El verano siempre es estación propicia para experiencias. En esta ocasión abrimos nuestro particular Ventanuco a la de hospedarse
en alojamientos peculiares o habitar en viviendas singulares. La comarca
saliniense ofrece al visitante opciones únicas para una experiencia de los
sentidos. Desde vivir en un viejo molino de río a poder dormir en un palomar o,
si el visitante lo prefiere, hacerlo dentro de un hórreo o, más insólito aún,
dentro de una botella de albariño. Todo cuenta con tal de diferenciarse en pro de una
vivencia única que el turista foráneo demanda de forma creciente. Este
reportaje pretende ser un guía para no perderse en este tipo de alojamientos en
la comarca.
UNA NUEVA EXPERIENCIA PARA DORMIR
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José Luis Vilanova ante el palomar habitación de su proyecto Novavila. Foto: I. Abella |
Si
lo que usted quiere este verna es disfrutar de una auténtica experiencia para los sentidos y con un equipamiento
de primera, su opción es desplazarse al lugar de Arcos, en San Tomé de Nogueira
(Meis), donde podrá hospedarse en un palomar, a buen seguro, inolvidable. Se
trata de una alternativa que ofrece el proyecto de enoturismo Novavila que lidera José
Luis Vilanova. “Cuando echamos mano de la finca familiar -explica su promotor- y
recuperamos la vieja casona de la abuela, que databa de 1775, nos encontramos
con la dificultad de domar una finca irregular y muy escalonada, por lo que, para
resolver una parte compleja en extremo, los técnicos se decantaron por habilitar
esta construcción circular, exenta, con escalera de caracol, a modo de
palomar”. La habitación cuenta con su chimenea, suelo radiante, baño con ducha,
mini-bar y un equipamiento de diseño adaptado todo él al espacio singular de
la estancia.
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Interior del la habitación-palomar de Novavila. Foto: Iñaki Abella |
“Para
nosotros -explica José Luis Vilanova- el equipamiento tenía que ser la seña de
identidad, con materiales de primerísima calidad y piezas de diseñadores
reconocidos, en aras a un confort pleno”. Esto explica en buena medida su
precio, por cuanto pasar una noche en este singular palomar tiene un coste de
175 euros, desayuno incluido. Pero ello no es impedimento para que sea la
habitación más demandada del complejo, elegida por muchas parejas para su noche
de bodas, y que ha contado hasta la fecha con huéspedes australianos,
argentinos, angoleños y, mismo hace unos días, con una pareja de libaneses que
realizaban el camino de Santiago en su variante portuguesa.
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Mónica Novas y su pareja posan delante de la botella-habitación de MadeinFofán |
Pero si su pasión es el vino puede decantarse por la singular botella-habitación que
ofrece el sello “MadeinFofán”, una vieja botella-barco, frustrada en su día, y que
hace unos meses rescataba del olvido en Vilanova, Mónica Novas, para su proyecto
de turismo rural en Meis. Anclada en la era de su casa rural y pintado el
exterior por la coruñesa Paula Fraile, la botella ofrece, en un interior
diáfano y luminoso, una habitación con sala de estar, reconvertible en estancia
de catas. El singular hospedaje lo estrenaba hace unos días una pareja
colombiana, y su demanda está desbordando todas las previsiones. “En apenas
unos días -comenta Mónica Novas- hemos completado una decena de reservas, tanto
que contamos ya con reservas para la fiesta del albariño”.
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AInterior de la habitación en hórreo de MadeinFofán |
No
es la única opción curiosa que ofrece este sello, por cuanto los que recelen
del vino pueden optar por hospedarse en un viejo hórreo, antiguo almacén de
maíz, reconvertido en habitación. “Cuando compramos la casa hace 14 años
-explica Mónica Novas-, el hórreo empezó haciendo las veces de almacén de patatas,
secadero de ropa y trastero de bricolaje. Al final, como tenía menos de 100 años,
pudimos tocarlo y reconvertirlo en habitación”. Con su interior lacado en
blanco para crear sensación de amplitud, alberga una cama de plaza y media, más
mesita, dispueto todo suelo de parqué. Un claro de la duela fue sustituido en su cara de poniente por una pared acristalada que permite disfrutar desde el
interior de la puesta de sol.
