sábado, 12 de enero de 2019

Meañeses polo mundo (XI): ARABIA SAUDITA
 Álvaro Fariña Blanco "Peli"
Jugador del Unión Dena, trabajando en Arabia Saudita

Llegada de "Peli" el Unión Dena
Después de un periplo por varios equipos de la Primera Autonómica (Bahía, Pontevedra B, Umia...), el delantero del Unión Dena, Álvaro Fariña “Peli” aparcó las botas en noviembre por esta temporada, al aceptar la oferta laboral que le llevó, por su condición de montador de estructuras metálicas, hasta a Arabia Saudita. Allí, de manos de la firma Matalyset, afincada en Mourente (Pontevedra), desempeña su profesión de montador de estructuras metálicas, trabajando para ello en la construcción de la desaladora más grande del mundo. Es a orillas del Mar Rojo, del donde Arabia Saudita tomará agua salada para reconvertirla en dulce y surtir al desierto. A sus 28 años este pontevedrés, meañés de adopción por su vinculación al Unión Dena, y ataviado con su barba pelirroja, parece encajar como pocos en unas latitudes que mira al propio Mar Rojo.

“AQUÍ ES MÁS CARA UNA BOTELLA DE AGUA QUE UN LITRO DE GASOLINA”

Álvaro Fariña en su puesto de trabajo en Arabia
¿Cómo le llega esta propuesta laboral que le lleva hasta Arabia?
Fue la primera oferta que me llegó para irme el extranjero. En mi caso fue a través del jefe de la empresa Metalyset, que necesitaba gente del metal aquí (en Arabia). No me lo pensé mucho, acepté al momento la oferta porque me apetecía un cambio en mi vida, y esta era mi oportunidad. Así, cogí el avión en Vigo, junto con tres compañeros, hasta Madrid, Luego, desde ahí, casi seis horas de vuelo hasta Arabia. Llegamos con muchas expectativas y nos encontramos con un mundo muy diferente.
¿Tiene un componente de aventura su destino en Arabia?
Sí, yo estaba muy encerrado en la rutina en los últimos  años y entendía que era el momento de mi vida para salir, conocer mundo y otras culturas, algo que realmente me apetecía. El mundillo laboral me ofreció esta posibilidad y estoy disfrutando con esta experiencia.
¿En qué parte de Arabia está trabajando?
Estoy trabajando en una zona que se llama Shoaiba, a orillas del Mar Rojo. Nos alojamos a unos 20 kilómetros, en Qatán, que es una mini-ciudad, construida hace tiempo por un grupo de franceses, un Qatán que está vinculada a la ciudad de Jedda, que es a donde acudimos a realizar la compra los fines de semana. En Qatán habitamos en una zona de viviendas individuales, para ello no hay nada más gallego que “donde caben dos, caben tres”, y así vivimos los nosotros que somos amigos de toda la vida y que nos hemos embarcado en este trabajo en Arabia. Como el lugar es lejos de la ciudad, la vida es apenas de casa a trabajo. Por lo demás aquí todo está prohibido, nada de alcohol y nada de bares. La única distracción para matar las horas es la playa que tenemos justo al lado, y bucear porque aquí existe un arrecife con una riqueza de peces de todos los colores que nadan a tu alrededor y que es impresionante. Luego por la noche jugamos al torneo Qatán en el FIFA, que es del que disponemos aquí, hasta que nos entra el sueño.

¿En qué consiste su trabajo?
Ubicación de la ciudad de Jedda, a pie del Mar Rojo
Estamos trabajando en la construcción de la desaladora más grande del mundo que funcionará con energía renovable y que está situada a orillas del Mar Rojo. Su función, el convertir el agua del mar en dulce, porque la gran parte de este país es enorme desierto, y hay muchos problemas de agua dulce. Nuestra labor con Metalyset es disponer toda la tubería: de dúplex, súper-dúplex, inox, fibra y toda la estructura.
¿En qué idioma se comunican en la obra?
Bastante en castellano, porque hay muchos españoles y varias empresas que tienen contrato son españolas. Pero por lo demás está el inglés, porque esto es una mezcla de culturas y hay trabajadores árabes, de la India, de Bangladesh… Y todo el mundo se desenvuelve en inglés, luego un poco de castellano, y así nos ayudamos unos a otros con la traducción… Vamos!: Lenguaje universal.
¿Por qué demandan profesionales españoles?
Porque la empresa en sí es española y confía en los profesionales españoles. Es más, desde Arabia mismo han felicitado a la empresa por el buen trabajo que nosotros estamos haciendo aquí.

