Hemeroteca
Abrimos hoy nuestro particular ventanuco al
pasado para recuperar un reportaje de autoría propia publicado en Faro de Vigo el 3 de junio de
1998, una particular guía curativa de la mano de los santos más venerados en
nuestro entorno.
MANO DE SANTO…
A lo largo y ancho de la geografía de la comarca de O Salnés están presentes numerosas iglesias, capillas o santuarios a donde los devotos acuden solícitos cada año en busca de las intercesiones de los santos. Para curar o prevenir males físicos o mentales, en favor del sol o de la lluvia, en aras de la fertilidad o del buen parto... las iglesias del Salnés ofrecen al creyente un amplio abanico supuestamente eficaz para mitigar sus males.
Este reportaje pretende ser
una completa guía para todos los devotos de los santos milagreiros o para aquellos que, llegados a nuestra comarca, buscan
los lugares donde son venerados por atribuírseles poderes curativos. El santo,
según manifiesta en su "Historia de Galicia" el profesor Xosé Ramón
Barreiro,"é a resposta máxica, aínda que cristianizada, a unha explicación
mítica do mal. O campesiño galego recurre ós santos para resolve-los problemas
da sua vida."
Poxas en el San Benito de Lores |
San Benito no deja de tener
su curiosidad en el Salnés. Así en la pequeña parroquia meañesa de Cobas se
venera al San Benito de Palermo, único santo de raza negra en la comarca.
Especializado en los mismos males que Benito de Nursia, el santo negro -que así es conocido- se celebra cada año el primer
martes después de Pascua.
Los devotos rinden culto a la Virge de As Cabezas en Armenteira |
Capilla de A Lanzada a orillas, a pie de un acantilado |
Procesión con la Vigen de A Lanzada |
El San Blas de Simes |
Los devotos que sufran de
artrosis y reuma en general pueden acudir "ó bendito San Amaro", de
quien Cabanillas decía en sus poemas "ten unha ermida en Salnés". El
discípulo San Benito se venera cada 15 de enero en Vilanova y en una pequeña
capilla en Meaño erigida en el siglo XVII a instancias del licenciado Clemente
da Bouzada.
Para la seguridad y
protección en los viajes por mar se recomienda acudir a la Virgen del Carmen,
patrona de los marineros, y que se celebra en Vilalonga, O Grove, y la mayoría
de las villas marineras el 16 de julio. Para las mujeres que están embarazadas
y quieran tener buen parto la tradición las encamina a San Ramón, mercedario
leridano de fines del XIII de quien se asegura fue extraído con vida del
vientre de su madre recién fallecida. Este santo, que sufrió tormento en Argel,
se venera en Castrelo (Cambados) el primer domingo del mes de septiembre y
también es abogado de los dolores de cabeza.
Charanga en honor a Santa Lucía en el interior de la iglesia de Dena |
Y es que la Iglesia ofrece
santos milagreiros para todo tipo de
males, incluso los más inesperados. Si no díganselo a San Estebo, que se
celebra en Noalla el 26 de diciembre, a quien se le atribuyen poderes curativos
sobre hemorroides y dolencias varias relacionadas con el ano.
Procesión don Santa Rita, patrona de los imposibles, en Vilagarcía de Arousa |
También ocurre en ocasiones
que alguna creencia popular está totalmente distorsionada. Así ocurre con San
Cristóbal, abogado de los automovilistas y de los viajes por carretera, que es
venerado en muchas parroquias del Salnés a lo largo de mes de julio: Dena,
Simes, Castrelo, Vilalonga... Se da la circunstancia que este santo no se
encuentra en las iglesias lo que hizo que se generalizara algún comentario
popular que le asignaba al santo cierta fama de ebrio. Nada más lejos de la
realidad, su ubicación se debe a que la tradición estableció que este santo, al
ser abogado de los automovilistas, estuviera siempre cerca de la carretera -faltaría
que el abogado de los conductores fuera aficionado a la bebida ¡como para
fiarse uno!-.
Barreiro Fernández asegura
en su "Historia de Galicia" que la Iglesia gallega favoreció esta
visión mágica que las gentes tienen de los santos. Según él la Iglesia insistió
mucho en la visión del santo "como intermediario con quen se contratan
certos asuntos a arranxar alá enriba". Así entre el santo y el devoto
existe una especie de contrato: el último se compromete a una serie de
prestaciones y sacrificios personales a cambio de un favor curativo. Si el éste
es concedido el devoto se ve en la obligación de cumplir su promesa, de lo
contrario podría ocurrir que el poder el santo se le volviera en contra. Y, en
la esencia, esta tradición contractual del tan presente en el pasado sigue
vigente en gran parte hoy, y lo podemos comprobar cada año en muchas de las
celebraciones religiosas aquí mencionadas.