Meaño
fue en su día un pionero en el deporte del fútbol-sala en O Salnés. Era a
finales de los años 70 e inicios de la década de los 80 del pasado siglo cuando
este deporte, que carecía de reglamento reconocido, de federación e incluso de
denominación específica -¿fútbol-sala o futbito?, saltaba a la palestra a
través de un programa de televisión. Fue en esos años cuando Meaño logró reunir
a una veintena de entusiastas alrededor de una pista polideportiva semi
cubierta entonces del recién estrenado colegio de "As Covas", para
ofrecer en ella los primeros torneos de la comarca.
MEAÑO, CUNA DEL PRIMER FÚTBOL-SALA SALINIENSE
Aquel
primer fútbol-sala o "futbito" cristalizó en Meaño con la
organización de los primeros campeonatos de esta modalidad deportiva que se
recuerdan en O Salnés, cuya organización corría a cargo de los propios
aficionados que iniciaban en este deporte en la localidad. La fiebre fue tal
que, para aquel su primer torneo, los practicantes meañeses -cuya localidad es de
poco más de un centenar de familias- hubieron de concurrir con dos equipos, el
"Cultural Meaño", que vestía con camiseta azul celeste y pantalón
blanco, y el "Sporting Meaño", con indumentaria toda ella roja.
El
primer campeonato se celebraba en 1982. Para ellos los organizadores tuvieron
que pintar por su cuenta las líneas de la cancha y colocar iluminación bajo la
cubierta de uralita, disponiendo para seis focos que aportaban 4.000 watios de
luz al interior de la cancha. El torneo reunió a 14 equipos de la comarca, en
su mayoría de los municipios de Meaño y Sanxenxo, y se disputó por sistema de
liga. Ente ellos conjuntos como el Denis, Deportes Mayte o Juventud Dena, amén
de organizadores, Cultural y Sporting Meaño. Capítulo aparte merece la
rivalidad entre los dos equipos meañeses, que fue unos de los alicientes del
torneo hasta el punto de que los derbis locales -tanto amistosos como el
oficial- resultaron frenéticos. El vencedor de aquel primer campeonato fue O
Santo, mientras el Bar Xil clasificaba segundo. En el particular pique local el
Cultural Meaño ocupó la novena plaza y el Sporting la undécima. El C.M.C. de
Portonovo fue como farolillo rojo y sufrió las derrotas más abultadas del
torneo.
Curioso
resultaba el reglamento que regía aquel primer fútbol sala saliniense: el
número por de jugadores por equipo era de cinco más portero, el saque de banda
se realizaba con una mano, con el balón rodando a ras de suelo; el esférico,
más pesado y pequeño que el reglamentario de hoy, no podía jugarse por encima
de la cintura, a excepción de tiro a portería, de lo contrario se sancionaba
con falta al equipo infractor; la cesión al portero o el derribo por detrás del
atacante por parte del último defensor cuando aquel enfilaba la portería
contraria, se sancionaba como penalti, independiente de la parte del campo
donde se produjera la falta, y se contemplaba la exclusión temporal por dos
minutos -a imitación del balonmano- entre otras normas.
Otros
torneos sucedieron a aquel durante los años 80. La demanda fue tal que tuvo que
se llegó a 24 equipos, lo que obligó a optar la modalidad grupos amplios,
compitiendo a modo de liga interna, para dirimir finalistas. Se concibieron
también las competiciones con equipos de empresas, y otras maratonianas de 24
horas, con partidos continuados de día y noche, a las que acudían equipos que
empezaban a conformarse de Ribadumia, Cambados, O Grove, Sanxenxo, Marín...
Algunos de ellos aprovechaban jugadores de un mismo equipo de fútbol federado
-el "Construcciones Lucho" de Barrantes se nutría del Umia, "O
Forcado" del Unión Dena-, otros de una profesión –“Os Albañiles” de O Grove-
o por núcleos familiares -el "Caneliñas" de Raxó, ganador de varios
torneos, contaba con cuatro hermanos en el equipo titular, "Os
Vigueses" de Meaño llegó a agrupar a seis miembros de una misma familia-,
incluso el que luego fue alcalde de Meaño, Jorge Domínguez, promovió su propio
el equipo, el "O.T.A. Domínguez", en el que hacía las veces de
entrenador y pivote de la defensivo, y que lograba el campeonato de 1983. Otros
equipos cobraron fama por muy diversos motivos: "Hermanos Barbeito"
de Portonovo, "Construcciones Cores" de Meaño, "Os
Chapuzas" de Dorrón, "O Pote" de Sisán, "Bar Ye-Ye" de
Vilariño, "Viño Tinto" de Barrantes...
Meaño
era entonces una referencia para el fútbol-sala aficionado en una década cuando
éste deporte aún no era reconocido, tomando normas de los diversos reglamentos
que iban apareciendo, hasta cristalizar la federación de este deporte,
desligada de la Española de Fútbol, en 1986. Un último aspecto a destacar de aquel
movimiento fue que, a falta de iniciativa por parte del concello, sus promotores,
con el dinero sobrante de la inscripción de los torneos, fueron acondicionando
por su cuenta la cancha de juego -hoy reconvertida en pabellón-. Así, primero
dispusieron redes en los laterales, adquiridas de retales de un pesquero en
Combarro, a fin de evitar que el balón se perdiese tras las porterías, y luego,
a finales del 1983, los jugadores meañeses oficiaron de albañiles y actuaron
como mano de obra para cerrar el fondo sur del pabellón con una pared de
bloques que costara 44.000 pesetas de entonces, y que aún se mantiene en el
pabellón actual.
Años
después comenzaba a emerger el fútbol-sala en otros concellos limítrofes como
Sanxenxo, O Grove o Cambados, a la par que en Meaño este deporte iniciaba su
decadencia hasta desaparecer en los años 1986-87.
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