sábado, 11 de junio de 2022

UN COMEDOR DE EXCUSAS

La demanda de dotar el CEIP de Las Covas con un comedor escolar puso en evidencia una vez más la falta de criterio de un alcalde meañés que crece a cada paso, cuya versión de los hechos va mudando como el viento (dependiendo, sobre todo, de donde sople) Desde aquí, sin medias tintas, narramos la cadena de hechos, tal y como sucedieron, muy lejos de la versión y excusas esgrimidas (con los latiguillos que acostumbra) por el regidor Carlos Viéitez. Para sonrojarse!

Este comedor responde a una demanda de años. Emergiera ya en la anterior legislatura en pro de un servicio a familias y escolares, que fue calando aún más en los últimos cursos.
 
Acuerdo para un plan B
Fue a finales del pasado mes de marzo, que se reunieron en los despachos de la Delegación de Educación, el Jefe Territorial, César Pérez, responsables de la Unidad Técnica de Educación, la inspectora del centro, el director del CEIP Paulo Nogueira y el alcalde de Meaño, Carlos Viéitez. El objetivo, una entente entre las dos administraciones para hacer posible dotar de comedor el colegio As Covas.

Patio de columnas del colegio, propuesta de partida para el comedor

Sobre la mesa, la primera propuesta (y sustancialmente mejor) fue la de habilitar un espacio para poder acoger este servicio en el patio de columnas que existe bajo el primer bloque del centro. La propuesta conllevaría cerrar unos 120 m2 de ese espacio, lo que permitiría ganar un comedor del que, amén de dar servicio al colegio también como salón de actos, serviría para que el concello pudiera tirar de ese amplio espacio -no vinculado con el interior del colegio-, para, llegado el caso, poder utilizarlo como sede de ludotecas y campamentos estivales o navideños.
La obra, según la Unidad Técnica, supondría la inversión estimada de unos 120.000 euros. Hacerla posible precisaría de un acuerdo entre Educación y concello para financiarla al alimón. Nada más escuchada la cifra, Carlos Viéitez lo consideró inasumible, pese al pingüe remanente de más de 3 millones de euros que el ayuntamiento tiene en caja (merced al ahorro acumulado a partir 1991 y que, desde 2021, la ley sí permite utilizar a los ayuntamientos).
Ante tamaña inversión y la premura, se puso sobre la mesa un plan B, que se barajó como mejor opción (aún siendo peor) para salir del paso. Se trataría de transformar en comedor una estancia de unos 60 m2 que el centro utiliza como pequeña cocina-almacén en el bloque principal del colegio. Se considera que el habitáculo serviría para dar cabida a una treintena de niños, siendo una obra sencilla que estaría a punto para el nuevo curso. Cierto que, para el caso, se precisaba también de una entente entre Educación y concello. La propuesta de César Pérez era que el concello asumiría la obra de acondicionamiento del local, y Educación aportaría el equipamiento del comedor (mesas, sillas, vitrina cobertura de alimentos, nevera, microondas, etc.). Viéndola más asequible, el acalde de Meaño admitía el poder co-financiarla en base a esa alternativa.

Espacio del local cocina para el plab  onvertible en comedor

Como quiera que el posible coste hacía titubear al mandatario meañés, César Pérez le sugería in situ la posibilidad de que, tal y como se obró en comedores en otro centros escolares (Cambados, entre otros), el poder recurrir a financiar su parte en base al Plan Concellos de la Diputación. Esto es, lo que se le propone al regidor es que la Diputación pueda financiar la partida económica que debería aportar el concello (no la parte de la Xunta, tal y como argumentó el PSOE meañés en el pleno de finales de mayo, por cuanto la información periodística alegada, que sí era correcta, no fuera bien interpretada por político-lector) [ver foto anexa de crónica referida por el PSOE]
 
Dilema de 3.000 euros
Dada la entente en base a ese plan B, el jefe provincial César Pérez comprometió una nueva visita del jefe de la Unidad Técnica a Meaño para evaluar el acondicionamiento del local de ese nuevo comedor. Así las cosas José Picallo Tanoira visitó el CEIP As Covas a inicios de abril. En el encuentro, junto al jefe de la Unidad Técnica de Educacion, el director del colegio Paulo Nogueira y el alcalde Carlos Viéitez.
Valorada la misma, Picallo Tanoira estimó que la obra le supondría al concello una cantidad de entre 2.500 y 3.000 euros, por cuanto por simplicidad de la obra al poder acometerse por administración en base a operarios municipales, por los costes únicamente se limitarían a los materiales a emplear.
La cifra cercana a los 3.000 euros hizo cundir la alarma en el regidor que lo estimó excesivo. Allí, ipso facto, comunicación telefónica de Carlos Viéitez con el jefe territorial de Educación, y de la conversación la decisión fue dejar aquel acuerdo stand by. El regidor lo consideraba inasumible, por lo que el comedor se aparcaba en espera de ocasión futura.

