domingo, 10 de febrero de 2019

Meañeses polo mundo (XII): INDIA
 Basilio Camiña Ucha
Tromonista meañés, voluntario de una ONG en la India


Basilio Camiña tocando en la India
Natural de Simes y con 32 años nuestro protagonista tiene vocación plena de voluntariado. Volcado en la música, el que otrora fuera trombonista de la banda Unión Musical de Meaño, Basilio Camiña Ucha, vive así en la India su cuarto proyecto altruísta de formación musical. Lo hiciera antes en Marruecos, luego en el Sahara en 2013, de donde acabó siendo repatriado por el Frente Polisario ante el conflicto con Malí y Argelia. Aun así ello no le achicó para repetir experiencia en otras zonas depauperadas de Brasil (2014) y Uganda (2015). Y justo ahora acaba de hacerlo en Benarés (o Varanasi), la ciudad sagrada y más antigua de la India, donde viene de completar su proyecto musical con los escolares durante dos meses. No le caen los anillos a este meañés, trombonista que es Grado Superior por el Conservatorio de A Coruña y profesor de Magisterio, para el que lo suyo está siendo su entrega altruísta a los necesitados. Desde el propio Benarés nos hablaba para esta entrevista.

“EN LA INDIA LOS NIÑOS EMPIEZAN CADA DÍA LAS CLASES HACIENDO YOGA Y MEDITACIÓN”

El trombonista Basilio Camiña, primero por la derecha, en Beranés
¿Cómo le llega su proyecto musical a la India?
Es un país que tenía en mente. Me llegó de la mano de “Lotus Spain”, una ONG que dirige la gallega Zulma Tubío, que la puso en marcha dedicada a la India. La conocí precisamente en mi primera estancia como voluntario en el Sahara. Tuve la ocasión de presentarle mi proyecto, le ilusionó y me vine hasta la India para trabajar la música con los chicos. Para ello en mi maleta, siempre viaja conmigo el inseparable trombón.
¿En qué consistía su proyecto en Benarés?
En el marco de la ONG recibíamos a los niños a partir de las 14 horas, que es cuando salían del colegio y, a modo de actividad extraescolar, recibían de nuestra mano clase de inglés, les ayudabas con las tareas de clase y, en mi caso, les enseñaba música. Luego, al filo de las 16 horas comían en la ONG, y el menú habitual, como es toda la India, era siempre un arroz con vegetales.

Nuestro protagonista dirigiendo al coro de niños durante la actuación ante el público en Beranés
¿Cómo abordaba la enseñanza de la música en la India?
Se afrontaba como una actividad lúdica y práctica, todo eran ritmos, juegos musicales con percusión muy básica, muchas canciones, la mayoría en inglés para enseñarles el idioma, logrando crear incluso un coro. Lo hacíamos todo sentados en el suelo, porque no teníamos ni pupitres. Eso sí, aquí ellos empezaba siempre cada día las clases con cinco minutos de yoga y tres de meditación, es un hábito diario en los colegios. El yoga está muy interiorizado, los niños son muy respetuosos con el momento en un silencio total, y es cierto que luego empiezan la actividad mucho más tranquilos. Otro momento de respecto y silencio es la oración que realizan antes de comer.

Los niños del coro derrocharon ilusión durante su actuación
¿Cuántos niños tenía a su cargo?
La ONG trabaja con 47 niños que son apadrinados a través de la ONG en España. De ellos yo enseñaba música a 20 escolares, con edades de entre 8 y 12 años. Son niños de clase baja, la mayoría tienen una casa humilde a modo de chabola e incluso una familia, pero algunos, tres o cuatro, ni eso y viven en la calle, de la caridad, su casa son apenas cuatro plásticos a modo de parapeto.

