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José Sineiro Domínguez
Coleccionista de antigüedades
José Sineiro Domínguez |
“CONSERVO UN ARCHIVO FAMILIAR CON 700 DOCUMENTOS QUE SE REMONTAN
AL SIGLO XV”
Fue
a finales de los años 70 del siglo pasado cuando descubrí en casa una maleta
llena de documentos antiguos, lo que venía a ser el legado de un amplio archivo
familiar desde generaciones atrás. En ella debía haber unos 700 documentos de
varios siglos atrás, muchos la mar de curiosos y de gran interés histórico.
¿A cuándo se remontan los
más antiguos?
Al
año 1400 y pico, esto es, en pleno siglo XV
¿Cuáles son los documentos
más curiosos de ese archivo?
Hay
varios. Los hay muy antiguos que hablan ya de la pesca de la lamprea en la zona
de Padrón, otros que son expedientes del tabaco de contrabando del año 1800 y
pico, otros que apuntan las directrices para la elaboración del catastro del
marqués de la Ensenada, los hay que hablan de la Guerra de Independencia, uno
de 1912 que es una autorización de la delegación del gobierno en la que concede
permiso a un vecino de Dena para disponer de un vehículo tirado por caballos a
modo de diligencia para el transporte de personas… Incluso hay alguno muy
antiguo habla de la contaminación en Dena…
¿De la contaminación?
Sí,
porque hace más de un siglo algunos vecinos de Dena con propiedades cerca de
las telleiras, que por entonces había muchas en la zona, se quejaban por las
molestias que causaba el humo cada vez que se hacía una hornada. El conflicto
se solventó con un acuerdo, de ahí el documento, por el cual los dueños de las
telleiras se comprometían a darle a los vecinos una cierta cantidad de tejas
por hornada a modo de compensación por las molestias o el daño causado.
¿Y usted los ha leído todos?
He
leído buena parte de ellos, otros es imposible descifrarlos dada la dificultad
de entender la letra. Algunos historiadores que han sabido de este archivo se
han acercado por aquí a lo largo de esto
años para investigar.
Fue
algo más tarde cuando un vecino de O Castro en Dena, sabedor de mi afición, me
trajo una piedra que en realidad era un molde para fabricar hachas antiguas,
pieza cuyo hallazgo comuniqué a la Universidad de Santiago y un equipo dirigido
por Beatriz Comendado Rey la estudió y la dató entre el III y II milenio a. C.
Ello acrecentó más todavía mi pasión por este mundillo.
¿Cuántas piezas posee en la
actualidad?
No
sabría calcular… algo más de medio centenar, unas 60… quizás 70, no sabría
precisar.
¿Cómo las consigue?
Algunas
las he comprado en anticuarios, otras me las han regalado, también he hecho
algunos cambios con otra gente aficionada al mundillo, incluso las hay que han
llegado a mis manos por casualidades.
¿Qué piezas resaltaría de su colección?
Las hay muy variadas: una talla del siglo XV que es una Anunciación en madera que conseguí en Pontecaldelas; una escafandra de inicios del siglo XX “Siebe Gorman”, que fue inventor de las escafandras, y que me hice con ella O Grove; dos sulfatadoras de 1910, una antigua bitácora perteneciente a un barco que encalló en nuestras costas hace un siglo; una cafetera de bar de 1930 con la que di en Villafranca del Bierzo; una cómoda de sacristía policromada del siglo XVII; varias lámparas de quinqué, algunas hachas de piedra prehistóricas que aparecieron en O Couto, Chan do Monte y algunos otros lugares de nuestra zona…
¿Tienen valor económico o es meramente sentimental?
No,
todas son piezas de valor sentimental porque, en realidad, su valor económico
es bajo.
¿Y qué piensa hacer usted
con esta colección en el futuro?
Quedará
en casa a modo de archivo o colección familiar.
¿Alguna pieza que recuerda
de manera especial con la que quiso hacerse pero que no pudo?
Sí,
hubo alguna, pero no se puede decir…
Simplemente
porque pedían más dinero del que yo podía disponer para estas cosas.
¿Qué opinión le merece a
usted el cuidado por el mundo de las antigüedades y, por extensión, del
patrimonio en Meaño?
En Meaño como en otros concello hace 40 o 50 años había un abandono total de todo este mundillo. Cierto que en las últimas décadas las administraciones se han preocupado más y se ha progresado mucho, no hay más que ver recuperaciones como las que se están llevando a cabo en los castros de Besomaño en Ribadumia, o Alobre en Vilagarcía… es un trabajo fantástico para la recuperación del pasado, digno de ver.
En Meaño como en otros concello hace 40 o 50 años había un abandono total de todo este mundillo. Cierto que en las últimas décadas las administraciones se han preocupado más y se ha progresado mucho, no hay más que ver recuperaciones como las que se están llevando a cabo en los castros de Besomaño en Ribadumia, o Alobre en Vilagarcía… es un trabajo fantástico para la recuperación del pasado, digno de ver.
¿Echa usted en falta alguna
actuación similar en Meaño?
Por
supuesto que sí. En Meaño hay sitios sin excavar que serían de gran interés.
El
monte de San Cibrán en Cobas donde se sabe que hay un antiguo castro, el monte
de O Castro en Dena, que fue donde apareció el molde de hacha que tengo en mi
colección. De hecho, cuando se construyó en esta zona el cementerio nuevo me
consta que aparecieron ahí algunas piezas de época prehistórica, probablemente
de un castro que existe en esa zona. También se habla de un monte de O Castro
en Xil… Disponer de un yacimiento de este tipo sería además un aliciente más
para el turismo y una forma de atraer visitantes a nuestro municipio.
¿Alguna otra actuación que
echa en falta?
Sí,
me gustaría que se creara un museo, si no a nivel municipal, sí cuando menos a
nivel comarcal, para albergar este tipo de piezas. Creo que sería de gran
interés para la Mancomunidade contar con un museo etnográfico y que aportaría
mucho valor a la comarca. Hace años lo llegué a comentar con Jorge Domínguez,
que entonces era también presidente de la Mancomunidade, pero no vi interés.
Mas nunca es tarde para una iniciativa de este tipo, creo que debería valorarse.
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