domingo, 25 de noviembre de 2018


Las bodas de oro del colegio de Coirón-Dena congregaron ayer a 400 personas que disfrutaron de un encuentro que se centraba a las horas centrales del día alrededor de un almuerzo en el que se servía una monumental paella. El resultado, un acto entrañable de abrazos y reencuentros en que se citaron generaciones de alumnos y profesores que fueron pasando por el centro a lo largo de estos 50 años.

EMOCIONES PARA UN REENCUENTRO DE 50 AÑOS

Los alumnos apagan las velas del 50 aniversario en el colegio
La jornada, centrada en el interior del pabellón de deportes por la lluvia, arrancaba al filo del mediodía, en que la gente comenzaba acudir en gran número a un evento que organizaba el actual equipo de profesorado del centro, mientras en los aledaños ardía ya la leña para cocinar la monumental paella. En la labor culinaria, una firma murciana, con experiencia de 30 años en la especialidad, y que ha servido en este tiempo paellas por toda España, y mismo en Italia, Francia o Portugal donde ha sido demandada, y que se desplazaba ex profeso hasta Dena. Al fuego en este caso, una paellera de 2,40 metros de diámetro, dimensión media para esta firma familiar que dispone de recipientes de hasta 5 metros de diámetro para afrontar comidas aún más nutridas. Ayer, su cocinero mayor Fernando Vivancos, que elaboraba una paella mixta con carne y mariscos para la empleaba 50 kilogramos de arroz, reconocía que “el secreto de una buena paella está en cocinarla con leña y no con gas, porque el hacerla fuego lento y emplear leña le da un sabor particular al plato”.

Danza de Arcos de Cobas durante la actuación en el pabellón
Música meañesa
Mientras, en el interior del pabellón, turno para la música con un pasacalles de la banda Unión Musical de Meaño y, acto seguido la actuación de la Danza de Arcos de Cobas, que bailaba al son del grupo de gaitas de la cultural Penaguda. Entre los integrantes de todas estas formaciones, muchos habían sido alumnos del colegio de Dena, lo que añadía su componente emocional al momento.

A lo largo de toda la jornada los antiguos profesores fueron muy demandados para reencuentros, apretones de manos, abrazos emotivos con ex alumnos. Algunos de estos se remontaban a los años 70 y 80, hoy padres que concurrían a la fiesta de la mano con hijos, y había quien lo hacía hasta con nietos. Entre los profesores, presencia en Ilda Piñeiro quien, al margen de su labor educativa durante década en Dena, fue una de la impulsoras de la creación grupo de baile regional de la cultural Penaguda de Dena, donde ejerció como primera maestra de danza: “fueron años muy especiales, tanto en el colegio como en la cultural, y hoy (ayer para el lector) esta fiesta resulta una cita maravillosa para renovar emociones y refrescar la memoria”.

Foto de familia de un numeroso grupo de ex-profesores que participaron en el almuerzo

Aquellos maravilllosos años
Teresa Torres, que ejerció como profesora en Dena durante entre 1975 y 1990, rememoraba unos años que en Dena “fueron muy cercanos a los niños y mismo a los compañeros, porque muchas veces nos juntábamos para comer juntos en una de las casa de maestros que teníamos en el recinto”. “El rural -agregaba- era un lugar más tranquilo y más receptivo a los profesores por parte de las familias, lo que redundaba en la afectividad de la gente, y bien lo noté cuando después me fui a impartir la docencia en el mundo urbano, donde los padres empezaban a llegar más con exigencias, anteponiendo siempre al niño por encima de todo”.

Libro de época en una exposición anexa
Jaime Simón, profesor durante los 80 en este colegio y que, en su faceta de entrenador, había sido uno de las grandes promotores del balonmano que hoy aún respira Meaño, apuntaba desde su visión de docente hasta su jubilación que “algo están funcionando mal socialmente, y eso se está trasladando ahora a las aulas. Antes el profesor era un profesional respetado, al que se le reconocía y se le escuchaba, y hoy, a las primeras de cambio, es cuestionado por los padres, tomando como cierta cualquier versión del niño ante cualquier incidencia”. “Hoy -agrega- los padres priorizan el tutelar en exceso a los niños, no les dejan autonomía para crecer. Además proliferan más familias desestructuradas, y esas situaciones se traducen al niño, ahí los colegios se convierten en su segunda familia que, cuando menos, abstrae al pequeño durante la jornada de los conflictos que puede vivir en casa, y esa labor del colegio tiene que valorarse socialmente”.

