UN
AÑO SIN JORGE DOMÍNGUEZ
El
pasado miércoles 20 de noviembre se cumplía un año de la muerte de Jorge
Domínguez, regidor que marcó una época como alcalde de Meaño durante 21 años, y
como presidente de la Mancomunidade do Salnés durante ocho. Nuestro particular
Ventanuco se abría en enero precisamente con una página de hemeroteca en recuerdo a su persona a través de su primera entrevista concedida a FARO DE
VIGO en 1993. Y si un fotógrafo lo captó como ninguno a través del objetivo de
su cámara a lo largo de estos años ese no fue otro que José Luiz Oubiña, otrora
profesional de FARO DE VIGO.
Jorge Domínguez en un pleno durante su última legislatura. Foto: José Luiz Oubiña. |
Al mediodía del pasado miércoles día 20 de noviembre, hacía exactamente un año, se conocía la noticia de un
fallecimiento que conmocionó Meaño y por extensión la comarca. Aunque padecía
un cáncer desde hacía justo dos años, enfermedad que sobrellevó con gran
entereza, muchos se habían contagiado en ese tiempo de su vitalidad y confianza
en la recuperación. Trabajador incansable, siguió ejerciendo su labor de
servicio público como alcalde y, en su última etapa, también como diputado
provincial hasta días antes de fallecer, acudiendo a diario a su despacho en la
alcaldía y, en un ejercicio de superación, estando presente en actos públicos
en una última época en que su salud se había deteriorado ya ostensiblemente. Él
lo justificaba siempre: “el alcalde debe estar en la calle -solía decir- porque
hay vecinos que con tan sólo verlo y saludarlo se sienten más felices, y
eso no se lo puedes negar a la gente”.
A
pesar de la enfermedad, y confiando en la recuperación, había decidido
presentarse a la reelección en las municipales de 2011 en las que, pese a una
campaña de la que estuvo ausente por su estancia hospitalaria, obtuvo por sexta
legislatura una holgada victoria por mayoría absoluta. Su hija Rebeca Domínguez
recuerda hoy como la suya fue una decisión firme: “él nunca dudó en volver a
presentarse -asegura- y, si en algún momento lo hizo, creo que la enfermedad le
borró esa duda: lo deseó si cabe con más ahínco, porque era una forma de continuar con la normalidad y de no venirse abajo, algo que, por supuesto, en casa
respetamos profundamente”.
Su
mano derecha en el concello en la última etapa, Lourdes Ucha Varela, tomó su
relevo en la alcaldía. “De él aprendí la importancia del trato con la gente -reconoce hoy-, el estar en el despacho recibiendo a diario a los vecinos, sin cita
previa alguna, para ayudarles a solventar sus problemas y las muchas horas que
dedicaba a esta labor a lo largo de todo el año, de hecho él nunca se tomó un
mes de vacaciones durante esos 21 años porque su vocación de servicio público
era plena”.
Tenía
53 años. Ingeniero técnico agrícola y técnico superior en riesgos laborales
Jorge Domínguez Rosal se había casado con apenas 18 años con Milagros Pérez Gándara,
matrimonio del que tuvo dos hijas. Durante la transición colaboró activamente con Germán Rodiño en la confección de su programa y la primera lista con la que éste consiguió la alcaldía tras las primeras municipales. En 1985 entra como funcionario en el
concello de Meaño de la mano precisamente del propio Rodiño,
ejerciendo eventualmente la secretaría. Su profundo conocimiento de las gentes
del municipio y su vocación pública le llevan a encabezar un proyecto propio,
Independentes de Meaño (IM), con el que se presenta a las municipales de 1991,
cuando contaba 31 años, comicios que gana por mayoría desbancando a Rodiño,
quien era alcalde desde la transición. Su proyecto independiente se mantuvo
hasta el año 2003 en que, tras ser tentado en varias ocasiones, acepta
integrarse en el Partido Popular con el que siguió contando con el apoyo
abrumador de los meañeses.
