U otros equipos cobraron fama por muy diversos
motivos: "Os Albañiles" de O Grove, "Hermanos Barbeito" de
Portonovo, "Construcciones Cores" de Meaño, “Hermanos Domínguez” de
Lores, "Os Chapuzas" de Dorrón, "O Pote" de Sisán,
"Bar Ye-Ye" de Vilariño, “Gráficas Aguiño” y “Garavilla”, ambos de de
O Grove, “Os Satélites de RTV Crespo” en Meaño, “Hierros Santa Cruz” (con Telmo
Martín á fronte como xogador), "Viño Tinto" de Barrantes, “Merendero”
de Marín...
Meaño
se convirtió así en pionero para el fútbol-sala en aquella década, cuando aún
no se jugaba en otros lugares de la comarca. A la par, de un torneo a otro se
fueron modificando normas del juego, y se fueron incorporando aspectos de
diversos reglamentos que empezaban a surgir en España, hasta que apareció el
reglamento oficial cuando se creó la federación de fútbol-sala (1989).
Equipo meañés de fútbol-sala con la indumentaria del Industrias Santa Cruz, participando a finales de los 80 en un torneo de la comarca
Inversión
altruísta
Con
las inscripciones aportadas por cada equipo para participar, se iban comprando
los trofeos, o mimo aportando dinero metálico a los ganadores en las 24 horas.
Amén de ello, con el dinero sobrante de algunos campeonatos se fue mejorando el
acondicionamiento de la pista polideportiva. Primero, dotando de redes en los
laterales para evitar que los propios jugadores tuvieran que ir a recoger el
balón cada vez que se lanzaba fuera (fuera Marcelino Cores quien, en su Seat
131, se desplazaba ex profeso a Combarro para negociar y comprar viejas redes
de pesca para ese fin); a finales del 1983 los organizadores -a la vez
jugadores de los dos equipos de Meaño- hicieron las veces de albañiles y
actuaron como mano de obra altruista parar cerrar el fondo sur del pabellón,
levantando para ello una pared de bloques que costara entonces 44.000 pesetas
(264 euros de hoy).
También
por aquellos años, con el altruismo del electricista meañés Guillermo Rodríguez
-que a la par era también miembro de la organización-, se mejoró la iluminación
nocturna, tirando para ello de los andamios cedidos por Lino y su Construcciones
Cores.
Tal
era la demanda para participar en los torneos que, al cabo, tras construir el
concello una plataforma de hormigón anexa a la pista cubierta, y que fue
conocida como “el frontón” (actual garaje de la maquinaria municipal y
vestuarios de personal), la organización habilitó sobre esa nueva plataforma
una segunda cancha al aire libre para poder simultanear dos partidos en el
mismo horario.
En
aquellas organizaciones, se implicaba gente como los mentados Marcelino Cores,
Guillermo Rodríguez, más José Manuel Méndez, Antonio Viéitez, Celestino Hermida
ou Serafín Muñiz, entre otros.
A
mediados de los años 80, y a imitación de la experiencia meañesa, se empezaron
organizar campeonatos similares en Portonovo, Sanxenxo, O Grove y otras
localidades. A la par que esto sucedía, en Meaño este deporte comenzó a
languidecer hasta acabar desapareciendo hacia los 1986-87. Aquella fuera una
iniciativa pionera, intensa pero efímera, y que ha quedado para el recuerdo de
una generación. Así la vivimos y así la hemos contado.