A la cita no faltaron Eduardo Seco, Ángel Alfonso, Elvira Graña, Benito Orge, Juan Piñeiro, Carmen Aguín y otros profesores que marcaron época. Pero la nota luctuosa la protagonizó el que fuera profesor Juan Peleteiro, que durante décadas había ejercido impartido matemáticas y que confirmara su presencia ayer, pero que a sus 68 falleció el viernes de forma repentina cuando practicaba su afición, que es la pesca, y era enterrado a media tarde de ayer sábado en Poio. Una noticia que conmovía a muchos de los compañeros y ex alumnos y que a los postres le recordaron homenajeándolo con un minuto de aplausos en su memoria.

Aspecto de pabellón durante el almuerzo

Luego durante la jornada, hubo tiempo para la proyección de un documental por los 50 años del colegio, y tras el almuerzo, para la música y el baile de manos de un Javi Solla para un público entregado. La actual directora Cuca da Silva reconocía que “esta ha sido una jornada muy especial, entrañable y cargada de emotividad por parte de todos, y muchos nos trasladaron su agradecimiento por esta iniciativa”. "En nombre de centro -agrega- mi agradecimiento a todos los que han hecho posible este día y felicitar a los niños que actuaron de forma brillante por la tarde representando unos hits del colegio que resultaron entrañables para todos"


domingo, 18 de noviembre de 2018

LA BUMM Y LA VOZ DE SERAFÍN ZUBIRI ENCANDILARON A UN PÚBLICO QUE LLENÓ EL AUDITORIO DE VILAGARCÍA
           
Un momento del concierto de Serafín Zubiri con la BUMM
Serafín Zubi y la BUMM ofrecieron el sábado 17 de noviembre en Vilagarcía el concierto “Recordando a Nino Bravo” con el que vibró a toda una generación, y que llenaba el auditorio pra la cita. La sonoridad de la banda meañesa y el torrente de voz que Zubiri encandilaron aun público entregado y que arroparon con aplausos quese fueron haciendo cada vez más cálidos y largo conforme avanzada el concierto.
El mismo arrancaba con un popurri  a modo de obertura con fragmentos de canciones de los grandes éxitos de Nino Bravo, con banda, piano y voz de Serafín Zubiri. A partir de ahí se sucedieron sobre el escenario casi dos horas de música con quince canciones y tres bises. El cantante navarro ofreció, con sólo su piano y voz, “Cartas amarillas”, “Vuelve” y “Mi gran amor”. Pero también hubo turno para la banda que ofreció sola los temas “El tren se va” y “Amanecer”, acompañados por imágenes de Nino Bravo que se proyectaban a la par en pantalla.
Sobre el escenario el navarro cautivaba al auditorio con su potente torrente de voz -que la gran mayoría desconocía- cantando las canciones del repertorio en la misma y exigente tesitura de propio Nino Bravo. Su interpretación de “Cartas amarillas”, con él al piano, despertó la primera gran ovación del público, cautivándolo ya de pleno a medida que se entregaba a los coros y aplausos cada vez largos. 

Serafín Zubiri al piano con la Banda Unión Musical de Meaño

Una de las sorpresas fue la fusión entre pasado y presente, con Nino Bravo y Serafín Zubiri, en la canción “Un beso y una flor”, que arrancaba en pantalla con un vídeo de un programa de TVE, elaborado con técnica de “croma” que permitía compartir escenario a Nino Bravo y Zubiri, y que luego conectaba con el directo del escenario del auditorio de Vilagarcía, con Zubiri y la BUMM que encadenaba con la segunda parte de la canción. Tras los bises, el concierto se cerraba al filo de las 23 horas con el último que fue “Libre”, la canción de Nino Bravo que rememoraba la muerte del joven Peter Fechter, quien a sus 18 años fuera la primera víctima caída en su intento de cruzar el muro de Berlín en 1962, canción que, curiosamente, tirando de archivo e imagen, presentaba en el auditorio el propio Nino Bravo para dar paso a la voz de Zubiri.

