UN COMEDOR DE EXCUSAS
La demanda de dotar el CEIP de Las Covas con un comedor escolar puso en evidencia una vez más la falta de criterio de un alcalde meañés que crece a cada
paso, cuya versión de los hechos va mudando como el viento (dependiendo, sobre todo, de
donde sople) Desde aquí, sin medias tintas, narramos la cadena de hechos, tal y
como sucedieron, muy lejos de la versión y excusas esgrimidas (con los latiguillos
que acostumbra) por el regidor Carlos Viéitez. Para sonrojarse!
Este comedor responde a una demanda de años. Emergiera ya en
la anterior legislatura en pro de un servicio a familias y escolares, que fue
calando aún más en los últimos cursos. Acuerdo para un plan BFue
a finales del pasado mes de marzo, que se reunieron en los despachos de la Delegación
de Educación, el Jefe Territorial, César Pérez, responsables de la Unidad
Técnica de Educación, la inspectora del centro, el
director del CEIP Paulo Nogueira y el alcalde de Meaño, Carlos Viéitez. El objetivo,
una entente entre las dos administraciones para hacer posible dotar de comedor
el colegio As Covas.
Sobre
la mesa, la primera propuesta (y sustancialmente mejor) fue la de habilitar un
espacio para poder acoger este servicio en el patio de columnas que existe bajo el
primer bloque del centro. La propuesta conllevaría cerrar unos 120 m2 de ese
espacio, lo que permitiría ganar un comedor del que, amén de dar servicio al
colegio también como salón de actos, serviría para que el concello pudiera
tirar de ese amplio espacio -no vinculado con el interior del colegio-, para,
llegado el caso, poder utilizarlo como sede de ludotecas y campamentos
estivales o navideños.La
obra, según la Unidad Técnica, supondría la inversión estimada de unos 120.000
euros. Hacerla posible precisaría de un acuerdo entre Educación y concello para
financiarla al alimón. Nada más escuchada la cifra, Carlos Viéitez lo consideró
inasumible, pese al pingüe remanente de más de 3 millones de euros que el
ayuntamiento tiene en caja (merced al ahorro acumulado a partir 1991 y que,
desde 2021, la ley sí permite utilizar a los ayuntamientos). Ante
tamaña inversión y la premura, se puso sobre la mesa un plan B, que se barajó
como mejor opción (aún siendo peor) para salir del paso. Se trataría de
transformar en comedor una estancia de unos 60 m2 que el centro utiliza como pequeña
cocina-almacén en el bloque principal del colegio. Se considera que el
habitáculo serviría para dar cabida a una treintena de niños, siendo una obra
sencilla que estaría a punto para el nuevo curso. Cierto que, para el caso, se
precisaba también de una entente entre Educación y concello. La propuesta de
César Pérez era que el concello asumiría la obra de acondicionamiento del
local, y Educación aportaría el equipamiento del comedor (mesas, sillas,
vitrina cobertura de alimentos, nevera, microondas, etc.). Viéndola más
asequible, el acalde de Meaño admitía el poder co-financiarla en base a esa alternativa.
Como
quiera que el posible coste hacía titubear al mandatario meañés, César Pérez le
sugería in situ la posibilidad de que, tal y como se obró en comedores en otro centros escolares (Cambados, entre otros), el poder recurrir a financiar su parte en base al Plan Concellos de la Diputación. Esto es, lo que se le propone
al regidor es que la Diputación pueda financiar la partida económica que debería
aportar el concello (no la parte de la Xunta, tal y como argumentó el PSOE
meañés en el pleno de finales de mayo, por cuanto la información periodística
alegada, que sí era correcta, no fuera bien interpretada por político-lector) [ver foto anexa de crónica referida por el PSOE] Dilema de 3.000 eurosDada la entente en base a ese plan B, el jefe provincial César Pérez comprometió una
nueva visita del jefe de la Unidad Técnica a Meaño para evaluar el
acondicionamiento del local de ese nuevo comedor. Así las cosas José Picallo
Tanoira visitó el CEIP As Covas a inicios de abril. En el encuentro, junto al
jefe de la Unidad Técnica de Educacion, el director del colegio Paulo Nogueira
y el alcalde Carlos Viéitez.Valorada
la misma, Picallo Tanoira estimó que la obra le supondría al concello una
cantidad de entre 2.500 y 3.000 euros, por cuanto por simplicidad de la obra al
poder acometerse por administración en base a operarios municipales, por los costes
únicamente se limitarían a los materiales a emplear.La
cifra cercana a los 3.000 euros hizo cundir la alarma en el regidor que lo
estimó excesivo. Allí, ipso facto, comunicación telefónica de Carlos Viéitez
con el jefe territorial de Educación, y de la conversación la decisión fue
dejar aquel acuerdo stand by. El regidor lo consideraba inasumible, por lo que el
comedor se aparcaba en espera de ocasión futura.
