LLEGARÁ…
Cuando sea viejo caminaré despacio y encogido por
el parque, metido dentro de mi abrigo gris, viajaré en excursiones para la
tercera edad organizadas por algún ministerio, mi mesita de noche estará llena
de medicinas –me tomaré el jarabe después de la comidas, como de costumbre-,
seré tan sólo un sombra para los que me rodean, cuando no un obstáculo. Leeré
con dificultad la letra pequeña de los periódicos, asistiré indiferente a los
partidos de fútbol por televisión, escucharé mis discos -mis viejos discos
entonces- en los atardeceres de invierno… solo. Lo malo va a ser cuando apague
la luz y me quede a solas con mi mente. ¡Ah! Entonces cuánto tardaré en
dormirme!... Cuantas lágrimas caerán de mis ojos recordando el momento en que
ahora escribo.
Santiago de Compostela, 1989
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