Zubiri con el director de la banda Diego Javier Lorente
El navarro halagó a la formación meañesa: “una persona como soy yo -reconocía-, que por mi condición de ciego aguzo tanto el oído, noté en el arranque ya del ensayo el excelente sonido brotaba de esta banda, máxime con intérpretes tan jóvenes, y eso me cautivó”. “He realizado -agregaba- más de 70 de conciertos de Nino Bravo con otras tantas bandas de música de toda España, Meaño es de las que se nota mucho la trayectoria y el buen hacer de la mano de un excelente director, como es Diego Javier Lorente, que desprende no sólo conocimiento sino mucho tacto con el grupo que dirige, porque un director viene a ser como entrenador, los equipos se semejan a la persona que está al frente, y eso se nota mucho y para bien en la banda Meaño”.
Un Zubiri que antes se había ganado en el previo a los componente de la formación meañesa por su locuacidad y sentido del humor, presto a los juegos de palabras relacionados con su ceguera: “veo aquí a mucha gente joven, sobre todo a chicas” les decía entre risas cuando se presentaba, o cuando más tarde les refería entre bromas a los músicos: “sobre todo a quien tengo que ver mejor yo aquí es al director” en alusión a Diego Javier Lorente.

La banda saluda al público al término del concierto

“Recordando a Nino Bravo” había comenzado a rodar con Serafín Zubiri en 2013 llegando con sus bandas en este tiempo a ciudades como Bilbao, Valencia, Vitoria, Baracaldo, Teruel, Palencia, Albacete o Manacor entre otras. En este 2018 estuvo por primera vez en Galicia en Arteixo este verano, y con el concierto de ayer en Vilagarcía, que era su segunda ocasión, cerraba su gira para 2018. A partir de ahí, reconocía “parón navideño y retomar luego los conciertos en febrero de 2019, para el que tenemos cerrados ya los días 9 y 22 en Valencia y País Vasco”. Además admitía que negociaba su presencia en tierras catalanas con la Banda de Barcelona y la posibilidad de volver a Galicia con la Banda de Música de A Coruña. Y entre sus ilusiones, admitía, “me gustaría muchísimo ofrecerlo en 2019 con la Banda de Pontevedra, porque esa ciudad ha sido parte de mi vida durante 9 años de infancia y adolescencia, cuando estudié en el colegio de la ONCE en Campolongo, y allí, mismo a mis 8 años, tuvo mi primer gran disgusto de infancia que fue la muerte de Nino Bravo”. Otra ciudad a la que apunta es Santiago, no en vano ayer estaba presente en el en Vilagarcía el director de la Banda Municipal de Santiago, Casiano Mouriño, para valorar in situ la posibilidad de ofrecer el concierto en la capital gallega.

Un momento de la despedida entre Zubiri y Deigo J. Lorente
Y es que su pasión por Galicia llevó a Zubiri a realizar el camino de Santiago la friolera de once veces en bicicleta, y mismo en 2010 lo completó andando desde Roncesvalles. Una fortaleza física la suya que le viene dada por su pasión por el deporte que le hizo convertirse en su día en campeón de España de la ONCE y récord de 1.500, o a correr también la maratón de Nueva York, y hacer alpinismo llegando a pisar la cumbre del Aconcagua.
Serafín Zubiri lleva consigo además consigo dos proyectos más con banda, el primero “El baúl de los 70”, su particular homenaje a la música española de esta década que ya está rodando, y el segundo uno que trabaja y que prevé sacar en 2020 basado en el festival de Eurovisión, en el que él mismo representara a España en los años 1992 y 2000.             
           

