sábado, 3 de julio de 2021

 

Una denuncia vecinal alerta sobre presencia de vertidos de amianto en los montes meañeses, delación que se repite en diversos lugares de la geografía gallega. Los montes son el lugar más socorrido para alejar estos actos vandálicos de ojos curiosos, a fin de a garantizar el anonimato de los autores. Los enclaves deben reunir las condiciones de resultar encubiertos, pero contar a la par con cierta accesibilidad a vehículos para su descarga en los márgenes de viales. Toca tomar conciencia de daños y riesgos. Desde aquí, nuestro grano de arena para la causa.
 

LOS VERTIDOS DE AMIANTO ASOMAN POR EL MONTE MEAÑÉS

 
En Meaño, las pistas en tierra de monte entre Trubisquido (Meaño) y Xil, con el curso alto del regato Fondón de portada medio, son uno los espacios socorridos para los vertidos de uralita vieja, dotadas del temido amianto. La denuncia de un vecino de Xil nos alerta sobre un foco importante, situado en la zona de conocida cob el nombre de “los Montes de Blanco”, enclavado en la ladera que baja desde Fontefría y Queimada por poniente, cayendo hacia los núcleos poblacionales de Xil y Meaño, que se hallan en el valle.


Vertido en una hondonada de la ladera de Fontefría

El vertido semeja obedecer al uso de un tractor o similar, del que se han servido para el traslado de una carga de uralita hasta el lugar. Una vez se abandona la pista aglomerada de la parte baja, es preciso ascender 800 metros por un camino pronunciado en tierra, que torna complicado el acceso, hasta llegar en el alto a una parte llana. En ese punto, y en las inmediaciones de una curva cerrada,  es donde se registra este importante vertido de uralita, depositado en un barranco que cae hacia la zona donde se origina el regato Fondón (afluente en Chanca, al que se une en Dena).
Retirar este vertido resultará tarea ardua, dado su enclave en una hondonada en fuerte pendiente. Tal que podría hasta hacer preciso una máquina retro-excavadora, dotada de un brazo mecánico, con el salvar ese desnivel de unos 2 metros para subir la uralita vertida hasta el nivel del vial, que es el único acceso de retirada de este depósito. Eso sí, labor que sólo podría realizar una empresa especializada y autorizada para actuar con el amianto.
Pero éste no es el único vertido registrado en la zona. Apenas a 30 metros, en dirección suroeste, se halla un segundo depósito de amianto que, en este caso, responde a escombro de obra, con bloques de hormigón y uralita rota, y que fue vertida en la misma ladera del barranco. Y a escasos 500 metros de aquellos, avanzando en dirección Meaño, damos con un tercer foco, el más modesto de todos. Se trata del depositado en plena pista de tierra, donde una partida uralita rota y machacada se empleó en rellenar las rodadas hundidas, dejadas en invierno sobre el firme en tierra por tractores cargados. A buen seguro, no serán los único que asoman por los montes del municipio.


Pisando el segundo vertido en la ladera de Fontefría

El riesgo
Se calcula que España vive entre más 3 millones de toneladas de amianto, un componente de fibrocemento, conocido vulgarmente como uralita -por la firma que lo comercializaba en España- como material de construcción. Está compuesto por fibras microscópicas que pueden permanecer en suspensión en el aire el tiempo suficiente para suponer un riesgo para la salud. Las enfermedades que causa tienen un período largo de latencia, esto es, el tiempo que transcurre entre la inhalación de las partículas de amianto y la aparición de la enfermedad, y que puede requerir más de 30 años.
El amianto es la sustancia industrial más conocida vinculada al cáncer de pulmón. Amén de ello, está relacionado con otras enfermedades como la fibrosis pulmonar. La comercialización de la última modalidad del amianto fue prohibida en España a partir de diciembre de 2001-otras lo habían sido ya antes-.
El contacto ocasional con el amianto no supone apenas riesgo, pero muda si la exposición al mismo es prolongada, así como cuando se manipula este material. Los trabajos de corte, taladro, roturas y derribos, o cuando mismo el material está envejecido, el riesgo de que pase al aire que respiramos aumenta considerablemente.


