Cerca de Meaño, el vecino concello de Ribadaumia alberga estos días en una cuadra de la localidad de Leiro una de
las consideradas vaca más grande de España que ha registrado un peso, ahí es
nada, de 1.515 kilos en vivo, y que en canal se prevé ronde los 880 kilos de
carne para colocar directamente en el mercado. Será por pocos días, dado que
en un par de semanas su propietario prevé que la res sea sacrificada en un
matadero que la precie.
UNA VACA COLOSAL
Manuel Nuñez muestra su vaca de 1,5 toneladas |
La
colosal vaca era compraba el pasado miércoles 23 de enero en el mercado de ganado de
Santiago por el tratante de ganado ribadumiense Manuel Nuñez Castro, labor que
le llegó legada de la tradición familiar, por cuanto antes su abuelo, y luego
su padre, se habían dedicado al mundillo de feriantes de ganado, asiduos de los
mercados de Silleda, Santiago y, en sus años, Mosteiro.
“Este
animal -explica Manuel Nuñez mientras saca la vaca de la cuadra para
mostrárnosla- es un coloso tal que, por su tamaño, era la atracción del mercado
de ganado esta semana en Santiago. La compra, después de varios interesado,
logré cerrarla a última hora con el dueño, un ganadero de cerca de A
Fonsagrada, justo ya de la frontera con Asturias”. “La res -explica- tiene ocho
años y me consta que el propietario la crió con cariño junto a tres reses. En
todo ese tiempo alimentó a base de prado y mazorcas de maíz, pero sólo empreñó
una vez y parió entonces una ternera y la cría murió”.
A
sus 46 años, y con 21 dedicados a esta labor, Manuel Nuñez comercializa unas
3.000 reses al año, animales coloca en los mercados desde 1997 a través de
“Ganados Leiro”, la firma familiar que asume desde entonces como autónomo. “De
las más de 50.000 vacas que habrán pasado por mis manos a lo largo de todo este
tiempo, este en la res más grande que jamás vi en el mercado”. En base a su
experiencia en el sector explica que “una vaca común ronda los 500 ó 600 kilos
y, a lo sumo, una que sea muy buena puede alcanzar, a lo sumo, los 1.200, no
más. Mismo en Australia se ha registrado la venta de uno de estos animales que
pesaba los 1.400 kilos, pero esta supera todo lo que sé”.
El
traslado de la res supuso le supuso su entrega, dado que por el tamaño, fue la
única vaca que pudo transportar en propio su camión, para traerlo desde
Santiago a su actual cuadra, dispuesta a pie de de su vivienda, en Leiro. Para
hacernos la idea, apostilla que “en este camión puedo trasladar hasta ocho
vacas, pero en este caso no había sitio para más, por su volumen precisaba de
la totalidad del remolque, que el animal viajara cómodo y tranquilo, y sobre un
suelo bien mullido”.
El tratante exhibe su vaca junto a su camión parta transporte de ganado |
“Vacas
de este tamaño -explica-, son muy preciadas por su calidad, lo que valora mucho
el mercado del País Vasco y Madrid, que son mercados solventes para colocarla
en restaurantes que se precien”. De hecho, reconoce Nuñez Castro, “aunque el
mercado de ganado ha bajado con la crisis, no lo ha acusado el recorte este
tipo de animales, porque esos restaurantes de postín han seguido contando con
clientes de alto nivel adquisitivo”.
De
una vaca viva se estima que en torno al 58 por ciento es carne para su venta
directa en el mercado. “Hace unos años -apunta nuestro protagonista que, con la
res en el exterior, atrae el animal la atención de la familia- Durango registró
la vaca más grande en peso de Europa, que en canal supuso 871 kilogramos de
carne, y en esa cifra puede moverse este animal”.
Manuel
Nuñez, que había trabajado durante años vendiendo a través de su firma, mismo a
Francia, centra hoy su venta más en el mercado nacional. Muchas de sus
transacciones las realiza con la madrileña Suministros Medina, que cuenta con
una sucursal en la comarca coruñesa de Bergantiños.
Aquellos
inicios del protagonista en los 90, al asumir la labor familiar tras el
prematuro fallecimiento de su padre, le convirtieron en uno de los tratantes de
ganado más jóvenes en pisar entonces los tradicionales mercados de Santiago o
Silleda. Lo plasmó en 1997 con la creación de su firma “ganados Leiro” en toda
regla. A lo largo de este tiempo sus reses llegaron a reconocidas cadenas de
alimentación nacional y mismo -amén de carnicerías de la comarca- en buen
número y durante años a Francia. Su implicación con los eventos sociales y
deportivos le llevaron a colaborar hasta en patrocinar la base de fútbol de la
S.D. Pontearnelas.
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