OLIVAREROS MEAÑESES, aceituneros de O Salnés
Valentín Fernández nos muestra su plantación de olivos en Simes. Foto: I. Abella |
El
cultivo del olivo y la producción de aceituna, considerados por tradición
mediterráneos, han comenzado a asomar también en Galicia en los últimos años. O
Salnés no es una excepción. En Meaño algunos agricultores han apostado por ello
de la mano de Aceites Abril, la firma gallega afincada en Ourense desde
mediados de los años 90 y que desde hace cuatro envasa aceite cien por cien
gallego.
Plantación de olivo en terrazas sobre la ladera del monte en Simes |
“La
aceituna gallega produce un aceite muy afrutado, verde y con sabor a hierba que
lo hace diferente al resto”. Quien así habla es Manuela González Chao, responsable
del departamento de agro de Aceites Abril. Poner en marcha una plantación de
olivos es relativamente sencillo e económico, y su rendimiento no deja lugar a
dudas. “Lo primero -explica- es disponer de una finca que no se encharque y que
esté libre de raíces y luego regular el PH del terreno con cal magnesiana”. A
partir de ahí se puede plantar y en cuestión de tres años obtener aceituna que
la firma ourensana se compromete a adquirir para la elaboración de aceite.
En
Meaño tres agricultores han apostado por ello y suman entre los tres suman algo
más 2.500 olivos plantados. El pionero fue Valentín Fernández Novas, un
agricultor de 46 años natural de Noalla y afincado en Simes. “Lo hice porque a
mí no me gusta el vino -comenta- y me informé sobre otros cultivos para
diversificar la producción agraria y ahí apareció la posibilidad del olivo”.
Entre varias parcelas suma casi media hectárea de terreno donde ha plantado
1.200 olivos y casi otros 400 en otra finca en su Noalla natal. Ese año ha
recogido su primera cosecha de aceituna “de momento modesta con apenas un
centenar de kilos -explica-, por ello llegué a un acuerdo con Aceites Abril
para envasarla para mi uso personal en casa, en próximo año la venderé”.
También
en Simes, pero en el barrio e Axís, plantó 850 Pastora Fernández Besada hace
apenas dos años. “Teníamos un terreno baldío -explica-, mi marido no quería
plantar más viña y fue mi hija quien nos animó a apostar por el olivo, y así lo
hicimos”.
Carmen Rosal y su hija María Souto en su plantación de olivo en Lores |
En
Lores acaba Carmen Rosal y su hija María Souto fueron las última en apostar por
ello. Lo hicieron en una parcela de casi tres ferrados ubicada en la parte baja
del valle, donde dispusieron 515 plantas. “En principio pensábamos poner viña
-explica Carmen Rosal, que elabora 4.000 botellas de albariño “Moisés”
destinadas a la venta en un kiosco a pie de playa cada verano en A Lanzada-,
pero dada la inversión que hacía falta y el mucho trabajo que suponía su
cuidado, mi hija se informó, contactó con Aceites Abril y me convenció para
plantar olivos”. Técnicos de la firma ourensana visitaron la parcela, las
guiaron en la puesta en marcha de la explotación y cerraron un acuerdo para la
compra de la producción. No son los únicos. Algunos agricultores más en O
Salnés están apostando ya por convertirse en aceituneros.
Imagen de la planación de alta densidad dispuesta en Lores |
Plantación de alta densidad
Se
calcula que en un ferrado de terreno -la unidad de referencia en la comarca que
equivale a 600 m2-, si la orientación es buena y el perímetro es más o menos
regular, en plantación de alta densidad caben 165 olivos. “La plantación de
alta densidad -explica Manuela González-
es la que recomendamos en Galicia para sacarle un mayor rendimiento a la
parcela”. Ello supone plantar olivos en fila con una distancia entre uno y otro
1,35 a 1,50 metros, dejando en medio de las filas calles de 3,75 metros.