Vertido sobre vial público: tres focos en un radio de 800 metros


La Comisión Europea de la UE advierte sobre el riesgo de una epidemia de 500.000 muertes en los próximos años derivadas de de enfermedades causada por el amianto. En Estados Unidos casi 50.000 personas al año denuncian enfermedad causada por esta sustancia. Recientemente, en España, el rostro José Mª Iñigo ponía cara a los damnificados, al reconocer la justicia que había fallecido a causa de un tipo de cáncer de pulmón relacionad con la continua exposición al amianto en los estudios de Prado del Rey.
Cumple retirar la uralita una vez se ha llegado al límite de su vida útil, que se estima en 25 años. Y es que partir de ahí aumenta el riesgo de rotura o perforación accidental -más habitual por acción del agua-, que supondría la dispersión en el medio de las fibras de amianto. En su defecto, cabría retirarla, si antes de ese tiempo se constatan ya daños en las piezas. La labor nunca debe hacerlo un particular, sino que únicamente puede realizarla una empresa especializada y debidamente autorizada, la cual deberá figurar en el Registro de Empresas por Riesgo de Amianto (RERA).


BigEl amianto de la vieja cubierta del paellón de Coirón volteado por el tornado


Firma vilagarciana
César Paz, que regenta una firma vilagarciana especializada en esta labor, reconoce que “la concienciación en los riesgos del amianto aún no ha calado lo suficiente, de hecho nuestros trabajos están más vinculados a denuncias que a iniciativas particulares”. “En ocasiones -agrega-, alguna empresa de construcción, a petición del promotor, opta por retirar el amianto por su cuenta y, lo peor, machacarlo que es realmente peligroso, para meterlo en la cimentación, de hecho actuamos recientemente un caso similar tras una denuncia vecinal”. Una vez retirado, el amianto debe trasladarse a un vertedero, debidamente acondicionado para tal fin. Lo contrario y, especialmente la práctica de enterrarla -que se prohíbe- supone un riesgo elevado de contaminar con mucha facilidad el subsuelo, pudiendo llegar así a cursos de agua o acuíferos con los consiguientes daños que ello conllevaría para la salud.
“La retirada de amianto -admite César Paz-, no resulta barato, dado que por medio está del transporte a uno de los vertederos acondicionados, que para ello existen en la zona provincia de A Coruña”. “El coste -agrega- depende mucho de la superficie a retirar, porque, sean 10 m2 de tejado o 200, el porte es obligado al momento, y ese porte en un camión específico para tal fin supone 460 euros”. De hecho, la retirada de una superficie de unos 100 m2 de amianto, admite César Paz, “rondaría los 2.000 euros”.

2010: Obra de retirada del amianto del viejo pabellón de Coirón (Dena)


Trabajos Verticales César Paz, con más de una década de experiencia en el sector, cuenta con cuatro operarios especializados en la labor que, explica, “deben hacer uso de un equipo EPI específico, más mascarilla con dos filtros HEPA para contrarrestar el riesgo”. “Para desempeñar esta labor -añade- mismo han tenido que pasar un reconocimiento médico específico y, a mayores, el conductor del camión ha de someterse a un reconocimiento médico continuo cada tres meses”.
En Galicia no existe subvención específica alguna para aliviar los costes de la retirada de amianto. Lo que sí, apuntan desde el sector, son subvenciones para la eficiencia energética de las edificaciones, lo que puede lograrse sustituyendo la uralita por panel sándwich. La operación supondría, amén de esa mejora térmica, poder amortiguar de paso los costes de la retirada de amianto.
Una retirada que en Meaño se impuso en 2010 en el viejo pabellón de Coirón, y más recientemente en la cubierta del viejo pabellón de Xil, destrozado en febrero de 2016 por un tornado. Desde la oposición, los independientes demandan del gobierno local una actuación en este sentido, para ir procediendo a la retirada paulatina del amianto de las cubiertas de edificios públicos. Un affaire que acaban de incluir en la solicitud de un pleno extraordinario para poder tratarlo. Pero ante ello, la posición del regidor fue la de inhibirse para abordarlo, desplazando el asunto meramente a ruego, a fin de evitar un posicionamiento de la corporación sobre el asunto. El amianto permanecerá así indemne en Meaño durante los próximos años. Tocará mirar a otra parte.

 

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