Balonmano femenino – Fase de ascenso a División de Plata Nacional 

CAYERON CON LAS BOTAS PUESTAS

ROCASA, 35: Suárez y Aruma; Arangio, De Miguel (8), Georgina (8), Rivero, Guerra (8), Montesdeoca, Yamiley, Alba, Falcón, Toledo (8), Padrón, Torres (2), Sánchez y Quevedo (1).
ASMUBAL, 30: Caneda y Ligero; Ballada (6), Ari, Sabela (5), Currás, Fajardo (3), Currás, Cores (4), Lara, Nerea, Samar (1), Nerea, Miniño (10), Rey, Victoria y Vanesa (1).

Árbitras: Sánchez Ramírez y Avilés Fernández. Excluyeron por dos minutos a Alba (min. 14), Georgina (min. 21), Quevedo (min. 29), Yamiley (min. 42), Guerra (min. 43), Toledo (min. 45 y 59), Arangio (min. 56), más expulsó con roja directa a Georgina (min. 59) por el Rocasa; y a Vanesa (min. 3 y 31), Rey (min. 16), Fajardo (min. 25), más expulsó con roja directa a Cores (min. 59) por el Asmubal.
Resultado al descanso: 14-17.
Incidencias: Tercera y última jornada de la fase de ascenso, sector F. Pabellón Insular Antonio Morena (Las Palmas).
 

El Asmubal Meaño cayó con las botas puestas hoy (por domingo, 15 de mayo), ante el todopoderoso Rocasa canario por 35-30. Lo hizo en un partido con el sector ya decidido, toda vez que el Ascó había derrotado antes al Alcobendas por 37-29, lo que dejaba sin opciones matemáticas al Asmubal, y el primer puesto y ascenso decidido en favor del Rocasa.

Un momento del partido ante el Rocasa canario

Aun así los equipos se entregaron para ofrecer un partido digno, con las meañesas tirando de casta en los momentos complicados para no arrojar la toalla, peleando el partido hasta el final. Las canarias, que tenían muy estudiado el ataque verdinegro, maniataron el arranque de su ataque posicional, a lo que vivió entregado el Asmubal. Arriba, el Rocasa tenía lo que no otros equipos del sector: un poderoso lanzamiento exterior de sus laterales, con una Jenifer Toledo que lo desatascaba todo con su envergadura. Por su parte, Juan Costas echó en falta esa lateral zurda, por la que suspiran muchos técnicos para abrir el otro flanco.
Amén del 5-4 del arranque (min. 8), el Rocasa mandó con diferencias que no bajaron de los dos goles. Cuando abría brecha de cinco (12-7, min. 17), las verdinegras, sin batirse en retirada, se rehacían para ponerse a dos (12-10 en el 21’). El 17-14 al descanso delataba que el partido seguía vivo.

Otro lance del partido en que las meañesas vistieron de negro

Y en la segunda parte, con un 21-15 en el 36’, tampoco se vinieron abajo las verdinegras, que tiraron de casta para engancharse al partido, subiendo, con gol de Laura Miniño el 25-23 (min. 47’), obligaba al tiempo muerto del técnico canario. Estaba siendo un partido donde las canarias exhibieron una defensa al límite, con mucha manos, sin ofrecer un sólo lanzamiento sin contacto al rival, lo que le costaron cobrarse media decena de penaltis y seis exclusiones en el segundo tiempo, merced a un arbitraje que no se amilanó ante la presión local. El período transcurrió con ventajas entre 3 y 5 goles para las canarias, pero con las meañesas sin acabar de doblar el brazo, y con 33-30 en el 57’ dispusieron de ataque para ponerse a dos. Las manos acabaron con la expulsión de la local Giorgina en el 59, con la salomónica roja que también le cayó a Cores al no amilanarse cuando la canaria la buscó para encarase. Sólo en los últimos segundos se dejaron ir las verdinegras hasta el 35-30 final.
 
Organización 

En el haber de la sede, una organización apenas sin forma y fondo, muy lejos de la puesta en escena por el Asmubal cuando la fase de ascenso del masculino el pasado año, con locución en la retransmisión, y sin desviar la cámara, tapar sonidos y otras triquiñuelas como se hizo en Las Palmas. Sin médico, ni equipo sanitario dispuesto a pie de pabellón. Un proceder que mismo salpica la imagen de la propia Federación Española. Y es que el deporte federativo deber ser más. (En la foto el Asmubal despidiéndose sobre la cancha)

La fase acaba con una tercera posición de las meañesas, dejando, por encima del puesto, el sello de un equipo con combativo, que no se arredra y persevera hasta el final. Pese a quebrarse el sueño, el equipo humano del balonmano femenino meañés sale emocionalmente reforzado merced a un trabajo encomiable.