domingo, 12 de enero de 2020


La comarca de O Salnés está considerada una de las zonas de la provincia más expuestas al radón. No en vano, todos los municipios de la comarca superan la media gallega en concentración de este gas, considerado uno de los principales agentes que causan cáncer de pulmón. Un radón que, aún colándose en las viviendas desde el subsuelo, puede hallar otra puerta de entrada en el agua, sobre todo la procedente de manantiales y pozos excavados a través de capas de suelo o de la propia roca. La normativa vigente empieza ya a tenerlo en cuenta, de tal forma que obliga hoy a analizar la presencia de radón en pozos y traídas de agua, requisito que se exige para su legalización, no desdeñando tal recomendación para las fuentes públicas más socorridas. 

EL RADÓN, UN INTRUSO EN EL AGUA

Fuente de Trubisquido en Meaño
Meaño, con mucha presencia granítica en su subsuelo, cuenta a lo largo y ancho de sus siete parroquias con 53 fuentes catalogadas como manantiales públicos. A ello suma infinidad de pozos y varias traídas vecinales que captan el agua en las laderas de monte, y que han sido desde hace décadas el recurso de muchos vecinos del rural para disponer de agua corriente en el hogar. La normativa obliga hoy realizar analíticas en las que valorar la presencia del radón en el agua, requisito que exige para su legalización, a fin de primar la seguridad y a salubridad del agua para el usuario.

Realizar analíticas de radón en el agua es un proceso sencillo que acomenten varios laboratorios gallegos, si bien las muestras captadas no se analizan hoy en Galicia, sino que se realizan en laboratorios del exterior, los más socorridos en Madrid, Barcelona y, como más cercanos, Cantabria Desde el laboratorio vigués Analicia Calidad Galicia S.L. (otrora Laboratorios Goberna), la directora técnica, Victoria de las Cuevas, explica el protocolo: “se recoge un litro de agua a modo de muestra  en origen, captado en un envase de polietileno estéril y que debe mantenerse en frío hasta procesar en laboratorio”. Las analíticas regladas, en relación con la radiactividad, valoran tres parámetros, que son la actividad alfa, beta y radón. “Los resultados -agrega Victoria de las Cuevas- se sirven al demandante en cuestión de doce o catorce días”. El precio, que suele incluir otros parámetros requeridos y según varios laboratorios consultados, aunque varían, ronda por término medio los 100 euros.

Panorámica de Meaño desde Trubisquido con Outeiro al fondo



En varios países ha emergido la concienciación sobre la exposición al radón, buscando la presencia de este gas en también en el agua. Entre ellos, Suecia, donde los pozos suministran agua potable a unas 800.000 personas, y donde las analíticas realizadas confirman que 6 por ciento de sus pozos registran niveles tan elevados, que superan el límite de los 1.000 bequerelios por litro, lo que supone un riesgo manifiesto  para salud. Mientras, el 60 por ciento restante se mueve en el rango inferior, de entre 100 y 1.000 Bq/l. Una concienciación con la radiactividad -lo que incluye el radón-, que en los países escandinavos irrumpió de lleno tras los efectos del accidente nuclear de Chernóbil (1986).

Un técnico colocando un medidor de radón en el hogar
La normativa española vigente desde 2003 establece ese límite de radón en agua en los 500 bequerelios por litro. En relación a ello, literalmente, la norma precisa: “las actuaciones de los gestores estarán encaminadas a optimizar la protección de la población cuando los niveles de radón estén por debajo de los 500 Bq/litro y por encima de los 100  Bq/litro”. Y añade: “se consideran justificadas las medidas correctoras por motivos de protección radiológica, cuando las concentraciones de radón superen los 1.000 Bq/litro”.
La búsqueda de la presencia del radón en el agua ha de centrarse sobre todo en las fuentes subterráneas que afloran como manantiales, y que normalmente acusan concentraciones de radón mucho más altas que el agua de superficie de ríos, pantanos y lagos.

Aunque en las provincias del sur de Galicia, que son las más expuestas al radón (y en Arousa, los que más, concellos como Meaño o Ribadumia), la presencia de radón detectado en agua, hasta ahora, no ha arrojado datos preocupantes. Y es que, consultados los laboratorios vigueses Analicia Calidad Galicia S.L. o Plagostel, de los centenares muestreos recabados y procesados por ello ninguno dio positivo, esto es, nninguno ha superado ese umbral de los 500 Bq/l en agua.
Pese a que algunas fuentes atribuyen la relación entre los altos índice de radón en el agua consumida y el cáncer de estómago, la Organización Mundial de la Salud lo descarta, dado que en los estudios epidemiológicos realizados “no se ha encontrado ninguna relación entre la presencia de radón en el agua potable y un mayor riesgo de cáncer de estómago”. Y que lo que preocuparía, llegado el caso, no es el agua que se ingesta, sino el hecho de que ese radón, disuelto en el agua potable que llega al hogar, pasaría a la atmósfera de los espacios interiores, elevando así los niveles de radón en el aire de la vivienda. De hecho, sobre el particular, la OMS advierte que “la cantidad de radón que se inhala al respirar es mayor que la ingiere al beber”.
                            
