LA BUMM Y LA “DÉCADA PRODIGIOSA”
La
fidelización del público a la BUMM es una garantía que avala sus conciertos.
Ayer sábado, con motivo del concierto de
Santa Cecilia, desbordó el aforo del auditorio de Ribadumia, hasta el punto de
que parte de público tuvo que utilizar las escaleras de acceso al patio de
butacas para sentare y seguir el concierto con el auditorio a rebosar.
La familia instrumentista de la BUMM
La
Banda Unión Musical de Meaño trasladada el evento a fin de semana, a fin poder
contar con su elenco al completo. El concierto, en esta ocasión, se presentaba
bajo el nombre “Grandes Solistas”, lo que suponía su dosis de protagonismo para
17 solistas a lo largo del repertorio.
Sobre
el escenario se citaron 115 instrumentistas -muchos de los jóvenes, por edad,
doblando y combinando formación en dos de las bandas-. Primero, fue turno para
la Banda Infantil, seguida de la Xuvenil, esta última dirigida, como novedad
del curso, por Antón Caneda. La primera ilusionó, la segunda fue la primera en
cautivar.
Repertorio
Luego,
se subió al escenario la BUMM. Dirigida por el maestro murciano Diego Javier
Lorente, interpretó un repertorio que deleitó. Primero, con el ritmo
trepidante del “Krump” de Scott McAllister. Luego, sobremanera, con el tercer
movimiento del “Third Symphony”, de James Barnes. Una obra que el compositor
norteamericano concibiera de modo turbado y trágico por la muerte de su hija
Natalie, a quien dedicaba precisamente ese tercer movimiento, y en el que
imaginaba como seguiría siendo su mundo
personal si la hija estuviera
viva.
Y, para finalizar, turno para siete danzas del “Riverdance” del Bill Whelan, con su exuberante percusión y la voz de la soprano meañesa Rosana Domínguez. Tres obras muy distintas, tres registros exigentes para sacar el máximo partido en la transmisión de estados emocionales, ante lo que sólo cabía rendirse hasta el más profano. Clave, Diego Javier Lorente, la figura de un director que, amén de trasmitir como pocos desde la batuta, elige las obras justas para llevar al público a lo sublime.
El público abarrotó el auditorio de Ridadumia
La
década mágica
El
concierto coincidía además precisamente con los emblemáticos diez años del
maestro Diego Javier Lorente al frente de la dirección. Y es que él se
estrenaba precisamente en el concierto de Santa Cecilia de 2013, que servía aquel día para el relevo de la
batuta por parte de su predecesor David Fiuza Souto. Un Fiuza Souto, que,
entonces emprendía su aventura con la Filarmónica de Buñol en Valencia, y que
el destino devolvió a Galicia, donde dirige hoy a la Banda Municipal de
Santiago, en la que, por avatares, Lorente López ejerce también como
clarinetista en estos últimos cursos.
Diego
Javier Lorente reconoce que, en lo personal, “dirigir es una de las formas de
hacer música que más me apasiona, y construir desde la batuta en lo que más me
realiza”. “De los 17 años que llevo en Galicia -agrega-, estos diez últimos al
frente de la BUMM han sido, y son, maravillosos, y en lo personal enorgullece
el ver como la banda se ha estabilizado de forma admirable, afrontando cada vez
proyectos nuevos, ganándose un público fiel a sus conciertos”. (En la foto: Diego Javier Lorente, en 2013, recién acabado de llegar a Meaño)
Un momento de concierto |
En cuanto a su futuro, entiende que “somos conscientes de que, en toda formación siempre llegan momentos en que un cambio es beneficioso para seguir creciendo, es algo que hablamos todos los años en la directiva y decidimos qué hacer”. “Ojalá que -añade-, llegado el momento, los proyectos musicales que me quedan por hacer con la batuta fuera de Meaño, sean tan bonitos como los que me están tocando vivir en esta etapa meañesa”. En el horizonte, con la BUMM, apunta a la posibilidad de realizar un proyecto a modo de espectáculo de banda y gran ballet, en una nueva puesta diferente en escena para volver a cautivar al público.
Desde esta puerta, ojo con la situación laboral del maestro Lorente López en relación a la Escuela de Música Municipal de Meaño, al que cabría valorar en su justa medida. Cuando una firma (concello de Meaño) tiene en filas un trabajador con tamaña entrega en lo laboral y lo emocional, y que te hace crecer, a ese se le cuida, se le mima, porque la suya es una especie en extinción. Al tiempo.
Final de concierto |
Tras los conciertos, tocaban celebración de la BUMM en la cena de Santa Cecilia en el restaurante “Casa Encarna”, sello meañés radicado en Noalla. Organizada y financiada por la banda, la cena congregó a cerca de un centenar de asistentes entre músicos y directivos. Contaba para la ocasión con menús adaptados a las diferentes edades de los comensales. Para los mayores, estaba previsto que la fiesta que prolongara hasta altas horas de la madrugada.
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