domingo, 15 de abril de 2018

conversas.com
Abraham Cupeiro López
Coleccionista de instrumentos antiguos
                                                          
La Escola de Música de Meaño, dentro de acogió recientemente una exposición de instrumentos ancestrales del mundo, piezas que atesora el músico lucense Abraham Cupeiro, natural de Sarria y que, en la actualidad, es profesor de trompeta en el Conservatorio de A Coruña. Un Abraham Cupeiro que presentaba también en el santuario de San Benito de Lores su disco “Os Sons Esquecidos”. Lo hacía con un concierto que era el primera de una gira de 37 actuaciones programadas en diversas partes de España. El público llenó el aforo de santuario para disfrutar de un cuarteto que lideraba Cupeiro que ofreció un particular maridaje entre los instrumentos ancestrales y los actuales.

“ME REGALARON UNA TROMPETA TIBETANA DE TIBIA HUMANA, PERO ME DESHICE DE ELLA”

Abraham Cupeiro en Meaño, visto por objetivo de Iñaki Abella
¿Cómo surge su pasión por los instrumentos antiguos?
Es algo de siempre. Ya desde niño sentía especial atracción por los instrumentos antiguos y fue atesorando alguno desde pequeño, caso de una gaita antigua, un viejo fliscorno, algunos instrumentos de banda de música… Fue a partir de 2005 cuando, a raíz de viajar para tocar en conciertos en otros países, me fui haciendo con instrumentos antiguos de otras latitudes, y entonces comencé a darle un sentido a todo esto y a organizar una colección al uso.
¿Cuántos instrumentos posee en su colección?
Unos 220.
¿Todos son de adquisición y los hay de fabricación propia?
Algunos los fabricamos en un taller que tenemos mi mujer María Ruiz y yo, en el trabajamos a modo de luthiers en una labor de recuperación, reconstrucción e incluso fabricación de instrumentos ancestrales, porque algunos de la colección son instrumentos que apenas existen. Los hay que también son regalos que me hace la gente.
¿Cuál fue el último regalo?
Un trompeta de hueso de tibia humana…
¿De tibia humana?
Sí, son trompetas sagradas en el Tíbet. Ya me la intentaron regalar en Madrid hace dos años, pero entonces le di un poco de largas. Luego su el dueño me la remitió por correo, pero rechacé e paquete. La última ocasión que fui a Madrid no que quedó otra que aceptarlo.

Un momento de la exposición en Meaño. Foto Iñaki Abella
¿Por qué lo rechazaba?
Me daba un poco mal fario fuera un instrumento de tibia humana. Además esas trompetas tibetanas, según la religión, se fabrican con hueso de una persona que tuvo que haber muerto de forma violenta.
¿La tocó alguna vez desde que la tiene en su haber?
Alguna vez sí, pero no me resultaba agradable. Al final me deshice de ella regalándola a otra persona.
Uno de los instrumentos que llama más la atención del público de su colección es el carnyx.
Sí, es un instrumento celta del que tenemos noticias por escritos griegos o por el propio Julio César, o por algunas monedas antiguas en que aparecía impreso. Sorprende por su forma, pero más aún por su sonoridad. Es un tubo metálico largo, muchas veces con cabeza zoomórfica, que en ocasiones era la cabeza de un jabalí, animal que simbolizaba la nobleza y el valor para entrar en batalla, de ahí su uso en confrontaciones bélicas. Las primeras noticias que tenemos de este instrumento se remontan al año 473 a. C. El único carnys que apareció entero se halló en Francia en el año 2006. Sabemos que tenía un componente sagrado, por lo que los celtas, cuando se sentían asediados y estaban próximos a caer ante los romanos, destruían los carnys y los enterraban para que no cayeran en manos enemigas.


