domingo, 25 de agosto de 2013

VIVIENDO EN LA FRONTERA

Vivir en la frontera, a caballo entre ayuntamientos y localidades diferentes. Tres barrios del municipio de Meaño saben bien lo que es. Son los de Dadín, Nantes de Reis y Seixomil. El primero está dividido entre dos ayuntamientos y, ahí es nada, tres localidades diferentes, y los otros dos también lo están entre dos parroquias de concellos distintos. En los tres casos se trata de barrios de marcado carácter rural en los que los ayuntamientos de Meaño y Sanxenxo comparten titularidad.

Carmen Bouzada en su huerta de Dadín ante el mojón que separa Meaño y Sanxenxo
   De Dadín, siempre se dijo, que es un barrio partido entre dos ayuntamientos (Meaño y Sanxenxo) y tres localidades (Dena, Nantes y Vilalonga). Comprende unas 70 viviendas y en algunos casos las propias casas están literalmente en ambos concellos. “Este es un barrio internacional, y dentro de él esto es la pirenaica” afirma con sorna Carmen Bouzada a sus 85 años cuya vivienda está justo en el linde “hasta el punto -continúa-, de que si entro por el portal lo hago por Sanxenxo y si entro por la puerta lo hago por Meaño”. “De hecho en nuestra era -continúa- existe un mojón grande que delimita la frontera entre ambos ayuntamientos. Antes lo solían venir a pintar y marcar con números algunos técnicos por eso de los mapas, por ello nosotros no queremos quitar la piedra”.
   Pero alguna vivienda va más allá y se ha quedado, lo que se dice, literalmente en el limbo. El hijo de Elisa Camiña nos explica la paradójica situación de la casa de su madre: “Esto siempre fue Nantes -asegura-, de hecho, esta casa más esa vecina -señala-, figuraban en el antiguo PXOM de Sanxenxo. Pero Sanxenxo aprobó un nuevo PXOM en 2003 y modificó el linde, de tal forma que dejó las dos casas en el ayuntamiento de Meaño”. “El vecino -prosigue nuestro interlocutor- reclamó en el plazo de alegaciones e incluyeron su casa en Sanxenxo como estaba antes, pero nosotros no lo hicimos porque no nos habíamos enterado de la modificación”. “Ahora -continúa- fui al concello de Sanxenxo pero me dicen que es imposible hacer modificación alguna, por lo que esta casa y su finca están fuera de su PXOM, pero también lo están fuera del de Meaño porque allí ya no estuvimos nunca, esto es, estamos fuera de la normativa, a efectos legales no somos ni de un sitio ni de otro”.
   Lo peor de vivir en la frontera es que nadie tiene claros los límites, ni en las comisiones de fiestas “por lo que a veces nos vienen a pedir de Nantes para la fiesta del San Juan de O Santo, de Dena para el San Cristóbal… pero cada vecino es muy libre de dar o no” apunta Carmen Bouzada. Incluso Dadín, en su condición de barrio de frontera, tuvo su propia fiesta autónoma durante una década (finales de los 80 inicios de los 90), que fue la de la queimada “para la que aportaban dinero sólo los vecinos de Dadín, y se hacía aquí en el cruce -señala Carmen-, que es el límite entre los dos concellos, de tal forma que, dependía, unos bailaban o bebían la queimada en Sanxenxo y otros lo hacían en Meaño”.

