VIVIENDO EN LA FRONTERA
Vivir en la frontera, a caballo entre
ayuntamientos y localidades diferentes. Tres barrios del municipio de Meaño
saben bien lo que es. Son los de Dadín, Nantes de Reis y Seixomil. El primero
está dividido entre dos ayuntamientos y, ahí es nada, tres localidades
diferentes, y los otros dos también lo están entre dos parroquias de concellos
distintos. En los tres casos se trata de barrios de marcado carácter rural en
los que los ayuntamientos de Meaño y Sanxenxo comparten titularidad.
Carmen Bouzada en su huerta de Dadín ante el mojón que separa Meaño y Sanxenxo |
De Dadín, siempre se dijo, que es un
barrio partido entre dos ayuntamientos (Meaño y Sanxenxo) y tres localidades
(Dena, Nantes y Vilalonga). Comprende unas 70 viviendas y en algunos casos las
propias casas están literalmente en ambos concellos. “Este es un barrio
internacional, y dentro de él esto es la pirenaica” afirma con sorna Carmen
Bouzada a sus 85 años cuya vivienda está justo en el linde “hasta el punto
-continúa-, de que si entro por el portal lo hago por Sanxenxo y si entro por
la puerta lo hago por Meaño”. “De hecho en nuestra era -continúa- existe un
mojón grande que delimita la frontera entre ambos ayuntamientos. Antes lo
solían venir a pintar y marcar con números algunos técnicos por eso de los
mapas, por ello nosotros no queremos quitar la piedra”.
Pero alguna vivienda va más allá y se
ha quedado, lo que se dice, literalmente en el limbo. El hijo de Elisa Camiña
nos explica la paradójica situación de la casa de su madre: “Esto siempre fue
Nantes -asegura-, de hecho, esta casa más esa vecina -señala-, figuraban en el
antiguo PXOM de Sanxenxo. Pero Sanxenxo aprobó un nuevo PXOM en 2003 y modificó
el linde, de tal forma que dejó las dos casas en el ayuntamiento de Meaño”. “El
vecino -prosigue nuestro interlocutor- reclamó en el plazo de alegaciones e
incluyeron su casa en Sanxenxo como estaba antes, pero nosotros no lo hicimos
porque no nos habíamos enterado de la modificación”. “Ahora -continúa- fui al
concello de Sanxenxo pero me dicen que es imposible hacer modificación alguna,
por lo que esta casa y su finca están fuera de su PXOM, pero también lo están
fuera del de Meaño porque allí ya no estuvimos nunca, esto es, estamos fuera de
la normativa, a efectos legales no somos ni de un sitio ni de otro”.
Lo peor de vivir en la frontera es que
nadie tiene claros los límites, ni en las comisiones de fiestas “por lo que a
veces nos vienen a pedir de Nantes para la fiesta del San Juan de O Santo, de
Dena para el San Cristóbal… pero cada vecino es muy libre de dar o no” apunta
Carmen Bouzada. Incluso Dadín, en su condición de barrio de frontera, tuvo su
propia fiesta autónoma durante una década (finales de los 80 inicios de los
90), que fue la de la queimada “para la que aportaban dinero sólo los vecinos
de Dadín, y se hacía aquí en el cruce -señala Carmen-, que es el límite entre
los dos concellos, de tal forma que, dependía, unos bailaban o bebían la
queimada en Sanxenxo y otros lo hacían en Meaño”.
Carmen Bouzada señala las tres caras del mojón que delimitan el linde entre Dena, Nantes y Vilalonga |
Otro hándicap son los diferentes
impuestos que se pagan dentro en un mismo barrio y que afectan además a algunos
vecinos con propiedades a ambos lados. Todos coinciden en que las tasas de
Sanxenxo, esto es, recogida de basura, saneamiento, obras en vivienda,
contribuciones de fincas… todo son más caras en Sanxenxo. “Es una cuestión de
categoría -apunta con ironía Juan Francisco Dopazo que, con 64 anos, nació y se
crió en la parte del barrio que es Sanxenxo- el nuestro es un ayuntamiento de
primera y Meaño lo es de segunda”. Él es de los que tiene fincas en ambos lados
y para pagar las contribuciones de rústica “voy a Vilagarcía y pago allí todo,
de lo contrario tendría que ir un día a Meaño y otro a Sanxenxo, y eso es un
engorro”.
Delimitar el Dadín de Dena y de Nantes
parece claro, pero más confuso resulta hacerlo con el Dadín de Vilalonga, una
cuestión sobre la que no se ponen de acuerdo ni los propios vecinos. Y es que
esa parte del Dadín “de arriba”, asumida por generaciones, se encuentra con que
ha sido renombrada hace más de una década por el concello de Sanxenxo como
“Pedreiras” por lo que los vecinos tratan de adaptarse ahora a la nueva
denominación “si bien nosotros, por tradición, siempre hemos sido de Dadín”.
En la localidad de Lores otros dos
barrios se encuentran en esta situación. Son los de Nantes de Reis y Seixomil.
Este último agrupa tan sólo a siete casas habitadas, tres en Lores (Meaño) y
cuatro en Nantes (Sanxenxo). En él, Dolores García es, a efectos legales,
vecina de Lores “pero siempre me he sentido de Nantes”. Ella nos explica las
paradojas de vivir en la frontera: “a mis hijos en su día no los quisieron en
el colegio en Meaño y, después de muchas vueltas, logré que matricularlos en
Sanxenxo; y cuando tuve nietos, como en Meaño les hacían falta alumnos, nos
llamaban para que los lleváramos allí”. Dolores, cuya huerta atraviesa la línea
de linde, se queja amargamente: “tuve el médico en Sanxenxo durante más de 40
años, pero hace dos recibí una carta que me obligaba a cambiarme para Meaño, y
eso me queda a desmano porque para Sanxenxo tengo servicio de autobús por
Nantes y para Meaño preciso de un taxi”.
La pista divide Dadín: o lado esquerdo é Sanxenxo, o derieto é Dena (Meaño) |
En cuanto a los servicios y limpieza
de cunetas que ofrecen ambos concellos en estos barrios de frontera los vecinos
entienden que los dos cumplen: “cuando por una parte llueve por otro orballa”
lo resume a modo de refrán Elisa en Dadín “esto es, cuando vienen en un lado,
el otro concello lo ve y, no queriendo ser menos, viene al poco”. Ver para
creer.
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