La neumóloga Torres Durán
Radón y cáncer de pulmón
María Torres Durán, neumóloga del Hospital Álvaro Cunqueiro (Vigo), que versara en su día su tesis doctoral sobre la exposición al radón residencial y el riesgo de cáncer de pulmón, advierte que “la principal vía de entrada del radón en una vivienda no está en el agua, sino en el subsuelo, esto es, el terreno sobre el que se asienta”. Amén de cuál sea la vía de entrada, la doctora incide en la relación entre la exposición a este gas y el riesgo de cáncer de pulmón: “el radón -afirma- es la segunda causa del cáncer de pulmón a nivel mundial, sólo por detrás del tabaquismo. Pero si una persona fumadora está expuesta además en su vivienda a altas concentraciones de radón, el riesgo de padecer cáncer de pulmón se multiplica”.

La doctora Torres Durán reconoce que el radón es “un tema en auge en los últimos años”. “De hecho -explica-, los siete grandes hospitales de Galicia han participado en un amplio estudio sobre el impacto de la exposición a radón residencial en el riesgo de cáncer de pulmón”. La investigación ha estado dirigida por el profesor Alberto Ruano, desde el Departamento de Epidemiología y Salud Pública de  la Universidad de Santiago. Se trataba de realizar mediciones de concentraciones de radón en las viviendas de personas nunca fumadoras, diagnosticadas de cáncer de pulmón, pero también en domicilios de personas sanas, con características similares en cuanto a edad, sexo y nunca fumadores.

Los detectores de radón se instalaron en las viviendas durante un período de tres meses, para luego analizar esos resultados en el Laboratorio de Radón de Galicia. Este estudio demostró que las personas nunca fumadoras, expuestas a concentraciones elevadas de radón (> 200 Bq/m3) en sus domicilios, presentan un incremento significativo del riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, en comparación con los expuestos a concentraciones por debajo de 100 Bq/m3.
En el estudio participaban los hospitales Álvaro Cunqueiro (Vigo), Universitario de Santiago, A Coruña, Pontevedra, Ferrol, Lugo y Ourense. “Incluso -explica Torres Durán- se han sumado a él hospitales de Asturias, Madrid, Ávila y León, por cuanto el Noroeste peninsular es una de las zonas de mayor riesgo de exposición al radón”.

La doctora del Hospital Álvaro Cunqueiro, María Torres Durán

“Nuestro principal consejo a la hora de evitar factores de riesgo para cáncer de pulmón -explica la neumóloga Torres Durán-, es dejar de fumar, y educar a los niños y adolescentes para que no se inicien en el hábito tabáquico, no solo en el consumo de cigarrillos tradicionales sino también en otras formas de tabaquismo, más recientes, como el cigarrillo electrónico”. “Luego -agrega- en zonas de alto riesgo de exposición al radón, como es la nuestra, sería recomendable medir los niveles este gas en los domicilios y, si estos son muy elevados, consultar con un experto para valorar posibles medidas de remediación para bajar su concentración”. “Lo más importante de cara al futuro -apunta- es mitigar la penetración de radón en las viviendas de nueva construcción”. 
El nivel de acción, establecido por diferentes organismos, no es uniforme. Así, la normativa europea lo fija en 300 Bq/m3, pero la OMS lo rebaja a 100, y la normativa norteamericana sitúa en los 148 Bq/m3. Sobre el radón, tanto en su presencia en el aire como en el agua, la doctora Torres Durán apunta que “lo más importante es concienciar a la población general, pero también a las autoridades sanitarias sobre la relevancia de la exposición al radón y actuar en consecuencia”.  
           
Cribados con el agua
Un técnico tomando una muestra para analizar
Desde los laboratorios consultados se insta a la prudencia de vecinos y administraciones. “Lo recomendable -apunta Mabel Campos, responsable de Plagostel- es que los concellos realicen analíticas con contemplen el parámetro del radón en las fuentes, por lo menos en aquellos manantiales más expuestos y socorridos por los vecinos, a fin de disipar dudas sobre la salubridad del agua”. Una opinión que comparte la directora técnica de laboratorio de Analicia Calidad Galicia S.L., Victoria de las Cuevas, y que hace extensible el consejo “sobre todo a aquellos concellos del mapa gallego más expuestos al radón”.

Y entre estos figuran todos los concellos arousanos, tipificados como los más expuestos, el que más, Meaño, quinto en el ranking actual de los concellos de la provincia -y 14º en del ranking gallego-, más otros como Ribadumia u O Grove. Para ellos la recomendación es efectuar una analítica en manantiales, traídas y pozos, a fin de detectar altas concentraciones radón en el agua. El objeto, hacer un cribado que permita detectar aquellos de emitan índices por encima del umbral, y ante los que cumpliría actuar. De hecho la OMS advierte que “en los casos en que se prevea una concentración elevada de radón en el agua potable, conviene medir su concentración real”. Eso sí, la OMS deja a instancias de los gobiernos los niveles que se recomienden para realizar este tipo de pruebas, y que “se establezcan en función del nivel nacional de referencia para la concentración de radón en el aire”. A buen seguro, la Galicia granítica del sur es uno de esas zonas de prevención donde actuar. De hecho los concellos de la provincia ourensana se han puesto a ello hace un año, actuando ya en aquellos manantiales subterráneos con indicios razonables de concentraciones de radón. Actuaciones similares tocarían ahora en Pontevedra y O Salnés -y Meaño en particular- para mitigar el riesgo. Las administraciones deberían ponerse a ello.


No hay comentarios:

Publicar un comentario