sábado, 9 de enero de 2016

OLIVAREROS MEAÑESES, aceituneros de O Salnés

Valentín Fernández nos muestra su plantación de olivos en Simes. Foto: I. Abella

El cultivo del olivo y la producción de aceituna, considerados por tradición mediterráneos, han comenzado a asomar también en Galicia en los últimos años. O Salnés no es una excepción. En Meaño algunos agricultores han apostado por ello de la mano de Aceites Abril, la firma gallega afincada en Ourense desde mediados de los años 90 y que desde hace cuatro envasa aceite cien por cien gallego.


Plantación de olivo en terrazas sobre la ladera del monte en Simes
“La aceituna gallega produce un aceite muy afrutado, verde y con sabor a hierba que lo hace diferente al resto”. Quien así habla es Manuela González Chao, responsable del departamento de agro de Aceites Abril. Poner en marcha una plantación de olivos es relativamente sencillo e económico, y su rendimiento no deja lugar a dudas. “Lo primero -explica- es disponer de una finca que no se encharque y que esté libre de raíces y luego regular el PH del terreno con cal magnesiana”. A partir de ahí se puede plantar y en cuestión de tres años obtener aceituna que la firma ourensana se compromete a adquirir para la elaboración de aceite.
En Meaño tres agricultores han apostado por ello y suman entre los tres suman algo más 2.500 olivos plantados. El pionero fue Valentín Fernández Novas, un agricultor de 46 años natural de Noalla y afincado en Simes. “Lo hice porque a mí no me gusta el vino -comenta- y me informé sobre otros cultivos para diversificar la producción agraria y ahí apareció la posibilidad del olivo”. Entre varias parcelas suma casi media hectárea de terreno donde ha plantado 1.200 olivos y casi otros 400 en otra finca en su Noalla natal. Ese año ha recogido su primera cosecha de aceituna “de momento modesta con apenas un centenar de kilos -explica-, por ello llegué a un acuerdo con Aceites Abril para envasarla para mi uso personal en casa, en próximo año la venderé”.
También en Simes, pero en el barrio e Axís, plantó 850 Pastora Fernández Besada hace apenas dos años. “Teníamos un terreno baldío -explica-, mi marido no quería plantar más viña y fue mi hija quien nos animó a apostar por el olivo, y así lo hicimos”.

Carmen Rosal y su hija María Souto en su plantación de olivo en Lores

En Lores acaba Carmen Rosal y su hija María Souto fueron las última en apostar por ello. Lo hicieron en una parcela de casi tres ferrados ubicada en la parte baja del valle, donde dispusieron 515 plantas. “En principio pensábamos poner viña -explica Carmen Rosal, que elabora 4.000 botellas de albariño “Moisés” destinadas a la venta en un kiosco a pie de playa cada verano en A Lanzada-, pero dada la inversión que hacía falta y el mucho trabajo que suponía su cuidado, mi hija se informó, contactó con Aceites Abril y me convenció para plantar olivos”. Técnicos de la firma ourensana visitaron la parcela, las guiaron en la puesta en marcha de la explotación y cerraron un acuerdo para la compra de la producción. No son los únicos. Algunos agricultores más en O Salnés están apostando ya por convertirse en aceituneros.

Imagen de la planación de alta densidad dispuesta en Lores
Plantación de alta densidad
Se calcula que en un ferrado de terreno -la unidad de referencia en la comarca que equivale a 600 m2-, si la orientación es buena y el perímetro es más o menos regular, en plantación de alta densidad caben 165 olivos. “La plantación de alta densidad -explica Manuela González-  es la que recomendamos en Galicia para sacarle un mayor rendimiento a la parcela”. Ello supone plantar olivos en fila con una distancia entre uno y otro 1,35 a 1,50 metros, dejando en medio de las filas calles de 3,75 metros.
Traducido en ese ferrado de terreno los 165 olivos en variedad arbequina -que es la que más trabaja Aceites Abril- supone un coste estimado de 200 euros en plantas. “Nosotros -explica Manuela González- recomendamos después realizar un pequeño emparrado a base de postes de madera, cañas de bambú e hilo de nylon, emparrado que debe durar unos cuatro o cinco años y que luego se retira”. Su función es conducir la planta lo más recta posible y su coste, para ese ferrado de tierra según los técnicos, puede suponer unos 200 euros a mayores.
Cierto que la planta y el suelo requieren luego unas atenciones, aunque mínimas  “porque el olivo en un árbol frutal y como tal hay que cuidarlo” aclara Manuel González. Esos cuidados se limitan durante los primeros años a un tratamiento fitosanitario de invierno y primavera, “y mantener luego una cubierta vegetal que deberemos limpiar de cuando en vez, nosotros recomendamos que mejor mecánicamente y no con herbicidas”. “A partir de ahí -añade- vigilar la plantar ante cualquier plaga que, aunque no habitual, sí pueda surgir”.

Pastrora Fernández dispuso 850 olivos en su plantación de Axís
Los olivos producirán aceituna a partir del segundo o tercer año “en función al cuidado que se le haya dispensado a la planta en ese tiempo” explica la responsable de Aceites Abril. Hablando siempre en clave de variedad arbequina los olivos, según explica Manuela González, cuando alcanza su pleno rendimiento, esto es, a los 5 ó 6 años de vida de la planta, “produce por término medio en un año normal de 8 a 10 kg. de aceituna”.
A la hora de la comercialización el precio varía en función del mercado. “Puede que algún año -explica Manuel González- el precio sea elevado por las circunstancias del mercado y llegue al euro, pero lo normal es que el precio del kilo de aceituna se mueva entre los 70 y los 80 céntimos”.

Alternativa al albariño
Carmen Rosal y María Souto estacando
 uno de sus olivos en Lores
El olivo puede resultar la alternativa a la uva albariña dada la caída de los precios de ésta en los últimos años. Valentín Fernández lo tiene claro: “inviertes mucho menos dinero a la hora de la plantación, los cuidados luego son mucho menores que el viñedo, contaminas menos con fitosanitarios, a la hora de la recogida tres personas con una vareadora eléctrica de fibra de carbono y lonas hacen un árbol en dos minutos… la pena es que no tuviera terreno para plantar 8.000 olivos” lamenta.
¿Y el rendimiento económico? En el momento actual es si cabe mayor por cuanto la producción de un ferrado de olivar en Galicia, según las cifras aquí expuestas, oscila entre los 1.320 y los 1.650 kg., cuando en el albariño, según los topes que marca el consello regulador, no se pueden comercializar más de 750 kg e uva por ferrado. Traducido en dinero y tomando las cifras más bajas, los 1.320 kg. de aceituna de un ferrado a 0,70 céntimos supondrían unos ingresos de 924 euros, mientras que en albariño, tal y como se pagó en esta última cosecha, a una media de 85 céntimos por kg. de uva de calidad (12,8º de graduación alcohólica), esos 720 kg. -en el supuesto de alcanzar el tope de producción en un buen año- se traducirían en 637,50 euros.


Otra pequeña plantación dispuesta en Simes
El olivo irrumpe así como una alternativa en alza al viñedo y a la huerta en O Salnés. “Hasta ahora no nos habíamos percatado -apunta Valentín Fernández-, pero Galicia está prácticamente en la misma latitud que Lérida, y allí al aceituna arbequina se produce en cantidad”. “Aquí -añade- nuestras posibilidades son también enormes para llegar a un mercado exterior que está descubriendo aún las propiedades y los beneficios del consumo de aceite de oliva, yo, desde luego, lo tengo claro”.



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