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Pablo Dopazo Gondar
Serpentonista
Serpentonista
Es
uno de los contados serpentonistas que existen en España. Ese cambadés,
profesor de bombardino y formado musicalmente en Pontevedra, Oviedo y Lyon, se
adentró hace un par de años en el mundo del serpentón, un instrumento antiguo
que data del siglo XVI y que cayó en desuso tiempo después, formando hoy parte
de esos piezas que son reliquias pasadas del mundo de la música. Lo llegada al
serpentón la hizo de la mano del gran pionero de la recuperación de este
instrumento en Europa, el francés Michel Godard. Desde entonces Pablo Dopazo ha
ofrecido conciertos de serpentón en diversas partes de España. En la pasada
Semana Santa presentaba este instrumento al público arousano la pasada Semana
Santa en la iglesia del monasterio de Armenteira -acompañado de la soprano
Rosana Domínguez y el percusionista Diego Rosal-, con motivo de un acto
enmarcado en el concierto de música sacra promovido por la banda Unión Musical
de Meaño y el coro Liceo de Vilagarcía.
“LA SENSACIÓN DE TOCAR EL SERPENTÓN ES COMO LA DE
CANTAR”
Es
un instrumento que se inventó un clérigo a finales del siglo XVI en la ciudad
francesa Auxerre, concebido en origen para acompañar los cantos litúrgicos en
las iglesias, de ahí su vinculación plena con la música sacra. Durante casi dos
siglos estuvo muy vigente, prácticamente en cada catedral de Francia había un
serpentonista para acompañar la liturgia. Con el paso del tiempo fue cayendo en
desuso, al ir siendo desplazado por otros instrumentos como el ophicleide, la
tuba y el bombardino. Sin embargo, en la segunda mitad de los años 50 del siglo
XX se comenzó a recuperar en países como Francia y Suiza, donde se empezó a tocar
de nuevo.
¿Debe su nombre a que evoca una
serpiente?
Así
es, no es un tubo recto, sino que se ondula evocando una serpiente que está
reptando.
¿Es un instrumento de madera o metal?
Es
madera, y se fabrica de forma totalmente artesanal. Son dos piezas que se unen
con pegamento natural. Al tubo se le practican seis orificios y se recubre
luego todo con piel de animal de vaca o cordero. En la parte superior lleva un
tudel de metal y una boquilla que es de cuerno de animal.
¿Requiere una técnica compleja a la hora
de tocar?
Pablo Dopazo y la soprano Rosana Domínguez Foto Iñaki Abella |
Hay quien apunta que es el padre de la
tuba.
Sí,
por el registro de bajos podría decirse que es el antecesor de la tuba y el
bombardino. Acompañando a los coros religiosos, o después en el siglo XVIII en
bandas militares, el serpentón hacía las partes más graves. Con el tiempo fue
siendo relegado por nuevos instrumentos que eran más fáciles de afinar, además
tampoco casaba bien con trombones y trompetas… todo eso hizo que fuera
desapareciendo.
Usted es profesor de bombardino. ¿Siente
que disfruta o transmite más con el serpentón que con el bombardino?
Es
otra sensación. El serpentón es un instrumento muy primario, y el sonido que se
obtiene es más natural, más puro, como está tan relacionado con la voz la
sensación de tocar con él es casi como la de cantar.
En el concierto de música sacra ofrecido
en Armenteira parecía evocar un componente espiritualidad.
Sí
porque es un instrumento muy pensado para esas ubicaciones, es un sonido que de
por sí llena muy bien espacios grandes, como es este caso era la iglesia del
monasterio de Armenteira.
No,
que yo sepa no hay nadie más. Mismo a nivel de España puede que seamos una
veintena lo que lo toquemos este instrumento.
¿No se ha intentado nunca casar hoy es
serpentón con una formación al uso, como es una orquesta o una banda?
No,
si acaso algo en Francia cuando algunas formaciones interpretan obras antiguas
con instrumentos de época, entonces sí aparece el serpentón, pero son casos muy
contados. Hoy sólo tiene cabida en algún grupo de música antigua o como solista,
no más.
Pablo Dopazo tocando el serpentón en el concierto de Armenteira |
Fue
hace dos años con uno de mis profesores en Francia. Yo, en música antigua, hice
el viaje un tanto al revés: tras mis estudios de bombardino, me inicié con el
ophicleide, y luego llegué al serpentón. Para ello contacté con Michel Godard,
músico francés que es el auténtico pionero de este instrumento y que ya en 1979
empezó a realizar conciertos con este instrumento. De mi relación con Godard
surgió mi interés por el serpentón y me hice con uno que me construyó un
luthier que vive en un pueblo bastante perdido de las montañas suizas y que se
llama Stephan Berger. Es un hombre que no tenía nada que ver con la música,
pero que era un auténtico un experto con la piel, y fruto de su contacto con
Michel Godard se especializó en la fabricación del serpentón.
O sea que este instrumento no se puede
encontrar en tienda alguna de música al uso.
Imposible.
Sólo lo puede fabricar un luthier por encargo, tan sólo existen dos que lo
fabrique en toda Europa: uno este Stephan Berger, y otro es un belga. Los dos
son los únicos que los construyen al modo que se hacía en el siglo XVI. Existe
un tercero en España, pero en su caso no recubre el tubo de piel, y esa es una
de las partes más delicadas para que el instrumento quede bien, y le dé esa
característica propia.
Pablo Dopazo probando su nuevo serpentón hace unos días en el taller del luthier Stephan Berger en Suiiza |
En
mi caso Stephan Berger tardó unos dos meses.
¿Y cuanto cuesta?
Los
que se fabrican hoy cuestan en torno a 5.000-6.000 euros. Hacerse con uno de
época es complicadísimo, porque son piezas de museo y la única opción es acudir
a subastas. Hace unos días estuve en Barcelona dando un concierto con un
serpentón de 1800 y pico, son joyas inaccesibles.
Se contempla el estudio del serpentón en
algún conservatorio dentro del departamento de Música Antigua?
En
España no, tan sólo hay algún profesor en Francia que imparte la disciplina en
algún conservatorio regional. En el Conservatorio Superior de París se
contempla como optativa de la mano del profesor Michel Godard, pero no más. Ni
en conservatorios que son cuna de la música antigua, como Basilea, La Haya, o
mismo Barcelona, tampoco hay posibilidad de estudiar este instrumento.