LOS PLAGUICIDAS... QUE RESPIRAMOS
El uso de atomizadores conectados a tractores agrarios para aplicar de forma indiscriminada plaguicidas, fungicidas y demás fitosanitarios al viñedo -actividad en pleno apogeo estos días en O Salnés- va camino de convertirse en debate agrio entre viticultores y vecinos afectados en sus casas inmediatas a viñedos, y que reclaman mayor sensibilidad a lo hora de aplicar estos tratamientos. No obstante, no existe legislación concreta que reglamente o prohíba el uso de estos aparatos en la cercanía en viviendas, por lo que las partes apelan a un código de buenas prácticas que los viticultores deberían tener presente.
El uso de atomizadores conectados a tractores agrarios para aplicar de forma indiscriminada plaguicidas, fungicidas y demás fitosanitarios al viñedo -actividad en pleno apogeo estos días en O Salnés- va camino de convertirse en debate agrio entre viticultores y vecinos afectados en sus casas inmediatas a viñedos, y que reclaman mayor sensibilidad a lo hora de aplicar estos tratamientos. No obstante, no existe legislación concreta que reglamente o prohíba el uso de estos aparatos en la cercanía en viviendas, por lo que las partes apelan a un código de buenas prácticas que los viticultores deberían tener presente.
Al fondo nube de sulfato que desprende un atomizador en Lores |
La
secuencia de fotografías que ilustra este reportaje (izquierda y abajo), elaboradas por un técnico
en mediciones, demuestra como la nube tóxica visible que desprende este
atomizador -que no la invisible, que es más amplia- alcanza los 72 metros de
largo por otros 72 de alto. La secuencia, captada desde el centro de la
localidad de Meaño, muestra a actividad de uno de estos aparatos en la parte
alta de Lores, a una distancia de aproximadamente 2 kms. en línea recta al
objetivo de la cámara. Cuando una actividad así se lleva a cabo en zonas
inmediatas a viviendas, despierta el recelo de vecinos que ven como sus casa,
huerta y vida exterior se ven afectadas por estas nubes tóxicas que originan,
en más de una ocasión, discusiones entre vecinos y viticultores.
Medición técnico de la nube |
Elías
Castro, vecino de Meaño a la par que viticultor, es uno de los afectados es su
vivienda de Pereiras: “es lamentables que no se ponga coto a esto -lamenta-,
mismo el hace unos días cuando me disponía a coger mi coche, estacionado en un
aparcamiento público delante de casa, me encontré con él todo lleno de sulfato…
otro día que si un tendal de ropa, otro que los cristales se acabas de limpiar,
incluso en una ocasión en pleno verano, con el viento soplando del norte,
cuando nos dimos cuenta la nube de sulfato que desprendía un atomizador entraba
en la cocina mientras estábamos comiendo”. “Yo -agrega- estoy de acuerdo en su
uso en espacios grandes y alejados de viviendas, pero en las cercanías de
ellas, y más tratándose de fincas pequeñas, se debería sulfatar a pistola para
minimizar el impacto, lo contario es invadir los derechos de los residentes, ¿o
no?”.
Detalle de alzado y planta de viñedo y nube tóxica |
Legislación
Actualmente la legislación vigente en España, cuyo documento clave al que nos remiten los técnicos consultados, es el Real Decreto 1311/2012, precisa distancias mínimas con respecto a pozos de agua potable y ríos a la hora de aplicar fitosanitarios -50 metros-, pero no detalla alguna con respecto a viviendas. Preguntado sobre el particular, José Manuel Loureiro, responsable del Servicio de Sanidad Vegetal de la Xunta en Pontevedra, lo confirma: “el Real Decreto sí precisa muy bien una serie de parámetros y de distancias con respecto a pozos, ríos y demás, pero en cambio no dice nada con respecto a viviendas, lo que, en parte, no deja de suponer cierta incongruencia” admite.
