ORACIÓN POR VENEZUELA DESDE SIMES
Interior de la iglesia de Simes durante el acto |
Cerca
de un centenar de personas, entre niños de la catequesis y adultos, se daban cita
a media tarde de ayer en la iglesia de Santa María de Simes (Meaño) para
participar en su “Oración por Venezuela”, a modo de “rosario meditado”, con la
participación de los niños más del coro parroquial infantil de Santa Eulalia de
Vilagarcía. Todo ello movido por el cura párroco Juan Ventura Martínez, más el
catequista Fernando García Sanz, quien doblega su labor en Vilagarcía, San
Vicente de O Grove y Simes.
Para
la ocasión el altar mayor estaba presidido por una somense bandera venezolana
junto por la virgen Santa María, patrona de Simes a la par que de Venezuela. El
acto arrancaba con una misiva en voz, enviaba para la ocasión por un sacerdote
venezolano, agradeciendo el compromiso a los presentes en el templo con la
causa. Entre el público congregado, la propia alcaldesa de Meaño, Lourdes Ucha,
más una colonia de una treintena de venezolanos de las comarcas de Pontevedra y
Arousa, que se desplazaron hasta Simes para participar en el acto.
Hospitales para morir
“La
situación del pueblo llano y los sacerdotes en Venezuela es agónica -reconocía
justo antes del inicio el cura párroco Juan Ventura-. El testimonio de un
sacerdote en Cumaná nos refería esta semana como en un mes lleva enterrados
catorce niños que, desnutridos, han muerto por una simple diarrea, porque no
hay medicinas y los hospitales están convirtiendo en lugares a donde se va a
morir, no a sanar, mismo los neonatos, a poco que cogen cualquiera de los virus
que pululan en los hospitales por doquier”. “Y la otra cara -agrega- son las
amenazas de muerte que están recibiendo incluso muchos sacerdotes. Su delito,
el compromiso de apoyo con la gente necesitadas del pueblo llano”.
La colonia venezolana posa con su bandera al término de acto en el atrio de la iglesia |
Entre
los venezolanos presentes, Freddys Rafael Hernández, afincado desde hace dos
años con su esposa en Poio, que era pueblo del que era natural su suegra:
“tuvimos que venirnos -refiere- porque, mi esposa, administrativa, y yo
ingeniero civil, cobrábamos tan poco que ni nos daba para vivir”. “La situación
en Venezuela -explica- ha degenerado tanto en 18 años de chavismo y más aún con
Maduro que está al límite. Lo peor, la inseguridad ciudadana que se respiraba a
cada hora, tanto que donde yo vivía teníamos que organizarnos los vecinos para
defender el barrio. Y por arriba, un narcogobierno corrupto, no hablo ni de
izquierdas ni derechas, sino de un narcogobierno que ha implantado un
terrorismo psicológico que te tiene en una amenaza permanente”.
A la
par, Freddys Hernández se hace eco de las carencias sanitarias: “los hospitales
venezolanos -afirma- carecen de lo más esencial: sueros, hasta de gasas, y en
ellos se muere por una simple apendicitis. A los enfermos hospitalizados ni les
dan de comer, han de ser las familias las que tienen que llevarle comida al enfermo
al propio hospital… es desesperante”. “Y mismo -agrega- se sufren tantas
carencias que ni en los hoteles de cinco estrellas puedes encontrarte con papel
higiénico, porque no hay”.
Otro momento de la oración en el tempo en recuerdo de Venezuela |
Universitario a prisión
Por
su parte, a sus 22 años, Guillermo Escalona que se instalaba en Dena con su
madre más un hermano de 12, refiere el momento de la Universidad. Y es que él,
estudiante de ingeniería en la Universidad Unexpo, sufrió en su propia piel la
represión del régimen de Maduro: “me detuvieron en una manifestación
universitaria el 10 de abril de 2017, que era una de las muchas protestas
universitarias contra el gobierno. Nos rodeó la policía y acabé detenido con
otro compañero. Por ello pasamos un mes en prisión y pretendían alargarlo y
trasladarnos a la cárcel de Uribana, que es de las donde están los mayores
delincuentes del país. Afortunadamente un periódico hizo público nuestro caso,
y esa presión de los medios de comunicación llevó a que nos pusieran en
libertad”. Su llegada a Dena, está vinculada a una amiga de la familia, Dineida
Peña, venezolana ella también que se asentaba en 2014 con sus dos hijas en la
localidad meañesa, pueblo del que los padres de su marido son naturales. “Que
mi marido venga para España -explica-, de momento no puede ser, porque sus
padres son muy mayores”. Como en su caso, Guillermo Escalona reconoce que en el suyo “fue mi
padre quien nos envió para acá para salvarnos”.
La alternativa Guaidó
Sobre
la alternativa de Guaidó, aunque el joven estudiante de ingeniería también
recela ante el temor de que le dominen intereses de multinacionales, Freddys
Rafael Hernández reafirma su confianza: “es el tercer hombre el grupo de
Leopoldo López -explica-, y responde a un grupo formado intelectualmente, en
que cabe tener mucha esperanza para regenerar el país”. Sobre la posibilidad de
que la crisis degenere en conflicto civil abierto Hernández entiende que “esa
posibilidad no va a ocurrir, porque conforme se siga tensando, Maduro y sus
élites comprobarán pronto que detrás, en realidad, no tienen apoyo ninguno en
el pueblo, y estarán abocados a dejar el gobierno”.
Un
Freddys Hernández que se mostraba encantado por la iniciativa de la parroquia
de Simes: “es una oportunidad estupenda para visibilizar el conflicto
venezolano, como también lo debían hacer los pueblos para visibilizar las
situaciones de opresión y miseria en otros países del planeta. Se trata de movilizarnos
y solidarizarnos por subsistir”.
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