Otro momento del concierto con los niños de ONG Lotus Spain
¿Cómo es Benarés?
Benarés es una de las ciudades a orillas del Ganges más sagradas de la India. Aquí la espiritualidad y la fusión entre vida y muerte es plena, y son constantes las cremaciones de cadáveres a pie del río. Tanto que, cada día, entre 200 y 300 cadáveres son bajados a orillas del Ganges, para lavarlos con sus aguas sagradas, que vierten sobre el cuerpo. Luego los suben a la pira que cada uno ha levantado en su honor, y donde el queman el cadáver. Al final sus cenizas y los restos de la hoguera son vertidos al río, para bajar camino del mar. Aquí el espectáculo sobrecoge cualquiera en los primeros días, luego te acostumbras. La tradición refiere que todos los que mueren en Benarés, o en un radio de 20 kilómetros, han alcanzando el último escalón de la reencarnación, para el descanso eterno. Por esta razón muchos enfermos terminales son trasladados en sus últimos días hasta aquí por la familia, para que puedan morir en Benarés y cumplir su deseo. Incluso hay ricos en la India que dejan dinero para que su cadáver sea trasladado a Benarés y que su cuerpo, después de lavarlo en el agua del Ganges, sea cremado en la orilla y vertidas sus cenizas al río sagrado.

Aprestándose para el inicio del concierto
¿Qué más le ha sorprendido de esa una ciudad así?
Amén de las cremaciones a pie de río, las muchas vacas que andan por la ciudad, porque son animales sagrados en la India, y también muchos perros. Convives con naturalidad con las vacas, en una ciudad con más de un millón de habitantes y con unos índices de polución enormes.
Usted que acaba de pasar mismo las Navidades en la India, ¿se tomó las uvas en Nochevieja?
(Risas) Bueno, he logrado tomarme doce uvas pasas en un restaurante, fue lo más pude. Aquí saben lo que es la Navidad, pero apenas sí se festeja en algunas pequeñas comunidades cristianas. En el coro de la ONG incluso aprendimos y cantamos un villancico, a título anecdótico, explicándoles el porqué de estas y otras canciones.
Supongo que, como voluntario en una ONG el trabajo no le reportó salario alguno ¿o sí?
No, lo único que “Lotus Spain” facilita es la manutención, con una habitación y comida, no más.

Momento de la actuación musical de clausura
¿Y qué es de su trombón en la India?
Es el amigo inseparable. Tanto que por las tardes, al salir de las clases, o en los muchos festivos religiosos que hay aquí, me pasaba las tardes como músico callejero en el paseo, a orillas del Ganges. Aquí no hay músicos callejeros, pero yo pregunté a la gente si podía tocar y me dieron libertad plena para hacerlo. Así amenizaba el paseo con mi trombón, tocando el himno gallego, la marcha del “Antergo” reino de Galicia, alguna muiñeira y canciones de The Beatles.
¿Captaba con su música la atención de público?
Mucho, pero no sólo por el hecho de tocar, sino sobre todo, por el trombón. Aquí no conocen éste ni muchos otros instrumentos, hasta me tienen preguntado si lo que yo tocaba en realidad era un piano.
¿Cómo son los precios en la India en la comparativa con España?
Es todo muy barato. Lo que realmente es muy caro en la India es el aceite de oliva, tanto que una pequeña lata de 33 centilitros vale, al cambio en España, unos 6 euros.
¿Que caracteriza su gastronomía?
En la India todo es arroz con vegetales y muchas especias. La carne apenas se come, por supuesto que la ternera ni por asomo, a lo sumo lo único que aprovechan de la vaca es la leche.

¿Prepara ya su regreso a España?
Público asistente al concierto
No, ahora que quedo hasta mayo. Estoy ya embarcado en realizar un viaje por el Nepal, país que está justo al norte de esta región donde se enclava Benarés. Lo haré en compañía de Enrique Rey, un amigo de Simes que está acaba de llegar y que se sumará conmigo al viaje.
En su viaje por el Nepal será obligado visitar el Himalaya.
Sí, me ilusiona mucho el hacer alguna ruta por me lleve a las estibaciones del Anapurna.
Voluntario en ONGs ¿hasta cuándo?
Hasta los 30… pero ya tengo 32 (risas). No sé, no me he puesto un límite. No tengo otro destino ni otro proyecto en mente. De hecho nunca los tuve cuando regresaba, pero mi mente siempre acabó por concebir otro con el tiempo, ahora no sé, por el momento ni pienso en ello.





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