Actualmente la legislación vigente en España, cuyo documento clave al que nos remiten los técnicos consultados, es el Real Decreto 1311/2012, precisa distancias mínimas con respecto a pozos de agua potable y ríos a la hora de aplicar fitosanitarios -50 metros-, pero no detalla alguna con respecto a viviendas. Preguntado sobre el particular, José Manuel Loureiro, responsable del Servicio de Sanidad Vegetal de la Xunta en Pontevedra, lo confirma: “el Real Decreto sí precisa muy bien una serie de parámetros y de distancias con respecto a pozos, ríos y demás, pero en cambio no dice nada con respecto a viviendas, lo que, en parte, no deja de suponer cierta incongruencia” admite.
El
Real Decreto en cuestión tan solo incluye en su capítulo IV una vaga mención a
las zonas habitadas. Es en su artículo 27 que reza textualmente: “si la zona
sobre la que se va a efectuar la pulverización está próxima a zonas habitadas o
transitadas, en el procedimiento de autorización deberá considerarse el posible
impacto sobre la salud humana, incluyéndose en la autorización, en caso
necesario, medidas específicas de gestión del riesgo, para velar que no se
produzcan efectos adversos”. No más.
“En
estos casos -precisa José Manuel Loureiro- lo más sensato es apelar a un código
de buenas prácticas, que se le da a conoces a los viticultores en sus cursos
formativos para la obtención del carnet de aplicador de productos
fitosanitarios”. Pero, por otra parte, tampoco en estos cursos se suele incidir
sobre el particular en relación con viviendas y se habla de “sentido común a la
hora de realizar la aplicación”.
Labores de sulfatado con atomizador en Abuín-Dena |
“En
mi caso tengo suerte con el vecindario -explica Joaquín Rodríguez, quien en su
día fuera presidente del Colectivo Ecoloxista do Salnés y que tiene su vivienda
enclavada en medio de viñedos en la localidad meañesa de Padrenda-, cierto que
tuve que hablar con algunos viticultores que utilizaban atomizadores al lado de
casa, mismo en ocasiones cuando estábamos comiendo en el exterior en verano,
por lo que teníamos que recoger todo y meternos dentro, lo entendieron y ahora
nos avisan con anterioridad cuando van a tratar”. “Pero sé de gente -añade- que
sí tiene problemas, que han hecho grabaciones y que incluso se están planteado
el denunciarlo”.
Mas una denuncia así tiene escasos visos de progresar. “Es complicado -admite José
Manuel Loureiro-, al no estar prohibido lo único que cabría demostrar que el
viticultor está haciendo mal uso en cuanto a las presiones con que trabaja en
su atomizador, y eso es difícil porque cuando lleguen los agentes al lugar es
bastante probable que haya acabado de sulfatar y no esté ya en la viña”.
De
esta forma el residente en una vivienda en zona de viñedos -estampa habitual en
O Salnés dado el minifundio y la dispersión de la población-, queda así
desamparado en su casa y su trozo de huerto que presumía ecológico. Mismo el
Colectivo Ecoloxista do Salnés, que hace unos días denunciaba los daños que el
uso continuado de fitosanitarios estaba causando al Umia, no ha hecho hincapié
sobre los posibles efectos adversos directos en cuanto a la población.
Cultivos ecológicos ¿...?
Primer plano de un atomizador |
Así
las cosas la situación del cultivo ecológico al aire libre en O Salnés es una
quimera. Manuel Cancio, técnico del Craega (Consello Regulador de Agricultura
Ecológica de Galicia) lo explica: “para que una parcela sea declarada apta para
un cultivo ecológico -apunta- debe guardar una distancia de entre uno y dos
metros con respecto a otra colindante donde se apliquen fitosanitarios”. “Se
puede recurrir a setos para que actúen de barrera -añade-, pero si se trata de
viñedo emparrado, como es el caso de O Salnés y donde son habituales los
atomizadores, eso es muy complicado”. Advierte además que el agricultor que
produce -aunque sea desde hace años- en una finca con sello de “ecológica”
puede verse perjudicado en el caso de que el colindante plante un viñedo
emparrado: “es ese caso el agricultor ecológico está fastidiado -precisa-, si
sucede, lo más probable es que su producto pierda su sello, no importa que él
llevara años antes con su actividad”.
