Natural
del barrio de Ganón en Xil, es, a sus 45 años, el único cetrero del municipio
de Meaño y un recién llegado al mundo de la competición de esta modalidad. Pera
su irrupción ha sido tal que en la primera aparición con su águila de harris se
ha proclamado subcampeón gallego y finalista del campeonato de España celebrado
recientemente en la localidad sevillana de Osuna. Ahora sueña repetir papel en
la Copa Ibérica que se disputa en Portugal el último fin de semana de enero. La
Xunta acaba de reconocerle además las instalaciones anexas a su vivienda como
Núcleo Zoológico. Fotos: Iñaki Abella
“LOS VUELOS DE RAPACES EN LORES TENÍAN UN EFECTO DISUASORIO QUE DURAN LO QUE EL VUELO DEL AVE”
En
el entorno rural en el que crecí y en el vivo, siempre me he sentido atraído
por el monte y la naturaleza. Me inicié en este mundillo con un vecino de Xil,
Álex García, que es criador de psitácidas, que son todo tipo de aves de pico
curvo: loros pagagayos, ninfas, agapornes… Fue así que empecé a criar algunas
ninfas y luego, hace cinco años, me hice con mi primera águila de harris de
manos de una persona que, a causa de una parálisis medular, tuvo que dejar de
trabajar con ella.
¿Qué se entiende por “trabajar” el ave
rapaz?
Se
entiende el cuidado y el entrenamiento para hacerla a ti. Existen dos teorías sobre cómo hacerlo: una parte, es la de los
cetreros que prefieren aves parentales, esto es, que cuando salen del huevo
sean cuidadas por sus progenitores, y sólo cuando crezcan pasen a ser
adiestradas por la mano del hombre. Y la otra es la de los que prefieren aves
troqueladas, que son las criadas por el hombre ya mismo desde que salen del
huevo.
¿Y cuál de ellas prefiere usted?
Los
loros y demás aves con las que se trabaja en zoológicos con exhibiciones de
cara al público es mejor que sean troqueladas. En mi caso, con las rapaces,
prefiero que sean aves parentales, yo soy partidario de que el pájaro crezca y
empiece a cazar en su estado natural.
Nuestro protagonista con dos ejemplares en su núcleo zoológico |
¿Qué aves tiene usted en
este momento?
Tengo
una pareja de harris, un colarroja, un búho real, dos lechuzas, un cernícalo
americano y un peryan.
¿Requieren muchos cuidados?
Lo
primero que precisan es una buena alimentación, lo cual hago a través producto
congelado suministrado por distribuidores autorizados que me sirven codorniz,
pollo de un día o cría de rata. Y luego, lo que requieren es tiempo: yo salgo
con ellas todos los días con ella al monte que tengo aquí al lado de casa para
hacerlas volar, lo que me supone dos o tres horas diarias, es pura pasión, en
vez de pasear un perro por el monte, paseo águilas.
Veo que tiene también unas
instalaciones acondicionadas.
Sí,
para criar un cierto número de aves se precisan de unas instalaciones
adecuadas. De hecho en mi caso acabo de recibir estos una inspección de la
Xunta que ha dado su visto bueno para declararlas “núcleo zoológico”, es algo
que llevo un año tramitando y que es difícil de lograr.
Sí,
cada año en el mes de octubre empiezan los campeonatos de caza de escape,
basados en la suelta de un faisán al que el ave rapaz del cetrero tiene de dar
caza. Me estrené en ellos con “Musa”, que es mi hembra de harris, por primera
vez este año y me hice con el subcampeonato gallego de la modalidad celebrado
en Órdenes. Semanas después clasifiqué para la final del campeonato de España,
final en la que éramos cinco, entre ellos tres gallegos: el lucense y campeón
gallego José Guizán Trastoy, Evaristo Rodríguez y yo.
Lo suyo ha sido “llegar y besar el santo”.
Lo suyo ha sido “llegar y besar el santo”.
Sí,
en mi caso fue así. Pero, sobre todo, fue un logro fue para la cetrería gallega
el clasificar los tres para la final teniendo en cuenta que aquí, en un monte
de pinos y eucaliptos, no disponemos de espacios para la caza libre como en la
Meseta, donde cuentan con espacios inmensos en los que las aves de los cetreros
cazan liebres casi todos los días, mientras que en Galicia únicamente las
sacamos volar, que no a cazar.
Iñaki Orge en plenso adiestramento con Musa, su águila de harris |
No,
en este campo en Galicia estamos muy limitados. En ausencia de estos espacios,
lo que yo trabajo con mi águila de harris es el que dé alas para que se
muscule, y para ello lo que hago es salir al monte todos los días con ella,
incluso cuando mudan la pluma, que es un momento en el que algunos cetreros no
quieren que vuelen. Luego, de vez en cuando, solicitamos autorización y nos
trasladamos al monte de A Curota donde le hacemos un escape a faisán, a modo de
una sesión de caza real.
¿Cuál es el secreto de un buen cetrero?
La
dedicación y el entusiasmo… ave y cetrero se fusionan de tal forma que, para
mí, el pájaro se convierte en la prolongación de uno mismo.
Un primer plano de Musa |
Cada
cetrero debe buscar el equilibrio justo, ahí está uno de los
secretos para la competición. En mi caso el peso de “Musa” es de
1,3 kg. y para competir le bajo eses peso a 1,09. El ave tiene
que sentir hambre para volver al puño del cetrero, pero yo no soy muy
partidario de bajarle ese peso en exceso porque puede restarle fortaleza.
Hace unos meses los vecinos de Lores
clamaban porque los cuervos les comían las espigas de maíz en las fincas. Ante
ello la administración remitió a la zona un cetrero para hacer volar las
rapaces y espantar a los cuervos. ¿Qué le puede decir a los afectados? ¿Es
realmente efectiva esta solución?
Lo
primero que cabe reseñar es que no eran cuervos, que sí son aves protegidas,
sino cornejas comunes. La solución aplicada, tal y como se hizo, efectiva no
es. Las águilas cazan lo que el cetrero le enseñe, por lo que, para cazar
cornejas, tienes que haberlas instruido previamente para ello. Los vuelos de
rapaces en Lores sólo tenían un efecto disuasorio que duraba lo que el vuelo
del águila, no más.
El cetrero meañés poniendo fin a su jornada de adiestramiento con Musa |
En
lo tocante a solución aplicada, no, porque para que sea efectiva, la presencia
del ave rapaz en la zona tiene que ser continuada. Es el caso de lo que ocurre
en los aeropuertos…
¿En los aeropuertos?
Sí,
todos los aeropuertos cuentan con un servicio de cetrería, disponen de
instalaciones propias para los pájaros y cetreros profesionales que trabajan
allí los 365 días del año. Su misión es hacer volar las rapaces a diario para
disuadir a otros pájaros de las inmediaciones. De esta forma garantizan la
seguridad de los aviones en el momento del aterrizaje y el despegue.
¿Y no se ha planeado usted alguna vez el poder
vivir de esto?
No,
para nada, yo tengo una profesión al margen, lo mío con la cetrería en pura
pasión.
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