Meaño
es, junto con Mos, Campo Lameiro y Salceda de Caselas, uno de los municipios de
la provincia más expuestos al gas radón y a sus efectos perniciosos sobre la
salud. Y es que estudios epidemiológicos relacionan la exposición prolongada a
altas concentraciones de este gas con el aumento del cáncer de pulmón, e
incluso con otro tipo de patologías tumorales. Un enemigo silencioso que emana
del subsuelo granítico y que se cuela en la vivienda o lugar de trabajo. En el
mercado existen ya empresas especializadas en reducir su presencia en el
interior de edificaciones, labor a la que también se consagra el proyecto
Radonlab de la Universidad de Santiago de Compostela.
MEAÑO, EPICENTRO DEL RADÓN EN O SALNÉS
Panorámica de Meaño desde la fuente de Trubisquido |
Y es
que en pleno Corazón do Salnés, Meaño se halla entre los cinco municipios de la
provincia con mayor concentración de radón -y el que arroja de largo cifras más
altas de la comarca arousana-, sólo superado por Fornelos de Montes, Mos, Campo
Lameiro y Salceda. A nivel de Galicia ocupa el puesto 14 en un ranking que
lideran los concellos ourensanos de O Bolo y Mezquita.
El
acceso a la solicitud de una medición en Radonlab es sencillo, mismo usted
puede tramitarla a través de la web. Técnicos de la Universidad de Santiago se
desplazarán a su domicilio y efectuarán una medición en tres puntos de su
vivienda durante un plazo de tiempo. Si los resultados superan los umbrales de
exposición aconsejados, un equipo integrado por ingenieros y arquitectos
coordinados con el proyecto de la USC, le recomendará las actuaciones a
realizar para rebajar la presencia a este gas. “Estamos consiguiendo resultados
espectaculares -reconoce Dolores Cortina-, logrando reducir hasta en un 90 la
exposición al radón en los hogares”.
El
coste de realizar la medición por parte de la USC es de 160 euros, y las obras
a ejecutar varían luego en función del inmueble y la actuación necesaria, una
vez se haya detectado el foco de entrada: “yo he visto solventar un problema
con una actuación mínima de poco más de 100 euros hasta un máximo 20.000 en el
caso un gran bloque de oficinas de la administración” apunta Dolores Cortina.
Pero,
¿qué es el radón? Se trata de un gas radiactivo que procede de la
descomposición del uranio de la corteza terrestre, y que está presente en mayor
medida en zonas de subsuelo granítico, emanando a la superficie a través de las
grietas que existen en la piedra. Es incoloro, inodoro e insípido, lo que lo
convierte en un enemigo silencioso, imposible de detectar por los sentidos.
Galicia, por su configuración granítica envejecida, es una de las zonas más
expuestas de la Península.
Su
presencia en el exterior de las viviendas es baja, pero tiende a acumularse
dentro de los espacios habitables, y es ahí donde la exposición a él se
convierte en factor de riesgo porque, cuando lo inhalamos, se descompone en
partículas alfa radiactivas que impactan en los pulmones. Eso sí, Dolores
Cortina desmonta el mito del riesgo de las casas construidas en granito: “que
una casa sea o no de piedra -afirma-, no significa que acumule más o menos
radón, eso es más una leyenda urbana, el radón emana del subsuelo” aclara
Dolores Cortina.
Técnicos de la empresa Vesotec colocando un medidor de radón |
Desde
1988 la Organización Mundial de la Salud lo reconoce como cancerígeno y en 2009
recomendó reducir la exposición a niveles que minimicen el riesgo. Esos
niveles, siempre según la OMS, son los que se mueven por debajo de los 100
bequerelios -que sí se llama la unidad en que se mide este gas- por m3 de aire.
Estados Unidos establece niveles inferiores a 150, la Unión Europea a 200, y la
normativa española, más permisiva, eleva esta cifra hasta los 300 bequerelios.
Rubén
Veiga dirige la empresa Vesotec afincada en Noia, que lleva una década dedicada
al reducir el nivel del radón en los hogares. “El problema -apunta- depende del
subsuelo justo sobre el que se ha construido la vivienda. Nosotros mismos hemos
comprobado cómo, en dos viviendas idénticas, una al lado de otra en una
urbanización en A Coruña, construidas en el mismo año y con los mismos
materiales, en una, los niveles eran de algo más de 100 bequerelios y en la
otra superaban los 1.100”. Unas cifras que en Galicia pueden elevarse en casos
hasta los 10.000 bequerelios. Y, según la Organización Mundial de la Salud, el
riesgo de contraer cáncer de pulmón aumenta en esos casos un 16 por ciento por
cada 100 bequerelios/m3 a mayores.
En
su radio de acción Vesotec ha actuado en viviendas de concellos de la comarca
arousana como Vilagarcía, Vilanova, Cambados “pero nunca nos han solicitado
medición alguna desde Meaño” reconoce Rubén Veiga. “A la hora de construir
-apunta- una simple medición por sondeo del subsuelo podría hacer ya descartar
un terreno u otro, y luego, en el momento de edificar, un buen sistema de
aireación en el subsuelo mitigaría el problema, pero hay que preverlo”.
Trabajos de realización de una cata en terreno para medición de radón |
Ventilación
y aislamiento son las dos medidas que recomiendan. Según Rubén Veiga el coste
de una intervención media, “abriendo suelo y habilitando una ventilación
mecánica con motores de calidad, se mueve en una horquilla de 1.500 a 2.000
euros”. Una cuantía que, en ocasiones, echa para atrás a más de uno: “siempre
hay casos -apunta - en que cuando el propietario recibe la noticia de un
resultado alto y se le habla de la intervención y el precio, acaba por quitarle
hierro al asunto y aplazando el tema”. “Esto va por oleadas -añade-, cuando se
publica algún trabajo científico sobre los efectos del radón te llaman, porque
la gente se conciencia más”.
Por detrás del tabaco
Resultado de medición de radón en Dena |
Otros
indicios apuntan a tumores cerebrales. Así, se ha constatado que Mos, Campo
Lameiro, Salceda de Caselas y Meaño, en hombres, y Fornelos de Montes, Mos,
Campo Lameiro, Salceda de Caselas y Meaño en mujeres, todos por este orden, son
los concellos de Pontevedra que estadísticamente tienen más riesgo relativo de
mortalidad por tumores cerebrales, lo que coincide con el mapa de alta
exposición al radón en la provincia.
Por
el momento Meaño vive ajeno al problema. Arquitectos y técnicos consultados
reconocen que nunca nadie les trasladó inquietud alguna sobre el tema. “Cierto que
desde 2007 -aclara José Manuel Sueiro, arquitecto que dirige varias obras en Meaño- la normativa obliga a disponer ya de lo que se llama un forjado
sanitario, a fin de evitar que el suelo de la vivienda esté en contacto directo
con el terreno y de minimizar así la exposición a gases como el radón, pero por
lo demás ningún promotor me preguntó por ello”. Sabedor de la incidencia el
topógrafo meañés Pablo Pereira realizó mediciones en su propio domicilio de
Dena: “fue durante una semana y me dio una media de 105 bequerelios, pero a
familiares míos en Moraña, que viven en casas de muchos años les dio más de
1.000”.
La empresa vesotec ya está cerrada.
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