LA “MILLA DE ORO” DE
LOS FURANCHOS DE COBAS
Más
que por el San Benito “O Negro”, el mirador de San Cibrán o por su escultor
Paco Pazos, la localidad meañesa de Cobas es conocida hoy, dentro y fuera de la
comarca, por sus “furanchos” ó “loureiros”, locales desde donde cada familia
bodeguera comercializa a granel su vino “de casa”, albariño o tinto Barrantes,
los caldos propios de la zona. Cuan si fuera la “milla de oro” del vino hasta
ocho de estos establecimientos se concentran en apenas 800 metros a pie de la
carretera local que atraviesa Cobas y que la convierten cada fin de semana en
la particular meca de centenares de personas que gustan del vino servido en
tradicionales furanchos transformados hoy en locales acogedores, con sus
lareiras y estufas de leña en invierno ó con sus terrazas bajo parras de viña en verano.
Pero este número se dispara en los meses de verano pudiendo subir entonces la cifra hasta casi la veintena de estos
establecimientos en una localidad interior que es la más pequeña de Meaño y que
alberga poco más del centenar de habitantes. Este reportaje pretende ser una
guía muy particular para no perderse en la “milla furancheira” de Cobas.
Ver Furanchos en un mapa más grande
En el mapa se puede consultar la ubicación de los diferentes furanchos del reportaje.
Pinchando en cada se obtiene una fotografía del exterior del local
“Hoy cuando uno dice por ahí que es de Cobas enseguida te dicen: ¡ah, donde los furanchos!”. Quien así habla es Santi Radío hijo de Gardenia, que atiende tras la barra en el furancho de su madre que lleva abierto diez años. “Esto se puso de moda de moda hace unos años -continúa- y desde entonces recibimos cada fin de semana clientes que llegan desde Santiago, Pontevedra o Lalín, así como de otros lugares más cercanos”.
Interior de "A Casa de Enrique" |
Pero
si un establecimiento es, en cierto modo, el patriarca de todos en Cobas ese no
es otro que “A Casa de Enrique”, la vieja taberna de la localidad, ubicada
mismo a pie de carretera en Aldea de Abaixo, y que hoy ha reorientado su
actividad casi exclusivamente como local de vinos. “Esto comenzó como la
clásica taberna de aldea -explica Enrique Rodiño (hijo) mientras abre un
botella de albariño casero tras la barra-: comercio de alimentación y lugar de
chatos, que abrió mi abuelo Manuel Castro Varela hace más de 50 años”. A
finales de los 70, el yerno, Enrique Rodiño (padre), lo derivó cara a la venta
de vino “para dar salida al albariño que hacíamos en casa”. Enrique Rodriño
falleció prematuramente en 2008 y desde entonces el negocio está regentado por
viuda e hijos que mantienen el espíritu que dio éxito al padre y que ofrece
horario continuado los siete días la semana. El local cuenta con sus clientes
fieles, pero acuden a él también pandillas de mariscadores o cazadores que
traen piezas por ellos capturadas para que les sean preparadas con mimo en la
cocina familiar y luego servidas en el salón mientras dan generosa cuenta de
cuanta botella de la casa se precie.
Interior del furancho " A Roda" con el tinto Barrante en tazas |
La
afluencia a los furanchos es tal que hace unos años “los fines de semana la
gente se aglomeraba en los locales y por la carretera yendo a pie de uno para
otro cuan de auténtica zona de movida se
tratara. “Y no sólo mayores sino también pandillas de jóvenes -reconoce Manolo
Villar que regenta junto con su esposa Rosa Mari Leal desde hace diez años el
furancho A Roda -a escasos 50 metros de Casa Enrique-, pero con la crisis esto ha
bajado, sobre todo desde 2010, y se nota mucho sobre todo en los jóvenes cuya afluencia
fue la primera en descender por la falta de dinero”.
El "furancho de Juan" ofrece un ambiente acogedor al calor de dos viejas lareiras |
Situado
entre los dos anteriores está el “furancho de Juan” que ofrece uno de los
ambientes más cálidos de Cobas en dos salas contiguas al calor de dos viejas
lareiras, y que cuenta además con una tercera dependencia a modo de pequeño
salón para comida familiar o de grupo. Abierto en 1999 y regentado por Juan
Riveiro y esposa, abre sus puertas a diario a partir de las 19 horas y los
domingos y festivos a partir también de las 12. “Decidí abrir el furancho
porque el vino sin etiqueta dejó de venderse, las bodegas que compraban la uva
tiraron el precio… no quedaba otra” explica Juan mientras llena una jarra de
albariño de una cuba de aluminio dispuesta en sobre un soporte elevado a pie la
barra. “Aquí el vino se sirve en taza, porque lo dicta la norma, y lo ponemos
al precio de 1,20 la taza ó de 6 euros la jarra. El local permanece abierto
mientras hay gente, a veces hasta las dos de la mañana.”