domingo, 11 de noviembre de 2018

conversas.com
Serafín Zubiri
"Recordando a Nino Bravo" & BUMM

El cantante Serafín Zubiri estará en tierras arousanas el próximo fin de semana para ofrecer en el auditorio de Vilagarcía el concierto “Recordando a Nino Bravo”, acompañado por la banda Unión Musical de Meaño, dirigida por Diego Javier Lorente López. Será el sábado 17 a las 21 horas, en un evento que promueve la banda meañesa y cuyas entradas pueden adquirirse ya al precio de 10 euros para un auditorio que tiene cubierto ya más la mitad de su aforo. Zubiri rememorará así al que ha sido “mi referente y mi maestro desde la infancia”, un Nino Bravo que fallecía en 1973 a los 29 años de forma traumática en un accidente de circulación. Un Serafín Lizoaín Vidondo que adoptó el nombre de su localidad de Zubiri natal como apelllido artístico. Ciego desde nacimiento se formó durante nueve años en un colegio de la ONCE en Pontevdra para dar el salto al mundo de la canción con tan sólo 17 años. En su carrera musical, nueve discos y, en medio dos participaciones eurovisivas representando a España en los años 1992 y 2000 que le catapularon a lo granado de la canción española durante décadas.

“UN CONCIERTO ACOMPAÑADO POR LA UNIÓN MUSICAL DE MEAÑO ES UN LUJO”


Serafín Zubiri con su perro guía
¿Cómo se gesta este concierto?
Fue un espectáculo que se concibió con la Banda de Música de Pamplona y que se puso por primera vez en escena el 18 de mayo de 2013. La acogida fue tal que, desde entonces,  he realizado 70 de estos conciertos con bandas de “Recordando a Nino Bravo” por toda España.
¿Cómo surgió el contacto para actuar con la Unión Musical de Meaño?
Ha sido hace un año cuando el director Diego Javier Lorente me propuso realizar el concierto con la Unión Musical de Meaño. Era la primera vez que me lo demandaban desde Galicia, si bien luego contactaron conmigo desde Arteixo y se celebró allí por la primera vez tierra gallega, el pasado 27 de julio. Esta de Vilagarcía es la segunda ocasión en Galicia.
¿Por qué Nino Bravo para su concierto?
Porque él ha sido siempre mi referente y mi maestro desde la infancia. Lo que hice, y lo que hago, en el mundo de la canción se lo debo a gran parte a él, cantar sus canciones ha colmado mis expectativas.
¿Para cuándo su llegada a tierras arousanas?
Unos días antes, para ensayar el viernes en el auditorio de Vilagarcía con la banda.

Serafín Zubiri al piano con su "Baúl de los 70"
¿Lo esperamos también al piano para el concierto?
Por supuesto, el piano forma parte de mi vida desde siempre.
¿Qué concierto se encontrará el público?
El hilo conductor es la trayectoria de los cinco discos de Nino Bravo, de ellos el último póstumo, editado tras su muerte. Se trata de cuatro bloques de canciones con banda, piano y voz. Entre ellos se intercalan dos canciones a modo instrumental, con protagonismo absoluto para la banda, y otras tres canciones que se ofrecen solo con piano y voz. Creo que va a ser un gran concierto, convencido de que va a gustar mucho, porque está siendo un espectáculo que viene funcionando muy bien en estos cinco años.
¿Tiene referencias de la banda meañesa?
Muchas y muy buenas. Desde 2013 me muevo mucho en medio del mundo de las bandas de música, que me ha abierto un mundo fantástico porque las bandas se han reinventado de forma espléndida de un tiempo a esa parte, manejan hoy muchísimos registros y con una calidad enorme, son un auténtico filón y algunas están ofreciendo grandísimos conciertos. Y la de Meaño es hoy una banda de referencia en el mundillo en España, una agrupación de primera división que ha conseguido incluso importantes galardones internacionales. Mismo cuando en el concierto en Arteixo supieron de este segundo con la Banda de Meaño me dijeron allí que esta formación es un auténtico lujo. Yo estoy encantado con esta cita.