Traducido
en ese ferrado de terreno los 165 olivos en variedad arbequina -que es la que
más trabaja Aceites Abril- supone un coste estimado de 200 euros en plantas.
“Nosotros -explica Manuela González- recomendamos después realizar un pequeño
emparrado a base de postes de madera, cañas de bambú e hilo de nylon, emparrado
que debe durar unos cuatro o cinco años y que luego se retira”. Su función es
conducir la planta lo más recta posible y su coste, para ese ferrado de tierra
según los técnicos, puede suponer unos 200 euros a mayores.
Cierto
que la planta y el suelo requieren luego unas atenciones, aunque mínimas “porque el olivo en un árbol frutal y como
tal hay que cuidarlo” aclara Manuel González. Esos cuidados se limitan durante
los primeros años a un tratamiento fitosanitario de invierno y primavera, “y
mantener luego una cubierta vegetal que deberemos limpiar de cuando en vez,
nosotros recomendamos que mejor mecánicamente y no con herbicidas”. “A partir
de ahí -añade- vigilar la plantar ante cualquier plaga que, aunque no habitual,
sí pueda surgir”.
Pastrora Fernández dispuso 850 olivos en su plantación de Axís |
Los
olivos producirán aceituna a partir del segundo o tercer año “en función al
cuidado que se le haya dispensado a la planta en ese tiempo” explica la
responsable de Aceites Abril. Hablando siempre en clave de variedad arbequina
los olivos, según explica Manuela González, cuando alcanza su pleno
rendimiento, esto es, a los 5 ó 6 años de vida de la planta, “produce por
término medio en un año normal de 8 a 10 kg. de aceituna”.
A la
hora de la comercialización el precio varía en función del mercado. “Puede que
algún año -explica Manuel González- el precio sea elevado por las
circunstancias del mercado y llegue al euro, pero lo normal es que el precio
del kilo de aceituna se mueva entre los 70 y los 80 céntimos”.
Alternativa al albariño
Carmen Rosal y María Souto estacando uno de sus olivos en Lores |
El
olivo puede resultar la alternativa a la uva albariña dada la caída de los
precios de ésta en los últimos años. Valentín Fernández lo tiene claro:
“inviertes mucho menos dinero a la hora de la plantación, los cuidados luego
son mucho menores que el viñedo, contaminas menos con fitosanitarios, a la hora
de la recogida tres personas con una vareadora eléctrica de fibra de carbono y
lonas hacen un árbol en dos minutos… la pena es que no tuviera terreno para
plantar 8.000 olivos” lamenta.
¿Y
el rendimiento económico? En el momento actual es si cabe mayor por cuanto la
producción de un ferrado de olivar en Galicia, según las cifras aquí expuestas,
oscila entre los 1.320 y los 1.650 kg., cuando en el albariño, según los topes
que marca el consello regulador, no se pueden comercializar más de 750 kg e uva
por ferrado. Traducido en dinero y tomando las cifras más bajas, los 1.320 kg.
de aceituna de un ferrado a 0,70 céntimos supondrían unos ingresos de 924
euros, mientras que en albariño, tal y como se pagó en esta última cosecha, a
una media de 85 céntimos por kg. de uva de calidad (12,8º de graduación
alcohólica), esos 720 kg. -en el supuesto de alcanzar el tope de producción en
un buen año- se traducirían en 637,50 euros.
Otra pequeña plantación dispuesta en Simes |
El
olivo irrumpe así como una alternativa en alza al viñedo y a la huerta en O
Salnés. “Hasta ahora no nos habíamos percatado -apunta Valentín Fernández-,
pero Galicia está prácticamente en la misma latitud que Lérida, y allí al
aceituna arbequina se produce en cantidad”. “Aquí -añade- nuestras
posibilidades son también enormes para llegar a un mercado exterior que está
descubriendo aún las propiedades y los beneficios del consumo de aceite de
oliva, yo, desde luego, lo tengo claro”.
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