El
precio es común a todos. “No hay pacto alguno –asegura Santi Radío del furancho
de Gardenia- lo que ocurre es que los nuevos locales al abrir iban poniendo los
precios que ya regían en otros que ya estaban oeprativos”. La módica cuantía da
derecho a quien degusta el vino a disfrutar de una tapa que suele servirse
caliente en invierno: los callos son los reyes del domingo, pero también se
puede uno encontrar con generosas raciones de oreja, tortilla, zorza, richada -carne
troceada de bistec con patatas-, tortilla “o incluso un huevo frito si no hay
otra cosa por casa”.
Interior del "furancho de Ángel", uno de los primeros de Cobas |
Dada
la polémica surgida con este tipo de locales la mayoría ha adoptado ya licencia
de bar, “si bien mantenemos la filosofía del furancho tradicional -explica
Ángel Pombo- que regenta en la zona desde hace más de quince años el conocido
como “furancho de Ángel”-: “el mío fue de los primeros que se abrieron en Cobas
-recuerda-, figúrate que tengo aún la licencia que me dieron en el concello y
que era aún manuscrita”. “Nosotros -continúa- abrimos una parte del año y en un
horario limitado de mediodía y noche, en mi caso a partir de las 13 y las 20
horas”. El suyo es de los locales que se llenan los domingos con gente que
incluso elige el lugar para yantar.
Las
construcciones, como en este caso, responden a viejas viviendas, alpendres o
garajes discretos por el exterior pero decorados con gusto por dentro. Es también
el modelo de “O Bacelo de Mari”, el último en aparecer -mayo de 2013-, y que
responde a un proyecto emprendedor de joven matrimonio: “En nuestro caso -explica
Mari Pintos- aprovechamos un viejo galpón de guardar paja que construyó mi abuelo
en los años 60: él se llamaba Vicente Pintos, era carpintero y suyas son las
cerchas de madera que aún hoy soportan el techo.” Su horario es similar al
resto si bien cierra los martes.
Hasta
Cobas llegan así cada fin de semana gentes venidas desde Santiago, Vigo, A
Coruña, Lalín, Pontevedra, Ourense, Ribeira, Marín, O Grove, Illa de Arousa o
incluso Burela, y en verano de numerosos turistas de Madrid y otras comunidades
españolas que veranean acerca, y que suben hasta aquí para degustar el vino.
“No existe un vino de Cobas propiamente dicho -explica Manuel Rodiño, hijo del
mentado Enrique Rodiño, que dirige la asesoría Enovín en Dena y que lleva los caldos
de varios furancheiros-: lo que ocurre es que al ser vinos nuevos, cuya
fermentación acaba justo de finalizar y, disponen de un toque carbónico que los
hacen más frescos y vivos en el paladar”.
Interior de "O Quirófano" |
Entre
esa gente asidua a Cobas hay de los más variopinto. “A mi furancho le puse “O
Quirófano” porque aquí venían muchos médicos a tomar el vino”, explica Manolo
González que regenta su furancho en el lugar de Outeiro. Pero por lo que sabemos no sólo médicos, puesto que uno de los clientes que se deja ver por este local es el humorista gráfico de Faro de Vigo "Gogue", a saber si "O Quirófano" le ha servido de inspiración para algunas de las viñetas de su entrañable "Floreano". Otros apuntan con
sorna que el nombre se debe en cambio a la costumbre del dueño de limpiar repetidamente
la barra por lo que le dicen: “¡Manuel, que esto está más limpio que un
quirófano!”.
Lo
cierto es que tanto vino ha atraído hasta a los agentes de la benemérita, pero
estos con los controles de alcoholemia cada vez más frecuentes en las zonas de
acceso. “Bien podía la guardia civil dejarnos beber unos vinos tranquilos -lamenta
con socarrón en “O Quirófano” un vecino de a Illa-, que pululan mucho por la
zona, pero a ellos bien que les gusta porque vienen luego de paisano a
tomar los suyos”. Y este celo con los controles de alcoholemia en la zona lo
lamenta algún que otro furancheiro temeroso de que le espanten la clientela.
