conversas.comJuan Costas Muñiz
Entrenador de Asmubal femenino
El
técnico Juan Costas se reencontró de con el equipo del que se había alejado tras
la irrupción de la pandemia hace un año. Se iba con la sensación de un trabajo
inconcluso. Su retorno en estas navidades supuso un refuerzo anímico para
ilusionarse, él y la plantilla, con un proyecto en construcción. Y es que a
Costas le une un vínculo emocional con Meaño, que ha pesado lo suyo en su
desembarco en el Asmubal: su abuela materna Rosa Dasilva era hermana de
Dolores (señora Lola "A Portuguesa"), mujer ésta última que ha sido santo y seña de una saga de hosteleros
en Dena, con una “Casa Portuguesa”, que siguen regentado sus tíos. En el haber
de este técnico de Mos, una trayectoria como jugador,
siendo portero con Porriño, Novás, Lavadores o Chapela, en categoría nacional.
Su faceta de entrenador la alentó Luis Quintáns, que le llegó a dirigir durante
años en la categorías base y luego la sénior del Lavadores en Primera Nacional.
Una faceta que completó con el cargo de seleccionador gallego en categoría
infantil, combinado al que llevó a convertir en Campeón de España, emergiendo su persona como uno de los técnicos jóvenes referentes del momento. Agradecemento, fotos: Noé P.
“MEAÑO DA PARA UN PROYECTO
BONITO, PERO SE NOTA LA FALTA DE APOYOS”
¿Con que equipo se
reencontró en Navidades cuando vuelve para asumir el banco del Asmubal?Me
encontré a un equipo con los brazos bastante caídos, se notaba que las derrotas
les habían hecho mella anímicamente. Yo, que vine siguiéndolo por los streamings y los vídeos de partidos en
la red, notaba que las cosas no estaban saliendo. En plano psicológico todo es
cuestión de dinámicas, cuando te metes en una adversa es muy difícil salir.
El club prescindió de
usted tras al final anticipado de la temporada pasada por el confinamiento de
la pandemia, y ahora le recaban para intentar levantarlo. ¿Cómo se tomó el
adiós y el ahora el reencuentro?Yo
me había tomado un paréntesis de cuatro años en que estuve fuera de banquillo
dada la situación familiar, con dos niños que requerían su tiempo. Cuando
contactan conmigo en mitad de la temporada pasada, el vínculo con algunas
personas que me llaman y mismo con Dena, que era la tierra de mi abuela y donde
conservo a una familia que quiero, pesó lo suyo. Al llegar me encontré con un
equipo y una gente que, al cabo de un tiempo, percibía que podían hacerse cosas
importantes, con tiempo y a un plazo largo, eso se volvió ilusionante. Luego la
pandemia, la falta un patrocinador para una inyección económica y mi
desplazamiento desde Mos… Todo jugó en contra. Ahora, cuando me vuelven a
llamar, la verdad, es que no me lo esperaba. Pero tengo que reconocer que me
ilusionó mucho: al momento acepté, aparté el plano económico y la distancia, y
se impuso el plano emocional de volver.
¿Cuál
fue la clave para cambiar el chip anímico del equipo tan pronto?El
primero, mismo para mí, fue la alegría de las jugadoras que sentí en el vestuario
de al lado, cuando la presidenta Silvia Lobato estaba reunida con ellas
comunicándoles mi vuelta. Yo tenía claro que ese día, la primera charla con la
plantilla resultaría clave. En ella mi mensaje fue no pensar en el partido,
sino en hacer las cosas bien en los entrenamientos, tanto en el plano de
técnica individual como colectiva, estar concentradas en las sesiones. Si lo
hacíamos bien, los resultados llegarían con el tiempo.
Cuando
tienes en tus manos gente tan joven, en ocasiones, tanto en los partidos y como
en los entrenamientos, sólo ven blanco o negro. Yo mismo experimenté eso como
jugador, teniendo su edad. Ahora como técnico, con la experiencia de los años,
yo veo en todos los colores, y esos colores es lo que tengo que enseñarles a
percibir , tanto dentro como fuera de la cancha.
¿Y cómo
lo traduce en el lenguaje corporal a la hora de dirigir desde el banco?Para
mí, la clave es tirar y aflojar, exigir y distender, como un juego. El técnico
debe estar por encima de los momentos, transmitir confianza, calma, aún en los
más adversos. En el balonmano el reglamento te permite mover continuamente el
banco, y esos tiempos hay que manejarlos: si sabes que una jugadora, por
ejemplo, lo hace bien con el lanzamiento en los entrenamientos, pero en ese
partido no le salen las cosas, no cabe reprocharle nada, y menos gritar. Cuando
la sientas en el banco ya está frustrada ella, y yo prefiero ver con cierta
indiferencia cuando pasa mi lado para sentarse, no decirle nada sobre sus
errores sino que perciba que, en realidad, yo estoy tranquilo. Al cabo, cuanto
toca regresar a la cancha, hablarle con calma, sin discurso largo, sólo dos
indicaciones concisas y muy breves, de lo que quieres que le toca hacer ahora
en la cancha, no aludir a sus errores anteriores, que perciba que yo confío en
su lanzamiento.
