domingo, 2 de abril de 2023

   

La remodelación del pabellón de deportes de As Covas -eficiencia energética, según reza en el eufemismo de proyecto- conoce un escalón más en el despropósito para un retraso que nos pone contrarreloj para no perder la subvención. El último paso, el de este pasado viernes en el postrero pleno de esta legislatura, con la inyección de 98.610 euros más. De los 450.462 que se presupuestaban de partida, se subió a 503.790 euros en 2022 y, este pasado viernes, a
602.400 euros. Una obra que empezó a rodar hace dos años, pero que todavía no arrancó. Mera cifra matemática, pero en realidad hablarnos de dinero real, también del suyo. Y otra más en el alero: el problema de condensación de la cancha -que, por sus dimensiones, no reúne ni las condiciones para el deporte de balonmano-, que es el otro que se anuncia, al tiempo.
Cabe escapar de la realidad virtual que vende el argumentario político, y bajar a ras de suelo para toparse con la cruda realidad del retraso de un proyecto por fascículos. Desde aquí, lo hacemos.
 

LA VERDAD SOBRE EL AMIANTO DEL PABELLÓN DE MEAÑO

 
En este periplo de dos años, el proyecto no se paró -ni quiso- ante la norma. La ley vigente reglamenta que la retirada de amianto es obligada en España o en el caso de construcción o rehabilitación. La normativa precisa además que su retirada debe estar siempre contemplada en los presupuestos de rehabilitación, factor éste que deben tener en cuenta las administraciones públicas a la hora de sus actuaciones (y que en este proyecto de Meaño ni se valoró).


Cubierta con amianto del pabellón de As Covas que data
de inicios de los años 80

Aún más. La norma vigente desde abril de 2022,  obliga a los ayuntamientos de España a tener localizado el amianto existente en sus edificios públicos. Por esta razón, antes de abril de este año 2023, los concellos deberían tener elaborado un censo de instalaciones y emplazamientos que contengan amianto, incluyendo además un calendario que planifique su retirada, el cual debe ejecutarse antes de 2028. En abril de 2023 estamos, y en Meaño estee censo no existe.
Es más, la norma establece el priorizar las actuaciones, atendiendo al grado de peligrosidad y exposición por parte de la población más vulnerable. Tan sólo se contemplaría una prórroga sobre ese 2028 en casos muy justificados, pero, en lo que a situación de población vulnerable se refiere, la población infantil y, en consecuencia, los centros escolares, estarían dentro de esa prioridad (leáse escolares CEIP As Covas y su uso del pabellón).
 
Pese a esta evidencia, el regidor Carlos Viéitez mantenía en su día, en sesión plenaria y ante el micro -y lo justificaba-, la no retirada del amianto del pabellón:
se encapsularía, procediendo a disponer una sobrecubierta encima de la actual, pero sin retirar la uralita existente. La labor se acometería en base a paneles sándwich de chapa y aluminio, con espuma de poliuretano en su interior. No obstante, sobre la cancha del pabellón (diciembre 2023) la firma adjudicataria, Gallaecia S.A., explicaba a las partes que, tal como contemplaba el proyecto, se haría precisa una labor de manipulación del amianto (perforación para el encapsulamiento), un riesgo para la salud sobre el cual había advertido la comunidad escolar al regidor no permitir esa acción.

 

CTM GAM con el tenis de mesa en el pabellón de deportes
de As Covas-Meaño


Amianto y cáncer
Se calcula que en España más del 90 por ciento de las edificaciones anteriores a 2004, que no hayan sido rehabilitadas, tienen amianto. Y que en torno al 60 por ciento de las tuberías de las diversas ciudades del país son de fibrocemento. Se estima que España vive entre más 3 millones de toneladas de amianto, componente de fibrocemento conocido vulgarmente como uralita -por la firma que lo comercializara en España- como material de construcción. Sus fibras microscópicas pueden permanecer en suspensión en el aire el tiempo suficiente para suponer un riesgo para la salud. Las enfermedades que causan tienen un período largo de latencia, es decir, el tiempo que transcurre entre la inhalación de las partículas de amianto y la aparición de la enfermedad, y que puede requerir más de 30 años.

El amianto es la sustancia industrial más conocida que está vinculada al cáncer de pulmón, amén de relacionarse con otras dolencias, como la fibrosis pulmonar. La comercialización de la última modalidad del amianto fue prohibida en España a partir de diciembre de 2001-otras lo habían sido ya antes-.
El contacto ocasional con el amianto no supone apenas riesgo, pero muda si la exposición al mismo es prolongada, así como cuando se manipula el material. Los trabajos de corte, taladro (caso de como se actuaría en el pabellón de As Covas), roturas y derribos, o cuando mismo el material está envejecido (también en As Covas), el riesgo de que pasen las partículas al aire que respiramos aumenta de forma considerable. La retirada la uralita se hacía obligada además cuando se llegaba a su límite de vida útil, que se estima en 25 años. A partir de estos años, aumenta el riesgo de rotura o perforación accidental -más habitual por acción del agua-, lo que supondría la dispersión en el medio de las fibras de amianto. En su defecto, cabría retirarla, si antes de ese tiempo se constatan ya daños en las piezas.
 

Cuarenta años

Pues bien. La cubierta de uralita del pabellón del CEIP de As Covas data de inicios de los años 80 y, con más de 40 a cuestas, ha superado con creces los 30 años de vida útil del material, a partir del cual, estando más afectado por roturas, empieza a considerarse un riesgo para la salud. Fue a inicios de este siglo cuando, debido a la proliferación de goteras -prueba ya entonces del riesgo-, el concello, con Jorge Domínguez como alcalde, optó por disponer una segunda cubierta, pero sin retirar la anterior.
Esto es tal y como se han sucedido los hechos acaecidos, y a lo que obliga la ley. La causa de que obras no se hayan iniciado no está en la empresa, tal y como el regidor mismo explicó a sus propios ediles (a los de su propio grupo), y que en el pleno del viernes regateaba y regateaba dialécticamente sin un solo argumento real: lo único que impedía la obra era que la manipulación del amianto, algo terminantemente prohibido. Ni más ni menos. Pero… y dale a Carlos Viéitez con su argumentario baldío. Con lo fácil era aceptar que habían metido la gamba, cuando ya en el arranque de este proyecto se le advertía del error. Ah! Y para cuando se retire el amianto de este pabellón, este regidor saldrá vanagloriándose del logro (como con el radón en la Escuela de Música y en las oficinas se Servicios Sociales deñ concello de Meaño, después de cargar antes con furibunda contra los de denunciábamos socialmente la situación). Para comprobar su poderoso argumentario en el pleno, estimada lector, puedes consultarlo viendo los primeros 20 minutos de la sesión en pinchando en el siguiente enlace:


 
El fibrocemento en el techo del pabellón permanece ahí desde los años 80. Seguro, usted amigo lector, si es meañés, bien lo sabe. Por lo visto, algun@s no. Y en este ayuntamiento, el regidor con un arquitecto y un experto en leyes en nómina: ¿desconocía la ley del amianto en España? Pues aplíquenla, que es lo obligado. O qué?






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