"Peli" trabajando en Arabia Saudita
En lo tocante al mundo laboral ¿existe mucha demanda de empleo en Arabia?
No sabría decirte, pero sí es cierto que se percibe dinamismo, mismo aquí donde trabajo hay muchísima gente trabajando y una multitud de profesiones: albañiles, fontaneros, electricistas, soldadores, transportistas, palistas con excavadoras, pintores… de todo. Y gran cantidad de empresas, con trabajadores provenientes de diversas culturas. E incluso gente trabajando en seguridad, que están muy encima, atentos a que cumplas en todo momento toda la normativa de seguridad en el trabajo.
¿Qué más le sorprendió al llegar a Arabia?
El calor, que es inmenso y con mucha humedad. Fue bajar del avión el primer día, a las 23 horas, y hacía un calor enorme. Es duro adaptarse a estas temperaturas. En la obra, donde se trabaja seguido durante las 24 horas,  me tocó el turno de noche y, la verdad, lo prefiero. Es un turno de ocho horas, pero aún siendo de noche empiezas a sudar con el calor que hace nada más llegar, y no paras sudar y beber durante la noche. Además este turno permite disfrutar de la playa durante el día.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de la cultura árabe?
Lo que más, el tema religioso, porque las normas son muy severas. Yo respeto todas las creencias y me adapto, esto nunca me ha supuesto problema alguno… Pero tampoco me queda otra, porque aquí son muy estrictos, no me gustaría tener problema alguno por este tipo de cuestiones con gente de aquí o probar una cárcel árabe, aquí la ley es muy rígida con estos temas, cabe ser precavido.
¿Les afectan a los occidentales o a los trabajadores españoles las restricciones de vida vinculadas al tema religioso?
Sí. Por eso no encuentras bebidas alcohólicas, que es un tema prohibidísimo, y ni puedes pasar una botella en la aduana. Ah! Y tampoco los juegos de azar. A nosotros nos pasó con uno de los amigos que veníamos, y que se traía un pequeño maletín con una baraja de póker, para matar entre nosotros las horas… No lo sabíamos, y cuando lo vieron se lo requisaron en la aduana. Pasamos un sustillo, pero afortunadamente no pasó de ahí.

Álvaro Fariña en Arabia a pie de las estructuras metálicas
¿Y la relación entre hombres occidentales y las mujeres árabes?
Uf! Aquí tienen sus costumbres y las mujeres árabes se unen con los hombres árabes, no se concibe la relación con extranjeros… Además, por ley, no permiten las relaciones si no están casados. Aquí es mejor no tener problema alguno con estos temas, cabe no meterse, porque la ley es muy severa con esos casos, y mejor no  dar lugar a malos entendidos. Además esta zona es purista, muy cerrada, en esta zona el turismo está prohibido, sólo se permite la presencia occidental sí vienes a trabajar, no más. Y mismo para a trabajar debes tener el visado en regla pudiendo estar un máximo de 30 días. Luego debes a salir del país, por lo menos un día, y volver a entrar para que te den un nuevo un visado por otros 30 días, así de estrictos, lo mejor es respetar la ley a rajatabla.
¿Cómo es el ocio del árabe?
Aquí, el ocio es muy escaso. Sólo el viernes, que es su día libre, lo que en España es domingo. Ese es el día de la semana de pasear con la familia, irse a la playa… Pero hombres con hombres y mujeres con mujeres, cada cual tiene sus zonas restringidas, los hombres no podemos entrar en las zonas de la playa que son de las mujeres. Así las cosas no parecen divertirse mucho… pero, quizás, para ellos, sea diversión, no sé. A nosotros, por nuestra parte, nos queda playa, bucear, andar en quad y jugar a la Play en casa para matar el tiempo, no más.