“Es
una situación compleja -apunta el bodeguero meañés Eulogio Pomares cuando es
preguntado sobre el particular- que, de momento, aquí no ha saltado, pero que
en la zona de Burdeos en Francia, que conozco bien, ya ha originado sus
conflictos, como la intoxicación por vía aérea de niños de un colegio, razón
por la que luego se llegó a la prohibición de aplicar cerca de centros de
enseñanza donde hubiera niños”.
¿Viticultores criminalizados?
Manuel Ángel Dopazo |
En
la parte de los viticultores Manuel Ángel Dopazo, secretario general de Unións
Agrarias advierte: “no se puede criminalizar al sector por culpa de unos pocos,
la viticultura, no podemos olvidarlo, aporta mucha riqueza a la comarca”. “Hoy
-añade- existen en el mercado boquillas anti deriva que se colocan en los
atomizadores y que generan una la nube que no va más allá de los dos metros”.
“Además -puntualiza- hay que trabajar con la presión adecuada, con 4 ó 5 kg. es
suficiente, pero hay quien sulfata con 9 ó 10, y eso es una barbaridad”. Admite
que su sindicato en O Salnés no ha recibido queja formal sobre el uso de
atomizadores cerca de viviendas, “aunque a nivel de la asociación de vecinos de
Lores -de la que él es presidente- sí me ha llegado alguna, pero en esos casos
yo insisto en el sentido común a la hora de aplicar”.
Eso
sí, José Manuel Dopazo lamenta que de un tiempo a esta parte el viticultor esté
en exceso en el punto de mira: “nos están complicando mucho las cosas
-advierte-: que si el carnet de aplicador, que además sólo sirve para aplicar en tus fincas y no para en las de un
hermano, padre o hijo, que ahí ya necesitarías uno profesional, que si la
revisión de nuestros equipos de aplicador por lo que habrá que pagar lo suyo…
se preocupan mucho por eso, pero nada por aquellos viticultores que no cobran
la uva”.
Sin estudios médicos
De
momento en el área médica de Pontevedra-Arousa no se está realizando estudio
médico alguno sobre el impacto sobre la salud humana del uso sistemático de
fitosanitarios, cada vez más frecuentes en una comarca donde el viñedo de
albariño, tan sensible al mildiu, se ha erigido en protagonista en los último
años. Preguntados algunos facultativos de centros de salud únicamente han
constatado “algún tipo de afección respiratoria, caso de bronquitis en alguna
ocasión por haber estado en contacto con fitosanitarios”. La doctora Amparo
Díaz, jefa de servicio de Baltar, que es quien habla, se felicita por
iniciativas como el carnet de aplicador “porque, cuando menos, los viticultores
tienen información sobre la toxicidad de los productos que manipulan, y raíz de
ello los ves más protegidos con máscaras y fundas adecuadas para la labor”.
Viñeta sobre la peligrosidad del gllifosato |
Pero
la presidenta del Colectivo Ecoloxista do Salnés, Marta Lois, incide en el
peligro de algunos de estos fitosanitarios, “caso del glifosato, que es uno de los
herbicidas más usados por viticultores en
viñedos de la comarca y que, deberían saber, la Organización Mundial de la
Salud lo ha catalogado como cancerígeno, por eso no nos explicamos cómo se
sigue comercializando. Los viticultores deben optar por otro tipo de herbicidas
menos agresivos y peligrosos para la salud humana.”
O lamentable non e o coche que se mancha de solfato, o lamentable e que toda esa química acaba nas augas subterráneas, nos rios e na ria. O Albariño, sinon tempo o tempo, ou cambia de chip ou acabará mal, moi mal. Menos mal que algúns xa se decataron e optaron por outros cultivos (por exemplo olivos).
ResponderEliminarUn planta que necesita química para producir "uva san" cada poucos días o di todo. Falaslle de esto a xente de outras zonas vitivinículas a dalle a risa.
Toda a razón do mundo amigo,asi é.
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