Abraham Cupeiro con su carnys. Foto I. Abella
¿El carnys de su colección es fruto de su taller?
Sí, lo fabricamos basándonos en una moneda romana en que aparecía un soldado romano con este instrumento en una mano a modo de trofeo de guerra. Para ello realizamos un trabajo de investigación, relacionado las dimensiones del carnys con la estatura de un soldado romano en aquella época para preciar el tamaño con exactitud. Del resultado de este trabajo, mitad de investigación, mitad de fantasía, resultó una reproducción muy fiel, tanto que cuando fuimos invitados a Tintignac para probar el carnys original hallado en Francia, comprobamos que el tamaño del que fabricamos nosotros en el taller sólo era 23 milímetros más grande que aquel carnys original.
¿Cuál es el instrumento más antiguo de la colección?
Quizás un clarinete de finales del siglo XVIII, pero tenemos alguno pieza también de gran valor, y que puede ser incluso más antigua, como es el caso de una corna, instrumento de viento muy arraigado en nuestra tradición, que se tocaba en Noruega, Irlanda, y toda la fachada atlántica europea. Se documenta su uso hasta 1930 y pico, y desapareció desde entonces. Esta pieza (la cual nos muestra de su propia mano) la encontró un vecino de Sarria, llamado Carlos Tallón, en el monte hace cuestión de 15 años. Se trata de un cuerno de animal con agujeros laterales a modo de flauta, pero que se toca como una trompeta. Al ser hallado en el monte no sabemos con certeza los años que puede tener.

Alumnos de la Escola de Música de Meaño probando los instrumentos. Foto: I.A.
¿Y se mantenía en perfecto estado?
Sí, porque el vecino lo que se encontró en el monte fue un montón de muebles viejos, y en interior de una cómoda halló, entre otras cosas, esta corna más un candil, que fueron las piezas que extrajo de aquel mueble y con las que se quedó.
¿Cuál diría es el instrumento exótico de la colección?
Quizás un shofar que adquirí en una visita a Arabia, y que me hizo plantearme entonces el darle forma a esta colección.
¿Y ese instrumento que no posee y que le haría ilusión?
Me haría ilusión un toyo, que es una flauta de pan de más de dos metros que es tradicional de Bolivia, y también un oficleido, un instrumento del siglo XIX que sólo tuvo 20 años de vida, pero en Galicia tenemos fotografías con gente tocando este instrumento hasta los años 50.
Usted acaba de editar su disco “Os sons esquecidos” con el que iniciaba una gira de conciertos precisamente en la noche ayer (martes para el lector) en Lores.
Sí, es un gira de dos meses con 37 conciertos programados por Galicia, Madrid y, mismo la semana próxima, en Las Palmas de Gran Canaria. Tiene su versión con cuarteto, en el que toco estos instrumentos ancestrales acompañado de piano, contrabajo y percusión. Pero también ofrecemos una versión para orquesta, como haremos en Las Palmas, o una para octeto que será la que ofreceremos en el Teatro Colón el 17 de mayo. Son conciertos en los que intentamos maridar los instrumentos ancestrales con los modernos, y fruto de esa fusión entre la imperfección y la perfección, alumbrar un discurso sonoro nuevo. No me interesa buscar líneas melódicas en el pasado, sino timbres arcaicos que al oído actual le parezcan nuevos.

Abraham Cupeiro haciendo sonar uno de sus instrumentos antiguos
¿Tiene algún otro proyecto en ciernes?
Sí, estamos también con proyecto “Pangea”, un concierto de música de los cinco continentes con la Banda de Música de Pontevedra que está programado para el 27 de mayo.
Una última curiosidad. ¿Cómo se forma para tocar todos estos instrumentos?
Hoy todo está a golpe de clic en Internet. A través de ella tanto puedes hacerte con un instrumento de otro continente, como un kuray de Asia Central, que es lo último que me ha llegado, como ver un vídeo con un virtuoso del instrumento en cuestión, e incluso hablar con él para que te explique cómo mejorar la técnica a la hora tocarlo.
                                            


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