Banda Unión Musical de Meaño en el auditorio de Ribadumia

Aunque usted es navarro le une algún vínculo con Galicia ¿no?
Mucho, tanto que me siento medio gallego. Y es que yo estudié en un colegio de la ONCE en Campolongo (Pontevedra) entre los 6 y los 15 años. Son unos años que te marcan mucho y que los viví de lleno en Pontevedra, sólo volvía a casa en Navarra en verano y Navidad, no más. En esos años aprendí en el colegio solfeo, canto, piano… y, estando en Pontevedra, cuando yo tenía 8 años, recuerdo muy bien que me llegó el primer gran disgusto de mi vida, que fue la muerte de Nino Bravo que, para mí, era ya entonces mi gran referente, ni me imaginaba que un día podría cantarlo, porque su voz era enorme, y sus canciones son muy exigentes.
Las canciones que ofrecerá el próximo sábado en Vilagarcía incluirá muchas reconocidas para el público. Pero ¿cuál es ese tema de Nino Bravo, que tal vez no haya sido un gran éxito, pero que a usted le cala más?
“Cartas amarillas”, esa es una canción que ha pasado más desapercibida, pero que a mí me llena de forma muy especial, es una de las canciones que ofreceré sólo con piano, con un carácter más intimista.


Además de con bandas usted ha ofrecido también algún concierto acompañado por orquestas sinfónicas. ¿Lo ha hecho también con canciones de Nino Bravo?
Hice en tres ocasiones conciertos con orquestas sinfónicas dirigidas por Luis Cobos, cantando para ello temas míos o del propio Cobos, pero nunca interpretando a Nino Bravo. Cierto para mí sería un sueño ofrecer las canciones de Nino Bravo acompañado por una Filarmónica.
¿Qué nuevos proyectos tiene entre manos?
El concebir espectáculos para el directo está siendo lo que realmente me engancha ahora. Editar discos en el mundo de hoy es complicado si no tienes el apoyo de un gran sello discográfico, de lo contrario es casi perder dinero. Esos directos son los que me ganan ahora y preparo para ello dos nuevos conciertos. El primero, que está saliendo, es “El baúl de los 70”, un paseo por la música de esa década y, para 2020, estoy un proyecto sobre Eurovisión, con míticas canciones del este festival, tanto españolas como de otros países, que han calado mucho, aunque no hayan ganado. Mismo el conocido como “Volare” de Domenico Modugno que, aun clasificando tercero en 1958, se convirtió en éxito para siempre.

Zubiri en 1992 en Eurovisión con "Todo esto es música"
Usted representó a España en Eurovisión en dos ocasiones, en los años 1992 y 2000, con “Todo esto es música” y “Colgando de un sueño”. ¿Qué diferencias hay con la Eurovisión actual que brotado en la última década?
La Eurovisión de hoy no me gusta, es un festival donde prima el espectáculo sobre la música misma. Los años 70 fue la gran década de Eurovisión, aquel espíritu del gran directo era el que me prendaba.
¿Desde cuándo se dedicó usted profesionalmente a la música?
La música me ganó desde niño, porque algún gen me venía de familia, recuerdo que uno de mis abuelos fue guitarrista y un tío, también músico. Con 17 años me lancé al mundo artístico de la canción y con 23 se publiqué mi primer disco…, después llegaron ocho más.
¿La ceguera agudiza la entrega a la música?
En buena parte sí, porque la ceguera siempre hace aguzar el oído. Y el oído es fundamental para la música, digamos que el ciego educa el oído de forma más natural para la música.
Amén de la música usted tiene en el deporte su otra gran pasión. Practica atletismo, habiendo sido campeón de España de la ONCE y récord de 1.500, ha corrido la maratón de Nueva York, ha hecho alpinismo pisando el Aconcagua, ciclismo, piragüismo, submarinismo… ¿Qué deporte le tira más hoy?
Me han gustado y me gustan todos, pero hoy, más que otros, el ciclismo es el que me tira más, aunque lógicamente para el ciclismo en ruta, como en tanto otros, te hace necesario el guía.