En
el pleno celebrado del 27 de mayo, a preguntas de la oposición, el alcalde reconoció
que no se acometería la obra del comedor. Para ello amparó su respuesta en dos
argumentos engañosos. El primero, cuando afirma que “empezamos os trámites, e
desde a Xunta nos dicen que non poden aportar nada, que se quedaron sen
recursos dado incremento brutal dos materiais” (ver video-acta 2:49’40’’). Cabe
aclarar que, a esa fecha no se había iniciado trámite formal alguno, y que
aquel acuerdo verbal nada tenía que ver con el incremento de precio de materiales
de obra, porque Educación no asumía éstos, sino el equipamiento del comedor.Y
el otro argumento, en el que falta deliberadamente a la verdad el regidor es
cuando, interpelado por la oposición asegura desconocer los términos de como se
financiaría la obra: “no recuerdo las cifras”, aseveró en tres ocasiones (ver
video-acta 2:52’20’’ o, a la sazón, leer San Mateo 26:34 en que Pedro negó tres
veces). Se lo desvelamos desde aquí: al 50 por ciento la obra grande (patio de
columnas); y la pequeña, en base a equipamiento por parte de Educación, y la
obra material de re-acondionamiento del local por cuenta del concello en base a
esos 2.500-3000 euros. Dos conceptos que, para perplejidad, el Carlos Viéitez aseguraba
en el pleno “desconocer” (y que los conocía, y bien)
Aquel
viraje y los pretextos argumentados no hicieron sino crecer el malestar de la
comunidad educativa. El ANPA A Toxa demandó entonces una reunión con el
regidor, que se celebraba en la noche de este pasado lunes, 6 de junio en el
consistorio, con presencia del regidor Carlos Viéitez y la edil de cultura
-otrora directiva del ANPA- María Estévez. Cabe no entrar en los reproches de
entrada, que el regidor dedicó a un colectivo que, pese a quien pese, sólo
representa a sus hijos, no más. Yéndonos directamente a la propuesta: el ANPA
le trasladó al alcalde que si el concello no aportaba su parte para la entente
con Educación, sería los propios padres y madres las que financiarían de su
bolsillo la obra. El envite, hizo virar otra vez al regidor (“donde dije digo,
digo Diego”). Así pues, se mostró receptivo a acometer la parte del acuerdo que
había rechazado dos meses antes: el concello acometería el acondicionamiento
del local en base a esos 2.500-3.000 euros. Hasta
mediados de junio y en todo este tiempo, han transcurrido casi tres meses
baldíos sobre el principio de acuerdo, ruptura, y otra vez entente (“para este
viaje no necesitaba estas alforjas”). Eso sí, ahora la obra tendrá que ir presta
con vistas a estar a punto para el 8 de septiembre, que es la fecha de inicio
del nuevo curso escolar.
El CEIP As Covas en un referente de modelo en Galicia
Cuestión de prioridades Llegados
a este punto, no estaría mal reflexionar sobre como gobierno meañés gestiona
socialmente el asunto, en comparación, a cómo se había hecho en Meis. Allí la
alcaldesa Marta Giráldez acometerá con fondos propios la construcción de un
comedor escolar en el CEIP de Armenteira que requiere la inversión de 7.000
euros, cuya partida contemplan y comprometen ya los presupuestos municipales
2022. Un comedor para un pequeño colegio de tan sólo 47 niños, con una decisión donde,
por encima del número y del dinero, priman las personas. En cambio, en este Meaño
lo que ha primado es la construcción de una plataforma-mirador para ubicar la
botella luminosa que, tras Navidad, obstaculiza la Praza da Feira (entre
botella y mirador nos iremos a unos 50.000 euros, o más). Son dos visiones
opuestas, dos criterios, dos prioridades. Cada cual escoja el modelo a izar
como bandera.Para
acabar, dos advertencias. Una, de cristalizar este plan B, el comedor
resultante contará con una capacidad para tan sólo 30 escolares… Y en un sondeo
de pre-inscripción se han mostrado interesados en recurrir al servicio ya 27
familias: ¿nos quedaremos cortos a las primeras de cambio? [foto: otra panorámica del local suceptible de reconvertir en comedor escolar]
Y
otra, ésta más inquietante: Carlos Viéitez ha advertido que el concello no
asumirá la gestión del comedor del CEIP
de As Covas, sino que deberán hacerlo las familias a través del ANPA. Esto
significará que el coste de los cuidadores tendrá que asumirlo las familias y,
en buena lógica, revertirlo en el plato de cada usuario. Así las cosas, con el
mismo menú y la misma empresa de catering, se augura que un niño del CEIP de As
Covas pagará un precio sustancialmente más caro que el que abonará un niño en
el CEIP de Coirón (donde los monitores corren por cuenta municipal). Enésima
falta de criterio en un alcalde al que, lo que le falta, es precisamente eso. “¿Qué más quieres, carretero?
UN COMEDOR DE EXCUSAS
La
obra, según la Unidad Técnica, supondría la inversión estimada de unos 120.000
euros. Hacerla posible precisaría de un acuerdo entre Educación y concello para
financiarla al alimón. Nada más escuchada la cifra, Carlos Viéitez lo consideró
inasumible, pese al pingüe remanente de más de 3 millones de euros que el
ayuntamiento tiene en caja (merced al ahorro acumulado a partir 1991 y que,
desde 2021, la ley sí permite utilizar a los ayuntamientos).
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