Fariña en su trabajo en la desaladora de Arabia Saudita
¿Cómo es el atuendo de la mujer árabe donde usted vive?
La vemos poco o nada, porque estamos lejos de la ciudad. Sólo la vemos el viernes que es día en que las familias pasean, van a la playa, o cuando nosotros vamos a la compra a un centro comercial en la ciudad. La mujer viste con túnica larga, negra en su mayoría, con burkas, sólo se les ve los ojos, y en ocasiones ni eso. Además no está bien que nos quedemos mirándolas, puede suponerte un problema con los maridos o con la gente.
¿Y en la ropa los occidentales se adaptan al vestido árabe?
No, los occidentales podemos vestir con nuestro atuendo. Aquí, con el calor, lo más cómodo es pantalón corto, camiseta y sandalias. Pero, la vedad, yo me compré un chilaba, la probé y es realmente cómoda. Cuando me ven, la gente se me queda mirando porque les llama la atención ver a un occidental como yo, pelirrojo, con pendientes y tatuajes en los brazos, se me quedan mirando, pero no dicen nada.
En Arabia ¿el acceso a internet está restringido?
Sí, aquí está muy controlado. Hay ciertas páginas a las que no se tiene acceso, mismo a videoclips o cantantes que aquí están vetados… Bueno, aquí se lo pierden.

Vista nocturna de su puesto de trabajo en pleno desierto
Y dado el yihadismo que ha emergido en los últimos años ¿se sienten seguros en Arabia o aflora el temor siendo occidental?
Esta es una zona segura, mismo lo percibimos cuando vas a la ciudad. Lo que sí conviene, es andar con los pies de plomo con todo aquello que te dicen, respetarlo siempre, evitar conflictos con la gente árabe, porque aquí anteponen siempre todo lo que es suyo y lo defienden mucho, por eso es mejor no polemizar en nada. Ante cualquier conflicto con un árabe, aquí la policía y la ley se ponen siempre de su parte.
¿Se hace dura su estancia ahí?
No, sólo ha costado en los primeros días, luego uno se adapta, hasta lo disfrutas. La gente aquí te acoge muy bien. En la obra, todos hacen lo indecible por entenderte, los bangladeshses están muy atentos son muy receptivos… Ahora yo estoy disfrutando el momento y la experiencia, mientras dure el trabajo aquí.
¿Y cómo lleva la gastronomía?
Al principio pensé que iba a comer peor, pero no. Aquí lo esencial es la carne de pollo, el cordero, la ternera. El cerdo por supuesto que no, está prohibido. Y luego el arroz y las verduras como acompañamiento. Todo aderezado con muchas especias, salsas y picante, que para ellos es una forma de combatir el calor. Al principio, comer con tantas especias cuesta, pero luego uno se acostumbra. Cierto que echo en falta la comida de mi madre, aquí sólo pienso en comerme una tortilla de patatas cuando regrese.

"Peli" en el centro con comañero del Dena y el técnico Isidro Barbeito
¿Qué es lo que más echa de menos de Galicia en esas latitudes?
Lógicamente la familia, los entrenamientos de fútbol y los partidos con mis compañeros del Unión Dena, la libertad de quedar y salir a tomar algo en un bar… Todos esos momentos que en Arabia no tenemos, y que ahora valoro si cabe más.
En Arabia Saudita ¿percibe mucha diferencia entre riqueza y pobreza?
Sí, mismo en la carretera, donde hay gente que conduce vehículos de alta gama, pero otros manejan coches tan viejos que parecen llegados de cuando la II Guerra Mundial. Aquí la ciudad te desconcierta por sus niveles de vida: está descuidada, con muchas viviendas reducidas casi al chabolismo, pero a la par, en las tiendas ves a mucha gente comprando, y gustan de marcas caras, de buenas vehículos… es una contradicción con el modelo de vida que tenemos en Occidente.
¿Cómo son los precios en la comparativa España?
Bastante similares, sólo la gasolina en Arabia está muchísimo más barata. Todos los vehículos aquí son motores de gasolina… Y es que en Arabia es más barato un litro de gasolina que una botella de 1,5 litros de agua.                                                     
¿Esa es una forma de hablar o un dato real?
No, no, es real. Figúrate, una botella de agua de 1,5 litros cuesta aquí, al cambio, 0,56  dólares y un litro de gasolina 0,54. En cuanto a comida, algo que es caro aquí es acceder a la patata, porque un kilo cuesta en Arabia, ahí es nada, 0,94 céntimos de euro. Ver para creer.

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