“Él
fue un valiente, en 1991 se jugó su futuro y el de toda su familia
presentándose a unas elecciones en las que, si perdía, tenía asumido que iba a dejar su plaza de funcionario e irse
a la oposición, lo que suponía renunciar a un futuro que tenía asegurado”. Quien así habla es Tino Otero Camiña,
su mejor amigo en todos estos años, amén de su “jefe de campaña” como a
Domínguez le gustaba decir. Amigos desde la infancia en el Lores natal de
ambos, Otero Camiña se asentó en Sanxenxo -concello éste en el que trabaja como
funcionario- pero mantuvo sus vínculos con Meaño a través de Domínguez,
si bien hoy reconoce que “para mí Meaño sin Jorge se acabó para siempre". Tino Otero ensalza rasgos de la personalidad del que fue su amigo: “Jorge fue un caballero, en aquellas elecciones duras, con familias divididas, con gente que se portó mál con él... Y él nunca tuvo una mala palabra contra nadie, si cabe era más duro con los que estaban a su lado".
Domínguez jura el cargo de alcalde en junio 2011 |
Otero recuerda también el paso de Domínguez por la Mancomunidade do Salnés “que
de aquella era un desastre, llevaba
cinco años sin rendir cuentas y en tan sólo tres meses de presidencia Jorge la
puso al día”. Y prosigue en sus recuerdos: “te puedo decir que era el alcalde de la provincia más
querido por los funcionarios, y eso que en las nóminas era un rácano con ellos,
yo mismo, que soy funcionario en Sanxenxo, se lo decía en repetidas ocasiones, pero él no despilfarraba un
duro. Era un gran gestor, elaboraba expedientes ante la administración que eran
verdaderamente brillantes… Ten por seguro que si la política se midiera por
preparación, capacidad y vocación de servicio público, y no por otros
parámetros, Jorge hubiera sido un number
one”
Alcalde de derechas ¿gestión de
izquierdas?
Su
gestión se basó en los 90 en dotar a Meaño de unos servicios básicos de los que
carecía (agua, basura, saneamiento…) para, a partir de entonces, incidir más en
una apuesta social (centro de mayores, atención domiciliaria, guardería…), y
hacerlo siempre dentro de una política de contención del gasto público, tan de
moda hoy, y que se reducía a una máxima: “no gastar lo que no tienes”. Aunque
militando en las filas populares muchos veían en él a un político progresista
con tendencias de izquierda, lo que podría desprenderse, amén de su apuesta por
las políticas sociales, de su firme defensa del sector público frente al
privado, de ahí que servicios como la recogida de basura, la limpieza de
edificios públicos, la explotación de la piscina, la guardería o el centro de
mayores, entre otros, fueran asumidos -y lo siguen hoy- directamente por el
concello meañés.
Otra imagen de Jorge Domínguez en su última legislatura captada en estado puro por la cámara de José Luiz Oubiña |
Eso sí, su sentido crítico con el mundillo político se puso de manifiesto en más de una ocasión. “¿Ser diputado en el parlamento gallego? A mí lo que me llena es ser alcalde de mi pueblo no el ir allí a levantar el dedo” reconoció en cierta ocasión. O en otra cuando afirmó: “creo que el hecho de que concellos pequeños privaticen servicios como el de la basura habla mal de nuestra capacidad de gestión como alcaldes: el privatizar un servicio a la larga siempre ha de salir más caro a los vecinos”. O cuando justificaba la abstención de Meaño en la votación para adjudicar el mantenimiento del campo de golf del Monte Castrove: “no votamos a favor de ninguna de las empresas que se presentaba a concurso porque ningún concello aceptó nuestra propuesta ¿Qué cual era?: la de crear una empresa pública para tal fin”. Y alguna entre bastidores hablando de la corrupción, tan de moda hoy: “la política siempre te ofrece tentaciones -confesaba-, pero yo prefiero tener la conciencia tranquila y conformarme con un plato de comida caliente en la mesa”. O, cuando ya en su últimos años, en una carta abierta publicada en la prensa escrita criticaba que, en estos tiempos de crisis, el gobierno impidiera a concellos saneados como Meaño el poder pagar la extra de navidad a sus funcionarios. Y una última que sale de nuestro tintero: “pienso que lo mejor que puede ofrecer un padre a sus hijos es que éstos puedan ir con la cabeza alta estando orgullosos de haber ser hijos de ese padre”. Buena reflexión para un final ¿o no?.
Que gran político se perdeu o pobo! Desos que se preocupan polo interese xeral, deixando a un lado o do partido!
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