Carmen Bouzada señala las tres caras del mojón que
delimitan el linde entre Dena, Nantes y Vilalonga
   Otro hándicap son los diferentes impuestos que se pagan dentro en un mismo barrio y que afectan además a algunos vecinos con propiedades a ambos lados. Todos coinciden en que las tasas de Sanxenxo, esto es, recogida de basura, saneamiento, obras en vivienda, contribuciones de fincas… todo son más caras en Sanxenxo. “Es una cuestión de categoría -apunta con ironía Juan Francisco Dopazo que, con 64 anos, nació y se crió en la parte del barrio que es Sanxenxo- el nuestro es un ayuntamiento de primera y Meaño lo es de segunda”. Él es de los que tiene fincas en ambos lados y para pagar las contribuciones de rústica “voy a Vilagarcía y pago allí todo, de lo contrario tendría que ir un día a Meaño y otro a Sanxenxo, y eso es un engorro”.
   Delimitar el Dadín de Dena y de Nantes parece claro, pero más confuso resulta hacerlo con el Dadín de Vilalonga, una cuestión sobre la que no se ponen de acuerdo ni los propios vecinos. Y es que esa parte del Dadín “de arriba”, asumida por generaciones, se encuentra con que ha sido renombrada hace más de una década por el concello de Sanxenxo como “Pedreiras” por lo que los vecinos tratan de adaptarse ahora a la nueva denominación “si bien nosotros, por tradición, siempre hemos sido de Dadín”.
   En la localidad de Lores otros dos barrios se encuentran en esta situación. Son los de Nantes de Reis y Seixomil. Este último agrupa tan sólo a siete casas habitadas, tres en Lores (Meaño) y cuatro en Nantes (Sanxenxo). En él, Dolores García es, a efectos legales, vecina de Lores “pero siempre me he sentido de Nantes”. Ella nos explica las paradojas de vivir en la frontera: “a mis hijos en su día no los quisieron en el colegio en Meaño y, después de muchas vueltas, logré que matricularlos en Sanxenxo; y cuando tuve nietos, como en Meaño les hacían falta alumnos, nos llamaban para que los lleváramos allí”. Dolores, cuya huerta atraviesa la línea de linde, se queja amargamente: “tuve el médico en Sanxenxo durante más de 40 años, pero hace dos recibí una carta que me obligaba a cambiarme para Meaño, y eso me queda a desmano porque para Sanxenxo tengo servicio de autobús por Nantes y para Meaño preciso de un taxi”.

La pista divide Dadín: o lado esquerdo é Sanxenxo, o derieto é Dena (Meaño)
Situación similar se vive en Nantes de Reis, un barrio de 14 viviendas partido también entre ambos concellos. “Tengo el coche y el médico por Sanxenxo -explica ante la cancilla de su casa Javier Tacón-, la iglesia es Nantes (Sanxenxo), el colegio que nos pertenece también es Nantes y nos vienen a pedir para las fiestas de Nantes pero, en cambio, la urbana la tenemos por Meaño y debemos votar en Lores que es Meaño”. Su mujer, Filomena, apunta un dato que complica más las cosas: “sí, tenemos el médico por Sanxenxo pero, en cambio, cuando tenía que venir una enfermera a nuestra casa para atender a mi padre, la de Sanxenxo se negaba porque decía que esto era Meaño y tuvimos que solicitar entonces que viniera la ATS de Meaño”
   Los que sí parecen tenerlo claro son los carteros, pero porque se guían por el conocimiento personal que tienen de los vecinos “dado que a mí me llegan cartas unas por Seixomil-Nantes y otras por Seixomil-Lores” apunta Dolores “pero ellos ya conocen nuestros nombres”. Cierto que en Dadín la cosa se complica “porque aquí tenemos doble numeración, esto es un nº 20 de Dadín por Nantes y otro nº 20 ahí arriba que es por Dena” indica Elisa “pero los carteros ya están acostumbrados, únicamente se arma algo de lío si viene uno nuevo  en vacaciones”.
   En cuanto a los servicios y limpieza de cunetas que ofrecen ambos concellos en estos barrios de frontera los vecinos entienden que los dos cumplen: “cuando por una parte llueve por otro orballa” lo resume a modo de refrán Elisa en Dadín “esto es, cuando vienen en un lado, el otro concello lo ve y, no queriendo ser menos, viene al poco”. Ver para creer.



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