sábado, 6 de mayo de 2017

Unas 500 personas desafiaron al viento frío del norte y se dieron cita el pasado domingo 30 de abril en la Praza de Feira para presenciar el XXVI Festival de Bandas de de Música Meaño, que contó este año con las formaciones de Rianxo, Beade y Meaño, las tres referentes en la comunidad, no en vano, ganaron en la última década de alguna de las ediciones del Certame Galego. En total, más de 200 músicos sobre el escenario en representación de unas agrupaciones que, sumados sus socios, aglutinan a casi 700, en la mayoría padres que son hoy elemento esencial de la sostenibilidad de unas bandas que, con la ley en mano, no pueden ni repartir dinero alguno entre sus componentes.

MEAÑO CONGREGÓ A 500 MELÓMANOS 
EN SU FESTIVAL 

La Banda Unión Musical de Meaño en su desfile de presentación
La tarde fría y desapacible hizo que en el momento del desfile, a las cinco de la tarde, apenas sí unas 200 personas se apostaran en las aceras para aplaudir el paseíllo musical de cada banda a modo de presentación. Las autoridades evitaron esta vez balcón del consistorio y siguieron el momento a nivel de suelo. Luego, dentro de la carpa, fue subiendo el número hasta los 300 que cubrían la mitad del aforo de sillas en el momento del primer concierto. A ello siguió un goteo incesante que hizo que la cifra se elevara hasta los 500 cuando actuó Meaño, pero aún así lejos de las ediciones de mayor afluencia de este festival cuando los años 90.
Y eso que la organización repitió un esfuerzo encomiable disponiendo un escenario impecable, vestido para la ocasión con una decena de centros de flores y hasta olivos en maceteros, y sobre el que se habilitó una gran pantalla en la que se iban proyectando en directo imágenes del desfile de entrada de a la carpa, y primeros planos de los músicos en cada concierto, en aras a acercar al público la visión de un escenario elevado en el que no se divisaba más allá de la primera fila.

Banda de Música de Beade durante el desfile
Marco impropio
El evento puso en evidencia un año más la falta de un marco adecuado y las carencias en cuanto a comodidad, visibilidad y sonoridad que ofrece la carpa. Situación opuesta la de las bandas invitadas, Rianxo y Beade, que sí cuentan en sus localidades con auditorios que ofrecen esa posibilidad. Sus directores reconocían que realizar un festival de este calado bajo carpa resulta inusual: “sorprende que un lugar como Meaño -afirmaba Luis Alberto Collazo, director de Beade- con una banda que es desde hace año un referente en Galicia, y que cuenta con una escuela de música fantástica, no disponga de una instalación adecuada, no ya sólo para este evento, sino para los demás conciertos de su banda y la pujante actividad de su escuela”.

Sección de metal de la BUMM
Las bandas populares atraviesan hoy un momento de excelente salud, “porque hay más bandas y músicos que nunca -reconocía Rafael Collazo, director de Rianxo-, y en su mayoría muy jóvenes y con una excelente preparación”. No en vano ayer la media de edad de los componentes de las tres bandas era de tano sólo 17 años, y se estimaba que entorno al 40 por ciento de ellos o habían acabado o estaban completando su formación bandística con estudios oficiales en conservatorio.
No obstante, las bandas también viven un momento de grandes dificultades. Diego Javier Lorente, director de la banda de Meaño, apuntaba hacia la dispersión de la población en el rural “porque en Meaño aunamos músicos de localidades dispersas en un radio de unos 8 kilómetros y es difícil cuadrar horarios”, mientras que Luis Alberto González (Beade), enfatizaba en la dificultad de “tener cerca una ciudad como Vigo con una oferta de ocio muy grande que tira mucho de los jóvenes, lo que nosotros tratamos de contrarrestar con actividades, campamentos y excursiones para atraer a los chavales a la banda”.

Dificultades
Sección de viento madrra de la BUMM
Pero de entre todas las dificultades los tres coincidían en una: la económica. “La crisis -apunta Rafael Collazo- supuso un recorte brutal de las subvenciones, hasta el extremo de que desaparecieron por completo las destinadas a bandas y a escuelas de música”. Luis Alberto González precisaba que “en Beade hemos dejado de percibir en torno a 5.000 euros de subvenciones que nos llegaban cada año de la Xunta o mismo de la Diputación a través de su Certamen Provincial que hace años dejó de organizarse”. “Así las cosas -añade- subsistir resulta complicado, y en las bandas se está tirando para adelante gracias al sacrificio y al esfuerzo ímprobo de los padres, porque sin ellos, en el momento actual, todo el mundo y la cultura que emana de las bandas populares se iría al traste”. 


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