Manuel García en su "Lar de Outeiro" o "furancho de Quinteiro" |
Por
contra esperan juegue a favor la Pousada que la Diputación construye en la
localidad y que puede atraer a visitantes. Sin duda, el mejor colocado para sacar
partido de ella es el “Lar de Outeiro”, más conocido como “furancho de
Quinteiro”, que está situado a pie mismo de la citada Pousada. Manuel García
Fernández -más conocido como Quinteiro en honor a su padre- que lo regenta a sus 65 años, vio como la empresa constructora de la
que era propietario fue, como otras, pasto de la crisis, y vive hoy entregado a
su local de vinos: “por mi bodega solían venir amigos y conocidos a tomar el
vino -explica este ex edil del concello hace unos años con Jorge Domínguez- y
fueron precisamente dos de ellos que eran de O Grove los que me animaron a
montar el furancho hace casi 14 anos.” “¿La Pousada? Es una expectativa buena
para todos, y también para nosotros”
afirma.
Algunos
otros locales permanecen cerrados en esta época del año. Unos por la crisis y otros porque aún no han abierto para ofrecer su excedente de vino de la cosecha
2013 por cuanto la normativa, que consideran demasiado estricta, les limita
su apertura al público a tan sólo tres meses, por lo que se reservan para el
verano. Es el caso del “furancho da Vila” o el “furancho do Rapaz” que, quizás
en otro momento del año pueda el visitante encontrar abiertos.
PARA
COMPLETAR LA GUÍA FURANCHEIRA DE COBAS
FURANCHO "A CASA DE ENRIQUE"
- Aldea de Abaixo, a pie de carretera
- Aparcamiento amplio e propio
- Dos salones luminosos
- Terraza exterior bajo parra de viña
- Tienda de alimentación
- Horario continuo toda la semana
- Vino en botella y copa
- Tapa
- Tapa
- Aldea de Abaixo, a pie de carretera
- Dos salas y pequeño salón reservado
- Terraza exterior bajo parra de viña
- Dos lareiras en uso
- Horario: a partir de las 19 horas y domingo
- Horario: a partir de las 19 horas y domingo
también al mediodía
- Vino en jarra y en taza
- Tapa
- Tapa
- Aldea de abaixo, a pie de carretera
- Zona de recepción y sala interior
- Horario: mediodía y tarde-noche
- Vino en jarra e en taza
- Tapa
- Tapa
- Aldea de Abaixo, a pie de carretera
- Aparcamiento fácil en el exterior
- Salón único y amplio
- Horario: mediodía y tarde-noche
- Vino en jarra y en taza
- Tapa
- Tapa
FURANCHO DE ÁNGEL
- Aldea de Abaixo, a pie de carretera
- Salón único y amplio
- Horario: a patir de las 13 horas
por la tarde a partir de las 20 horas.
Cierra los martes
Cierra los martes
- Vino en jarra e en taza
- Tapa. Comidas
- Aldea de Abaixo, a pie de carretera
- Aparcamiento amplio y propio
- Salón único, amplio y luminoso
- Horario: de 11 a 16 horas; a partir de 18 h.
Cierra los martes
- Mesa de piedra en exterior bajo parra
- Mesa de piedra en exterior bajo parra
- Vino en jarra y en taza
- Tapa
- Tapa
- Outeiro, a pie de carretera
- Aparcamiento fácil en el exterior
- Sala única
- Horario: mediodía y anochecer
- Vino en jarra y en taza
- Outeiro, a pie de carretera
- Aparcamiento fácil en el exterior
- Sala única
- Horario: mediodía y anochecer
- Vino en jarra y en taza
Por fuera no son lo
que parecen...
Furancho "A Casa de Enrique" |
Furancho de Juan |
Furancho "A Roda" |
Furancho de Gardenia |
Furancho de Ángel |
Furancho "O Bacelo de Mari" |
Furancho "O Quirófano" |
Furancho "Lar de Outeiro" o "furancho de Quinteiro" |
NOTA: Puedes visionar más fotos pinchando arriba en la pestaña "Meañoleando"
Ola, o meu nome é Xaquin Charlin "Chon", son de Cambados e levo o blog "A TI MEU CAMBADOS", pareceume un traballo impresionante este artigo dos furanchos. Queriao publicar no meu blog, polo que pido permiso para facerlo. Grazas e parabéns novamente.
ResponderEliminarFalta o furancho de rapaz!! Detrás do furancho de Gardenia!!
ResponderEliminarDo "Furancho do Rapaz" temos constancia e, como tal, mencionámolo no último parágrafo da reportaxe. O que ocurríu e que nos dous fins de semana que visitamos Cobas para facer esta reportaxe o devandito furancho estaba pechado (ou polo menos, por moito que chamamos, non nos abríu ninguén), e nos informaron veciños que abría nalgunhas épocas. Por iso advertimos ao final da reportaxe que ese, e outros moitos máis, pódeos atopar o visitante abertos noutras épocas do ano. Teremos que voltar no verán a completar a reportaxe... e a tomar de paso uns viños.
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