sábado, 24 de junio de 2023

***Opinión

EN LA ENCRUCIJADA

 
“La Encrucijada Mundial” es un manual del mañana para todo el que asume (o esté dispuesto a asumir) puestos de responsabilidad en la dirección de equipos, sobre todo políticos, desde alcaldes a las altas esferas. Sin pudor ni medias tintas, Pedro Baños nos pone ante la encrucijada social, política, económica, entre el bien y el mal, ante la educación, el liderazgo, el mercado laboral del XXI, los riesgos ante I.A., la necesidad de una nueva política porque nuestro modelo actual está tocando a su fin. El lector podrá compartir o no sus análisis, sus propuestas de solución como sociedad que somos, pero, desde luego, lo que no puede es evitar reflexionar, leer y releer, meditar, encontrar cada cual su propio parecer.
Pedro Baños advierte sobre la I.A., cuando afirma  que “el exceso de información nos impide pensar”. “Internet -agrega- nos da la información triturada, no nos obliga e pensar (…). Es la diferencia entre un estimulador intelectual -el libro- y una papilla ya preparada para ser tragada sin cuestionamientos -la información en Internet-“.

En educación, incide en la importancia de las cuatro ces: “creatividad, capacidad, crítica, comunicación y colaboración”. El sistema educativo (España, por ejemplo,) lo que realmente persigue, en palabras de Baños, “es igualar por debajo, para no molestar a los más torpes o vagos, zancadilleando a los sobresalientes y desmotivándolos para estudiar”. “Y esto -agrega-, indudablemente, genera entre los jóvenes cierta apatía o desencanto”. No en vano, las adaptaciones curriculares de la nueva ley educativa es un cajón de sastre donde cabe todo para evitar el fracaso, el desencanto, la frustración, tanto que en los centros hospitalarios empiezan a crearse unidades de psiquiatría infantil para tratar de abordar a niños y adolescentes empoderados que no digieren el desencanto. La actual ley educativa no hace sino alimentarlos.


En cuando a la polarización social creciente, reconoce como en el momento actual se reafirma la teoría del wookeism, que es el que tiende a la uniformidad, “elimina la libertad de expresión y crea una sociedad donde hay más miedo a decir lo que se piensa, y aumenta tanto la polarización como el recelo hacia el otro”. “Algunos -advierte Baños-, lo aplican sin el menor pudor.”
El libro actúa también como manual de cabecera para el líder político, al que recomienda dominar el arte de la comunicación, “haciendo gala de la oratoria y la elocuencia”, “no influir, persuadir”. “No escuchamos para entender -lamenta Baños-, lo hacernos para contestar”. “La confianza es lo que marca la diferencia entre unos líderes y otros. Sin confianza no hay liderazgo”. “Dos aspectos revalorizan al líder humano: la transparencia y la credibilidad. La transparencia es el lubricante entre el líder y la sociedad”. Lo uno (transparencia) y lo otro (credibilidad), en nuestro gobierno local se ha extinguido hace tiempo. La capacidad negociadora de este líder, que no domina el arte de la comunicación (ni oral ni escrita), se limita a influir (cuando no, a imponer), no a persuadir”.

En lo tocante a la elección del equipo (candidatura electoral), Pedro Baños recurre a Maquiavelo: “el primer método para evaluar la inteligencia de un líder  es observar a los hombres que lo rodean”. Un método que luego rubricaba el propio J.F. Kennedy: “un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él”. En nuestro ámbito municipal se hace real aquello sobre lo que advierte Pedro Baños: “es la cultura del empoderamiento personal, que evita el empoderamiento organizacional, y que hace destacar al estático y al mediocre”. Es una de las consecuencias de que la democracia (poder o gobierno del pueblo) ha degenerado en partidocracia (el poder de los partidos). Como en nuestra sociedad -y Meaño-, blanco y en botella, tal cual.
  


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