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sábado, 3 de noviembre de 2018


El encuentro con los profesores y alumnos de los que fueran primera promoción del colegio de Coirón-Dena, celebrado hace unos días con los alumnos del hoy en el centro que cumple en este noviembre sus bodas de oro, discurrió entre emociones y risas. Una iniciativa que resultó revitalizador -a la par que analgésico-, para el corazón de muchos.

UN ENCUENTRO PARA EL CORAZÓN

Encuentro de alumnos y profesores de la primera promoción
Cuatro fueron los profesores vivos de aquella primera promoción de nueve alumnos que obtenía la EGB, que se daban cita el viernes. Ellos, Eduardo Seco, que había ejercido durante décadas como profesor de lenguas, Ángel Alfonso, natural de la localidad meañesa de Cobas y que impartía Lengua y Francés, Elvira Graña y Rosa Fernández. Los cuatro hicieron gala de un excelente estado físico y buena agilidad mental, pese a los años de una docencia que habían aparcado hace más de una década. Eduardo Seco reconocía el éxito de la iniciativa: “el celebrar este tipo de fechas -afirmaba-, no con una macro-fiesta, sino con una serie de eventos a lo largo del curso, hacen que los niños se vayan sintiendo más partícipes”.


Eduardo Seco leyendo un cuaderno sobre el pupitre
Primero, al filo del mediodía, visitaban las instalaciones remozadas del que durante años había sido su centro de cabecera. “Esto es un colegio tuneado -comentaba con sorna Ángel Alfonso que impartiera clases en Dena hasta 1979 para acabar luego su carrera en Barro-, remodelado con muy buen gusto, y con unas instalaciones magníficas”. Luego, tras la visita también a la exposición del aula de época, que llegaba merced al Museo Pedagóxico de Galicia (MUPEGA), a los maestros le tocó tirar de agilidad -y humor- en el encuentro con los alumnos, sometiéndose a las preguntas de los niños de sexto de Primaria en el salón de actos: las asignaturas que impartían, el número de alumnos por aula, los castigos de entonces… Y aunque el encuentro se prolongó hasta su salida, minutos antes de las 14 horas, sí continuó la tertulia informal con los profesores de hoy, apasionante por momentos, que se fue dilatando hasta al filo de las 15,30 horas.

Colegio piloto
Profesores del colegio a inicios de los 70. En el centro, agachado,
Ángel Alfonso, de pie (con bigote), Eduardo Seco
Ángel Alfonso recordaba como el colegio de Coirón había sido una referencia en sus inicios: “cuando llegué aquí con 26 años en 1971 Dena se convertía en un colegio piloto que, junto con otros cuatro en la provincia, inició un proyecto experimental que era el de impartir por primera vez la segunda etapa de la EGB, esto es, el sexto curso, al que luego seguiría séptimo y octavo”. “Para aquel proyecto de 1971, en un colegio que dirigía Lourdes Reboiras, con Dorita Riestra como inspectora, carecíamos de libros, porque no se había editado alguno aún para el sexto curso, por lo que tuvimos que tirar de multicopista, fotocopias y demás para trabajar a partir de libros del primer curso del que fuera Bachillerato Elemental”.
Eduardo Seco, que había llegado con 24 años a la docencia en Dena, rememoraba su llegada al centro: “este era primer colegio de la zona, y fue absorbiendo a los alumnos de las unitarias que había en A Chanca, en Xil, en Meaño… y que así fueron desapareciendo”. “Además -agrega- el centro,  que fue creciendo en alumnos, contaba con un comedor escolar que cumplía una función añadida: el garantizar la presencia de alumnos en jornada de mañana y tarde en el colegio, a fin de evitar que el niños no se quedaran por la tarde en casa para ayudar en la finca”.
           
