La
comarca de O Salnés está considerada una de las zonas de la provincia más
expuestas al radón. No en vano, todos los municipios de la comarca
superan la media gallega en concentración de este gas, considerado uno de los
principales agentes que causan cáncer de pulmón. Un radón que, aún colándose en
las viviendas desde el subsuelo, puede hallar otra puerta de entrada
en el agua, sobre todo la procedente de manantiales y pozos excavados a través
de capas de suelo o de la propia roca. La normativa vigente empieza ya
a tenerlo en cuenta, de tal forma que obliga hoy a analizar la presencia de
radón en pozos y traídas de agua, requisito que se exige para su legalización, no desdeñando tal recomendación para las fuentes públicas más socorridas.
EL RADÓN, UN INTRUSO EN EL AGUA
Fuente de Trubisquido en Meaño |
Meaño, con mucha presencia granítica en su
subsuelo, cuenta a lo largo y ancho de sus siete parroquias con 53 fuentes
catalogadas como manantiales públicos. A ello suma infinidad de pozos y varias
traídas vecinales que captan el agua en las laderas de monte, y que han sido
desde hace décadas el recurso de muchos vecinos del rural para disponer de agua
corriente en el hogar. La normativa obliga hoy realizar analíticas en las
que valorar la presencia del radón en el agua, requisito que exige para su
legalización, a fin de primar la seguridad y a salubridad del agua para el
usuario.
Realizar
analíticas de radón en el agua es un proceso sencillo que acomenten varios
laboratorios gallegos, si bien las muestras captadas no se analizan hoy en
Galicia, sino que se realizan en laboratorios del exterior, los más socorridos
en Madrid, Barcelona y, como más cercanos, Cantabria Desde el laboratorio
vigués Analicia Calidad Galicia S.L. (otrora Laboratorios Goberna), la
directora técnica, Victoria de las Cuevas, explica el protocolo: “se recoge un
litro de agua a modo de muestra en origen,
captado en un envase de polietileno estéril y que debe mantenerse en frío hasta
procesar en laboratorio”. Las analíticas regladas, en relación con la
radiactividad, valoran tres parámetros, que son la actividad alfa, beta y radón.
“Los resultados -agrega Victoria de las Cuevas- se sirven al demandante en
cuestión de doce o catorce días”. El precio, que suele incluir otros parámetros
requeridos y según varios laboratorios consultados, aunque varían, ronda por
término medio los 100 euros.
Panorámica de Meaño desde Trubisquido con Outeiro al fondo |
En varios países ha emergido la concienciación sobre la exposición al radón, buscando la presencia de este gas en también en el agua. Entre ellos, Suecia, donde los pozos suministran agua potable a unas 800.000 personas, y donde las analíticas realizadas confirman que 6 por ciento de sus pozos registran niveles tan elevados, que superan el límite de los 1.000 bequerelios por litro, lo que supone un riesgo manifiesto para salud. Mientras, el 60 por ciento restante se mueve en el rango inferior, de entre 100 y 1.000 Bq/l. Una concienciación con la radiactividad -lo que incluye el radón-, que en los países escandinavos irrumpió de lleno tras los efectos del accidente nuclear de Chernóbil (1986).
Un técnico colocando un medidor de radón en el hogar |
La
normativa española vigente desde 2003 establece ese límite de radón en agua en
los 500 bequerelios por litro. En relación a ello, literalmente, la norma
precisa: “las actuaciones de los gestores estarán encaminadas a optimizar la
protección de la población cuando los niveles de radón estén por debajo de los
500 Bq/litro y por encima de los 100
Bq/litro”. Y añade: “se consideran justificadas las medidas
correctoras por motivos de protección radiológica, cuando las concentraciones
de radón superen los 1.000 Bq/litro”.
La
búsqueda de la presencia del radón en el agua ha de centrarse sobre todo en las
fuentes subterráneas que afloran como manantiales, y que normalmente acusan
concentraciones de radón mucho más altas que el agua de superficie de ríos,
pantanos y lagos.
Aunque en las provincias del sur de Galicia, que son las más expuestas al radón (y en Arousa, los que más, concellos como Meaño o Ribadumia), la presencia de radón detectado en agua, hasta ahora, no ha arrojado datos preocupantes. Y es que, consultados los laboratorios vigueses Analicia Calidad Galicia S.L. o Plagostel, de los centenares muestreos recabados y procesados por ello ninguno dio positivo, esto es, nninguno ha superado ese umbral de los 500 Bq/l en agua.
Pese
a que algunas fuentes atribuyen la relación entre los altos índice de radón en
el agua consumida y el cáncer de estómago, la Organización Mundial de la Salud
lo descarta, dado que en los estudios epidemiológicos realizados “no se ha
encontrado ninguna relación entre la presencia de radón en el agua potable y un
mayor riesgo de cáncer de estómago”. Y que lo que preocuparía, llegado el caso,
no es el agua que se ingesta, sino el hecho de que ese radón, disuelto en el
agua potable que llega al hogar, pasaría a la atmósfera de los
espacios interiores, elevando así los niveles de radón en el aire de la
vivienda. De hecho, sobre el particular, la OMS advierte que “la cantidad
de radón que se inhala al respirar es mayor que la ingiere al beber”.