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Interior de la botella-habitación de MadeinFofán |
Esta habitación la estrenaba en Semana Santa una pareja de belgas que supieron de ellas por la
red. “Desde entonces -comenta Mónica Novas- está teniendo mucha demanda: en él
se han hospedado, sobre todo, extranjeros, desde australianos a ingleses
pasando por suizos o alemanes… tanto parejas de heterosexuales como
homosexuales de ambos sexos”.
El
inconveniente de hórreo y botella es que, por cuestión de espacio, disponen de
baño en el exterior. A favor, el precio, por cuanto alojarse en uno u otra
tiene un coste de entre 54 y 56 euros, según el portal de internet desde el que
se opere, precio que incluye botella de albariño a modo de bienvenida, más desayuno
con pan artesano, mermeladas ecológicas y frutas de la huerta, todo ello
elaborado en la propia finca de “MadeinFofán”.
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Jesús Sueiro ante su hórreo-biblioteca en Xil |
Con
fines de realización personal hay quien ha sacado otros partidos de sus
hórreos. Tal es el caso Jesús Sueiro que, a sus 76 años, ha reconvertido el
suyo de Xil en rincón de lectura y biblioteca. “Estaba semi derruido cuando
adquirimos la casa en 2004 -explica- y lo rehabilitamos hace diez años con el
objetivo de darle uso como lugar de confort en el que poder relajarme leyendo o
escribiendo”. De hecho, desde su interior, que alberga, entre otros enseres,
una vieja máquina de escribir Underwood de hace casi un siglo y una fotografía
del club de fútbol Portonovo de la temporada 1949-50, Jesús Sueiro, apasionado
del mar y de la navegación, ha concebido algunas de las páginas de dos libros
por él publicados, “Cartas desde mi piorno” y “Capitán Tajamar”.
En
el linde ya con Sanxenxo, otro vecino se afana reconvertir su hórreo en un
pequeño apartamento, con sofá cama, aseo y pequeña sala de estar. “No es para
hospedaje -aclara- lo hago por pasión personal y por buscarle un uso a la
construcción”. En su caso el hórreo, todo él en piedra -incluida la duela-, lo
adquirió en Almonfrei en los 80 “y me costó 200.000 pesetas, lástima que en
traslado el transportista hizo un desenclavo y me rompió varias piezas”.
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Muiño dos Pasales, reconvertido en vivienda por Antonio Rial |
Otras
de las construcciones tradicionales en Galicia son los viejos molinos de río,
primero olvidados y recuperados de un tiempo a esta parte. Dormir en uno puede
resultar una experiencia evocadora. Para el meañés Antonio Rial es su vida, no
en vano el molino de Os Pasales en Dena es su casa desde hace 25 años. Se trata
de un viejo molino-vivienda que que ya en el siglo XVIII recoge el catastro del
marqués de la Ensenada. “El antiguo propietario -explica Rial- se lo cedió a
mis padres que vinieron a vivir en él en 1949. Aquí nací yo más seis de mis
hermanos, y en él crecimos hasta 1961. Luego, cuando regresé de la emigración
en 1984, decidí echar mano de él, ampliarlo y acondicionarlo en la vivienda que
es hoy”. Dentro dispone de cocina-comedor, habitación, sala de estar con cama
supletoria y un salón en la planta baja. “Vivir aquí -afirma-para mí es muy
cómodo. ¿La humedad del río?, con una buena calefacción y un deshumidificador,
apenas se nota”.
Reconoce
que nunca barajó la posibilidad de alquilarlo: “sí que viene gente pensando que
es un local de vinos, e incluso me han llegado ofertas… pero no se me pasa por
la cabeza, para mí esto es mi vida”.
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