Deporte escolar
Equipo de fútbol mixto del colegio a inicios de lo 70,
con Ángel Alfonso (con gafas) como profesor
Ángel Alfonso rememoraba como, a inicios de los años 70, con él como responsable del área deportiva, “las alumnas del colegio se proclamaran cuatro veces campeonas provinciales en categoría infantil, y subcampeonas del sector gallego al caer en Lugo ante un equipo de allí por tan sólo un punto”. Lamentaba a la par que el deporte escolar haya abandonado hoy las competiciones entre colegios de la provincia y Galicia. Eduardo Seco lo secundaba: “aquel colegio se convirtió en un lugar donde se iba impulsando la creación equipos en deportes minoritarios entonces, como baloncesto, balonmano o voleibol, y competíamos con ellos los fines de semana en Vigo, A Estrada, Bandeira… Llevábamos a los niños en nuestros coches particulares, de forma que hoy sería visto como algo irresponsable, luego las excursiones… Todo eso fue generando un ambiente familiar entre alumnos y profesores que resultó verdaderamente entrañable”.


Primeras clases de gimnasia en el patio de colegio de Dena
Con la experiencia de una vida dedicada a la docencia Ángel Alfonso analiza los cambios de hoy: “es cierto que las aulas se han vuelto más conflictivas en los últimos años, el alumno está más disperso porque tiene tantos frentes abiertos, que no es capaz de atender: profesores diferentes para cada área, televisión, ordenador… ¡y ahora el móvil!. Todo esto hace que fijar la atención a los estudios se complique”.

La directora Lourdes Reboiras se dirige a las alumnas
Los dos coincidían en no haber echado en falta la docencia cuando hace algo más de una década accedieron a la jubilación: “En realidad yo me lo pasé muy bien con los alumnos -apuntaba Eduardo Seco, a quien éstos recordaban por su sentido del humor-, pero cuando me jubilé seguí ligado de alguna forma a la enseñanza porque continué trabajando en la elaboración de libros de texto con Xerais, SM, Galaxia…, un trabajo en equipo que siempre me había cautivado”. Ángel Alfonso admitía que “sentí cierta añoranza de haber trabajado todo ese tiempo y con tanta honradez, pero, la verdad, nunca tuve mono de aula. Recuerdo que al colegio de Dena sólo volví en dos ocasiones, y las dos para obtener certificados para cursos. Desde entonces no lo hice más, hasta este entrañable reencuentro”.
           
Acto inaugural del colegio de Dena el 18 de noviembre de 1968
Programación para noviembre
Para noviembre se anuncian los nuevos actos que enmarcan esta celebración. Así, el día 9 será la alcaldesa Lourdes Ucha la que departirá con los alumnos rememorando su formación en la EGB en este colegio -la cual finalizó en como primera promoción del colegio de As Covas cuando éste abría sus puertas en 1982-, encuentro cuyo protagonismo en la entrevista será para los alumnos de 5º curso. Luego el 16 de noviembre se celebrará un magosto con presencia del grupo de gaitas Penaguda de Dena, asociación cuyo origen estuvo también vinculado al propio colegio de Coirón, donde también se formaron las dirigentes de  la asociación de mulleres rurais “A Telleira”, que comprometerán una jornada para mostrar a los niños su trabajo de encaje de bolillos y cestería.


Cartel de la fiesta del 50 aniversario
Las jornadas 23 y 24 de noviembre serán los días grandes de la celebración. El viernes 23 se cerrará la “capsula del tiempo” que albergará en su interior una serie de recuerdos del colegio actual que decidan los alumnos legar al futuro, para que puedan verlo en un futuro lejano, y que a buen seguro incluirá un documental, con imágenes y entrevistas que visionarán la comunidad escolar justo antes de ser depositada en su interior. A la par entonarán una canción conmemorativa y se apagarán las 50 velas de las bodas de oro que se cumplen, exactamente, el 18 de noviembre. Y para la jornada del 24 está se ha programada una fiesta con paella popular, juegos, fotocall, y música para festejar por lo algo la bodas de oro del centro, cuyo colofón será esconder a buen recaudo la “cápsula del tiempo”, una peculiar alforja legada para las generaciones futuras futuro, que sean testimonio del CEIP de 2018.