La neumóloga Torres Durán |
Radón y cáncer de pulmón
María
Torres Durán, neumóloga del Hospital Álvaro Cunqueiro (Vigo), que versara en su
día su tesis doctoral sobre la exposición al radón residencial y el riesgo de
cáncer de pulmón, advierte que “la principal vía de entrada
del radón en una vivienda no está en el agua, sino en el subsuelo, esto
es, el terreno sobre el que se asienta”. Amén de cuál sea la vía de
entrada, la doctora incide en la relación entre la exposición a este gas y el riesgo de
cáncer de pulmón: “el radón -afirma- es la segunda causa del cáncer de
pulmón a
nivel mundial, sólo por detrás del tabaquismo. Pero si una
persona fumadora está expuesta además en su vivienda a altas
concentraciones de radón, el riesgo de padecer cáncer de
pulmón se multiplica”.
La
doctora Torres Durán reconoce que el radón es “un tema en auge en los últimos
años”. “De hecho -explica-, los siete grandes hospitales de Galicia han participado en un
amplio estudio sobre el impacto de la exposición a radón residencial en el
riesgo de cáncer de pulmón”. La investigación ha estado dirigida por el
profesor Alberto Ruano, desde el Departamento de Epidemiología y
Salud Pública de la Universidad de Santiago. Se trataba de realizar mediciones
de concentraciones
de radón en las viviendas de personas nunca fumadoras, diagnosticadas de
cáncer de pulmón, pero también en domicilios de personas sanas, con características similares
en cuanto a edad, sexo y nunca fumadores.
Los detectores de radón se instalaron en las viviendas durante un período de tres meses, para luego analizar esos resultados en el Laboratorio de Radón de Galicia. Este estudio demostró que las personas nunca fumadoras, expuestas a concentraciones elevadas de radón (> 200 Bq/m3) en sus domicilios, presentan un incremento significativo del riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, en comparación con los expuestos a concentraciones por debajo de 100 Bq/m3.
En
el estudio participaban
los hospitales Álvaro Cunqueiro (Vigo), Universitario de Santiago, A
Coruña, Pontevedra, Ferrol, Lugo y Ourense. “Incluso -explica Torres
Durán- se han sumado a él hospitales de Asturias, Madrid, Ávila y León, por cuanto el Noroeste peninsular es una de las zonas de mayor riesgo de exposición al
radón”.
La doctora del Hospital Álvaro Cunqueiro, María Torres Durán |
“Nuestro principal consejo
a la hora de evitar factores de riesgo para cáncer de pulmón -explica la
neumóloga Torres Durán-, es dejar de fumar, y educar a los niños y adolescentes para que
no se inicien en el hábito tabáquico, no solo en el consumo de cigarrillos
tradicionales sino también en otras formas de tabaquismo, más
recientes, como el cigarrillo electrónico”. “Luego -agrega- en zonas de alto
riesgo de exposición al radón, como es la nuestra, sería recomendable medir
los niveles este gas en los domicilios y, si estos son muy elevados, consultar con un
experto para valorar posibles medidas de remediación para
bajar su
concentración”. “Lo más importante de cara al futuro -apunta- es mitigar la
penetración de radón en las viviendas de nueva construcción”.
El nivel de acción, establecido por diferentes organismos, no es uniforme. Así, la normativa europea lo fija en
300 Bq/m3, pero la OMS lo rebaja a 100, y la normativa norteamericana
sitúa en los 148 Bq/m3. Sobre el radón, tanto en su presencia en el aire como
en el agua, la doctora Torres Durán apunta que “lo más importante es concienciar a la población
general, pero también a las autoridades sanitarias sobre la relevancia de la
exposición al radón y actuar en consecuencia”.
Cribados con el agua
Un técnico tomando una muestra para analizar |
Desde los laboratorios consultados se insta a
la prudencia de vecinos y administraciones. “Lo recomendable -apunta Mabel
Campos, responsable de Plagostel- es que los concellos realicen analíticas con
contemplen el parámetro del radón en las fuentes, por lo menos en aquellos
manantiales más expuestos y socorridos por los vecinos, a fin de disipar dudas
sobre la salubridad del agua”. Una opinión que comparte la directora técnica de
laboratorio de Analicia Calidad Galicia S.L., Victoria de las Cuevas, y que
hace extensible el consejo “sobre todo a aquellos concellos del mapa gallego
más expuestos al radón”.
Y entre estos figuran todos los concellos arousanos, tipificados como los más expuestos, el que más, Meaño, quinto en el ranking actual de los concellos de la provincia -y 14º en del ranking gallego-, más otros como Ribadumia u O Grove. Para ellos la recomendación es efectuar una analítica en manantiales, traídas y pozos, a fin de detectar altas concentraciones radón en el agua. El objeto, hacer un cribado que permita detectar aquellos de emitan índices por encima del umbral, y ante los que cumpliría actuar. De hecho la OMS advierte que “en los casos en que se prevea una concentración elevada de radón en el agua potable, conviene medir su concentración real”. Eso sí, la OMS deja a instancias de los gobiernos los niveles que se recomienden para realizar este tipo de pruebas, y que “se establezcan en función del nivel nacional de referencia para la concentración de radón en el aire”. A buen seguro, la Galicia granítica del sur es uno de esas zonas de prevención donde actuar. De hecho los concellos de la provincia ourensana se han puesto a ello hace un año, actuando ya en aquellos manantiales subterráneos con indicios razonables de concentraciones de radón. Actuaciones similares tocarían ahora en Pontevedra y O Salnés -y Meaño en particular- para mitigar el riesgo. Las administraciones deberían ponerse a ello.
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