Han
pasado ya diez años desde que en diciembre de 2007 se aprobara de la Ley de
Memoria Histórica que, entre otros aspectos, establecía que “escudos,
insignias, placas y objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o
colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la
dictadura” deberían ser retirados de los edificios públicos. Después de una
década el municipio de Meaño, como otros arousanos, conserva todavía vestigios
que conmemoran aquella guerra y dictadura, y que incumplen la legislación
vigente.
LOS RESCOLDOS DEL FRANQUISMO EN MEAÑO
Placa de mármol en el fachada de la iglesa de Padrenda |
En
Dena, que es la localidad más grande del municipio, la placa, situada a la
izquierda de la puerta de la parte vieja del templo, alberga bajo una cruz
griega y sin encabezamiento alguno el nombre y apellidos de doce vecinos de la
localidad, fallecidos todos ellos en combate por el llamado “bando nacional”, y
que aparecen bajo por el nombre de José Antonio Primo de Rivera, esculpido este
en letras de mayor tamaño.
En
Santa María de Simes, otra placa similar preside la fachada. En su caso, bajo
el epígrafe de “Caídos por España
1936-1939”, se contabilizan los nombres de cinco varones de la localidad
muertos en aquel conflicto militar. Vecinos de Simes recuerdan como, hasta bien
entrados los años 70, la viuda de unos de aquellos caídos colocaba un cirio y
flores en memoria de su difunto marido a los pies del monumento.
La
tercera de las placas se conserva en la iglesia de San Martín de Padrenda. Esta
pieza de está presidida por un epígrafe donde, literalmente, reza “Caídos por
Dios y por la Patria”. En ella aparecen esculpidos, debajo del omnipresente
Primo de Rivera, los nombres de cuatro vecinos, que que, en su caso, figuran
bajo la singular mención de “Hijos de la Parroquia”. A sus pies, y en un
lateral, el yugo falangista con sus cinco flechas.
Iglesia de Dena con una placa franquista a la izquierda de la puerta |
Otras iglesias meañesas no contaron con placa o bien le fue
retirada en su día, tal y como ocurrió en la iglesia de San Xoan Bautista de
Meaño, en que esa pieza de mármol rompió, casual o intencionadamente, cuando a
mediados de los años 70 la parroquia, con una comisión vecinal al frente, llevó
a cabo una remodelación del atrio para retirar el viejo camposanto que
albergaba la tierra, más realizar la limpieza de piedra y madera de la vieja
iglesia.
Un siglo después
La iglesia románica de Simes posee otra placa franquista en el muro de la torre |
Así,
preguntada sobre la pervivencia de las estas placas, la alcaldesa Lourdes Ucha
reconoce que “en ningún momento nos hemos parado a darnos cuenta de ellas, tal
vez, como para nuestra generación siempre han estado ahí, nos vienen pasando
hasta desapercibidas”. “Por otra parte -agrega- nadie nos ha planteado nunca la
demanda de retirarlas. Cierto que si hay una ley, debe cumplirse, pero tampoco
sabemos bien a qué administración compete el asunto”. “Además -añade-, al estar
en este caso en un edificio que no es titularidad pública, sino de la Iglesia,
se entiende que la decisión parece debería competer al arzobispado”.
Desde
la oposición Aspérez Montes (Meaño Independente) e Icía García (PSOE) limitan
su opinión a la legislación vigente. El primero ampara la suya en que “existe
una ley, y las administraciones, incluida la local, lo que deben hacer es
cumplirla”. La segunda precisa: “la norma es muy clara -afirma- y es el deber
del concello de Meaño cumplir la Ley de Memoria Histórica, tal y como se están
haciendo otros concellos”.
Algunos vecinos preguntados abogan por la pervivencia de estas manifestaciones, otros en cambio las rechzan de lleno: "¿Que pensaríamos si fuéramos a Alemania y nos encontráramos en iglesias, lavaderos o fuentos placas con símbolos nazis que se conservaran a modo de recuerdo?", se preguntan. "Eso mismo -se contestan- es justo lo que piensa un turista alemán o extranjero cuando llega a aquí y se topa con estas placas. No ha lugar".