Un momento del pleno del 27 de mayo

En el pleno celebrado del 27 de mayo, a preguntas de la oposición, el alcalde reconoció que no se acometería la obra del comedor. Para ello amparó su respuesta en dos argumentos engañosos. El primero, cuando afirma que “empezamos os trámites, e desde a Xunta nos dicen que non poden aportar nada, que se quedaron sen recursos dado incremento brutal dos materiais” (ver video-acta 2:49’40’’). Cabe aclarar que, a esa fecha no se había iniciado trámite formal alguno, y que aquel acuerdo verbal nada tenía que ver con el incremento de precio de materiales de obra, porque Educación no asumía éstos, sino el equipamiento del comedor.
Y el otro argumento, en el que falta deliberadamente a la verdad el regidor es cuando, interpelado por la oposición asegura desconocer los términos de como se financiaría la obra: “no recuerdo las cifras”, aseveró en tres ocasiones (ver video-acta 2:52’20’’ o, a la sazón, leer San Mateo 26:34 en que Pedro negó tres veces). Se lo desvelamos desde aquí: al 50 por ciento la obra grande (patio de columnas); y la pequeña, en base a equipamiento por parte de Educación, y la obra material de re-acondionamiento del local por cuenta del concello en base a esos 2.500-3000 euros. Dos conceptos que, para perplejidad, el Carlos Viéitez aseguraba en el pleno “desconocer” (y que los conocía, y bien)

Aquel viraje y los pretextos argumentados no hicieron sino crecer el malestar de la comunidad educativa. El ANPA A Toxa demandó entonces una reunión con el regidor, que se celebraba en la noche de este pasado lunes, 6 de junio en el consistorio, con presencia del regidor Carlos Viéitez y la edil de cultura -otrora directiva del ANPA- María Estévez. Cabe no entrar en los reproches de entrada, que el regidor dedicó a un colectivo que, pese a quien pese, sólo representa a sus hijos, no más. Yéndonos directamente a la propuesta: el ANPA le trasladó al alcalde que si el concello no aportaba su parte para la entente con Educación, sería los propios padres y madres las que financiarían de su bolsillo la obra. El envite, hizo virar otra vez al regidor (“donde dije digo, digo Diego”). Así pues, se mostró receptivo a acometer la parte del acuerdo que había rechazado dos meses antes: el concello acometería el acondicionamiento del local en base a esos 2.500-3.000 euros.
Hasta mediados de junio y en todo este tiempo, han transcurrido casi tres meses baldíos sobre el principio de acuerdo, ruptura, y otra vez entente (“para este viaje no necesitaba estas alforjas”). Eso sí, ahora la obra tendrá que ir presta con vistas a estar a punto para el 8 de septiembre, que es la fecha de inicio del nuevo curso escolar.

El CEIP As Covas en un referente de modelo en Galicia 

Cuestión de prioridades 
Llegados a este punto, no estaría mal reflexionar sobre como gobierno meañés gestiona socialmente el asunto, en comparación, a cómo se había hecho en Meis. Allí la alcaldesa Marta Giráldez acometerá con fondos propios la construcción de un comedor escolar en el CEIP de Armenteira que requiere la inversión de 7.000 euros, cuya partida contemplan y comprometen ya los presupuestos municipales 2022. Un comedor para un pequeño colegio de tan sólo 47 niños, con una decisión donde, por encima del número y del dinero, priman las personas. En cambio, en este Meaño lo que ha primado es la construcción de una plataforma-mirador para ubicar la botella luminosa que, tras Navidad, obstaculiza la Praza da Feira (entre botella y mirador nos iremos a unos 50.000 euros, o más). Son dos visiones opuestas, dos criterios, dos prioridades. Cada cual escoja el modelo a izar como bandera.
Para acabar, dos advertencias. Una, de cristalizar este plan B, el comedor resultante contará con una capacidad para tan sólo 30 escolares… Y en un sondeo de pre-inscripción se han mostrado interesados en recurrir al servicio ya 27 familias: ¿nos quedaremos cortos a las primeras de cambio? [foto: otra panorámica del local suceptible de reconvertir en comedor escolar]

Y otra, ésta más inquietante: Carlos Viéitez ha advertido que el concello no asumirá la  gestión del comedor del CEIP de As Covas, sino que deberán hacerlo las familias a través del ANPA. Esto significará que el coste de los cuidadores tendrá que asumirlo las familias y, en buena lógica, revertirlo en el plato de cada usuario. Así las cosas, con el mismo menú y la misma empresa de catering, se augura que un niño del CEIP de As Covas pagará un precio sustancialmente más caro que el que abonará un niño en el CEIP de Coirón (donde los monitores corren por cuenta municipal). Enésima falta de criterio en un alcalde al que, lo que le falta, es precisamente eso. “¿Qué más quieres, carretero?
 
                                                                                                         

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