¿Le
ve chance al equipo para salvarse del descenso en esta categoría?Sí,
en este momento dependemos de nosotros y los números nos dicen que se puede
lograr. El plantel es joven, con una mayoría de jugadoras entre 19 y 21 años,
con mucho margen de mejora, tanto individual como colectiva. Pero, lo cierto,
es que será realmente difícil porque una categoría nacional es muy exigente,
con equipos muy hechos. Mismo ahora el calendario nos depara medirnos a Oviedo,
Valladolid, Cleba León, Tenerife, Palencia, un Carballal que se ha reforzado
mucho, son rivales muy complicados.
Supongo
que sueña con reforzar el plantel. ¿Por dónde pasarían esos refuerzos, en el
caso de que pudiese llegar alguno, que supongo complicado?Tenemos
un plantel de 12 jugadores más 2 porteras que hacen 14. Lo ideal sería contar
con 17 o 18 componentes, que no tenemos. ¿Refuerzos? Tenemos necesidad en todas
las posiciones, pero, de llegar, mi opinión es apostar por jugadoras que
aporten, pero que sean jóvenes, con margen de mejora para crecer en Meaño,
porque a mi me ilusiona el poder desarrollar proyectos, y para mí este del
Asmubal puede ser bonito en un plazo medio o largo. Meaño reúne condiciones,
sólo que se percibo la falta de apoyos para hacerlo realidad.
¿Dejaría
un mensaje en relación a esa falta de apoyos: aficionados, patrocinadores,
ayuntamiento…?Yo
vengo de trabajar con equipos en Vigo y villas grandes, donde hay muchos
deportes y muchísimos equipos, y los ayuntamientos tienen que dividir partidas económicas
para entre todos. Cuando llegué a un concello pequeño como es Meaño me esperaba
encontrar con un pueblo y un ayuntamiento volcado con este equipo, porque es el
único que ha jugado y juega en una categoría nacional, que recorre media España
llevando el nombre de este pueblo allí donde va. Esa falta de apoyo llama la
atención, a mí y a cualquiera. Sinceramente, me gustaría sentarme con los
responsables políticos, hablarlo con calma, de forma constructiva, conocer las
necesidades. Tal es la situación, que yo cada día tengo que prepararme los
entrenamientos para una categoría nacional en el mismo coche. Llego antes,
estaciono siempre en el mismo sitio y dedico el tiempo dentro del coche a diseñar
la sesión, porque en el pabellón no tengo ni un simple cuarto con una mesa en
el que poder hacerlo. Nadie conoce Meaño, cuando se lo menciono a alguien, me
dicen que si Moaña, Moraña… pero Meaño no saben dónde queda. Esta es la ocasión de
ponerlo en el mapa, con un trabajo enorme en la gente del club. Eso debería ser
un orgullo para todos, y debería percibirse en aficionados, patrocinadores y en
el propio ayuntamiento, que es a quien representa, y para bien, este equipo en
España, que se dice pronto. Detrás hay muchísimo trabajo.
Entrenador de Asmubal femenino
El técnico Juan Costas se reencontró de con el equipo del que se había alejado tras la irrupción de la pandemia hace un año. Se iba con la sensación de un trabajo inconcluso. Su retorno en estas navidades supuso un refuerzo anímico para ilusionarse, él y la plantilla, con un proyecto en construcción. Y es que a Costas le une un vínculo emocional con Meaño, que ha pesado lo suyo en su desembarco en el Asmubal: su abuela materna Rosa Dasilva era hermana de Dolores (señora Lola "A Portuguesa"), mujer ésta última que ha sido santo y seña de una saga de hosteleros en Dena, con una “Casa Portuguesa”, que siguen regentado sus tíos. En el haber de este técnico de Mos, una trayectoria como jugador, siendo portero con Porriño, Novás, Lavadores o Chapela, en categoría nacional. Su faceta de entrenador la alentó Luis Quintáns, que le llegó a dirigir durante años en la categorías base y luego la sénior del Lavadores en Primera Nacional. Una faceta que completó con el cargo de seleccionador gallego en categoría infantil, combinado al que llevó a convertir en Campeón de España, emergiendo su persona como uno de los técnicos jóvenes referentes del momento. Agradecemento, fotos: Noé P.
“MEAÑO DA PARA UN PROYECTO
BONITO, PERO SE NOTA LA FALTA DE APOYOS”
Ter coñecido a xente con esta implicación polo deporte meañés é do mellor que a parte emocional pode un atoparse, iso colma como meañés. Un orgullo contar con esta xente así, tan decidida e sen máis pretensión que facer disfrutar co deporte, e seguir quitando rapazas e repaces para adiante.
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