Algunos vecinos preguntados abogan por la pervivencia de estas manifestaciones, otros en cambio las rechzan de lleno: "¿Que pensaríamos si fuéramos a Alemania y nos encontráramos en iglesias, lavaderos o fuentos placas con símbolos nazis que se conservaran a modo de recuerdo?", se preguntan. "Eso mismo -se contestan- es justo lo que piensa un turista alemán o extranjero cuando llega a aquí y se topa con estas placas. No ha lugar".
Inscripción que reza en la fuente del lavadero de "A Fontiña" en Cobas, remarcada en tiza para resultar legible legible al lector |
La voz de la Iglesia
Cuando
se les pregunta, los sacerdotes que regentan estas parroquias también evitan la
polémica. “Nunca hubo problema alguno sobre el particular -reconoce Juan Ventura
Martínez, párroco de Simes, y a la sazón también de San Vicente de O Grove-, ni
en Simes ni en San Vicente, en cuya fachada existe también una cruz
conmemorativa de este tipo, y no hubo conflicto alguno por la presencia de
estas piezas, nadie demandó su retirada”. “Además -advierte-, no es fácil
porque algunas iglesias están catalogadas formalmente como monumentos
históricos, y en ellas no se puede tocar una piedra sin el permiso de la
Dirección Xeral de Patrimonio”.
Preguntado
sobre la cuestión Javier Aguado, responsable de comunicación del arzobispado de
Santiago, explica la posición de la institución: “Tanto desde la Vicaría
General -precisa- como desde la Asesoría Jurídica, se estudian todos los
escritos remitidos al Arzobispado por los concellos sobre la retirada de placas
de las iglesias, y se les da una respuesta a cada demanda”.
Otra imagen de la fachada de la iglesia de Dena con la placa franquista |
Cierto,
la Ley de Memoria Histórica precisa que la supresión de estos elementos “no
será de aplicación cuando (…) concurran razones artísticas, arquitectónicas o
artístico-religiosas protegidas por la ley”, lo cual podría aplicarse, según
los defensores de la pervivencia de estas placas, a iglesias y templos de
culto. Por contra los detractores argumentan que son elementos añadidos, que no
forman parte del monumento histórico catalogado como tal, y que además están
adosados, por lo que su retirada, tal y como ocurrió en su día en la iglesia de
San Xoan de Meaño, inventariada por Patrimonio como iglesia románica, no
supondría daño alguno a los edificios.
Lavaderos y fuentes
Otra panorámica de la fuente y lavadero de "A Fontiña" en Cobas |
Amén
de en Cobas, también la fuente de Trubisquido en Meaño conservaba un trabajado
bajo relieve del yugo falangista, si bien en este caso ha sido erosionado
recientemente por alguna mano anónima. Además en Dena, la fuente de Dadín
mantiene otro relieve falangista, y en Xil la “fonte das Seis” en Ganón, la más
socorrida del municipio para abastecerse de agua potable, alberga una placa con
las siglas O.S.M. (Obra Social del Movimiento) y el emblema de la falange junto
a la fecha de construcción (1953).
Lavadero de Ponte-Dena con el yugo falangista en una placa a la entrada |
Otros concellos
No
sólo Meaño. En muchas localidades arousanas pervive aún la simbología
franquista. En Pontecesures la Iniciativa Galega pola Memoria Histórica
denunciaba hace unos meses la decisión del alcalde Juan Manuel Vidal de someter
a consulta la obligación de retirar esta simbología. En Catoira el BNG
demandaba la supresión de yugo falangista de la fuente de Tras da Veiga. Dos
pruebas más, en otras de la comarca, que demuestran que diez años después las
propias administraciones siguen incumpliendo la ley.
Desgraciadamente estamos "refacendo" a historia.
ResponderEliminarNon sen razón o home é o único animal que tropeza dúas veces na mesma pedra (en realidade, tropeza eternamente nesa pedra).
Qué mágoa que non se poida escribir con liberdade, sopena de ser acalado pola senxustiza deste "país".