domingo, 4 de abril de 2021

 

El complejo Arosa en Dena fue durante más de tres décadas centro de ocio para toda una generación del bajo Salnés. Los jóvenes se desplazaban cada domingo hasta esta localidad meañesa para, primero disfrutar del cine en los años 50, que fue su primera oferta, y a lo que luego sumó sala de baile, restaurante, discoteca, cafetería y cervecería. Aquellos inmuebles del complejo Arosa, en pleno centro de Dena, han dejado paso en los 90 a entidades bancarias y comercios, asentados hoy justo donde hace medio siglo los jóvenes expectantes conocían el cine.

 

cuando DENA era AROSA

 

El primer cine que se rememora en Dena, se remonta a finales de los años 30 en pleno centro de Dena, y que rezó bajo la denominación “Espectáculos Touriño”. Un Touriño que legó el recuerdo de hombre de buena planta, acicalado y pudiente, vinculado a las formas del régimen. De su mano se abría aquel primer cine de casi 200 sillas de madera sobre suelo plano, y donde se proyectaban las primeras películas, en sus años en blanco y negro. Aquel resultó un proyecto efímero, debido en parte a una afección pulmonar que padeció el dueño, que minaría su salud y precipitaría su muerte.


El relevo le llegó a finales de los 40 de manos de Calixto Arosa Varela, considerado por muchos un visionario para su época en Meaño. Nacido en Xil en 1928, había orientado sus pasos hacia el seminario, donde cursó 11 años, pero la falta de vocación asomó a última hora para no tomar los hábitos. Ya como seglar, y tras cumplir el servicio militar en A Coruña, dedicó sus primeros años de la posguerra en Dena a impartir clases en el galpón de A Manca, que primero alquiló y luego acabó adquiriendo para convertirlo, a la postre, en centro de ocio.


Complejo de ocio Arosa, Dena, años 60


Cine Arosa
A sus 92 años lo recuerda hoy, junto con su esposa Nelly Lamelas Domínguez, matrimonio afincado en Sanxenxo desde su jubilación. “Abrí el cine -rememora Calixto- cuando yo contaba 21 años (1949), con películas que entonces eran en blanco y negro”. “Aquella primera sala -agrega- era pequeña, con un centenar de butacas, todas ellas de madera. Pero el éxito fue tal, que cada domingo se formaban enormes colas para comprar las entradas. En 1958, cuando llevábamos un año casados, decidimos ampliarlo a una sala de 800 butacas, que eran ya de escay rojo. Eso sí, por aquella el suelo era plano y contaba con un anfiteatro arriba en la parte de atrás”.

Aquel mítico cine Arosa, que perduró y marcó a generaciones, divulgaba sus películas con afiches de mano, algo de cartelería y, sobre todo, un coche equipado con megafonía que recorría el municipio más los concellos adyacentes, atraían a jóvenes de toda la comarca a Dena. “La gente -recuerda Calixto Arosa- bajaba en bicicleta, desde Meaño, Padrenda, Castrelo, Cambados, Vilalonga… Era tal la afluencia que, justo enfrente, había un solar grande de los Caamaño que actuaba de aparcamiento, y cada uno podía dejar allí su bicicleta, donde se la vigilaban por 1 peseta, y que podía reunir en una noche unas 500-600 bicicletas o más”.


Baile das Cañas en Dena 1959


En el cine Arosa, Jose Dios -“Pepiño” como lo recuerda Calixto- fue el primer proyeccionista. A sus 16 años manejaba la máquina Osa, que en 1958, con la nueva sala, se cambió por una Philips. “Yo era apenas un chiquillo -rememora José Dios a sus 82 años-, empecé yendo a clases de Calixto y luego, cuando abrió el cine, me hice cargo del trabajo de rebobinar y proyectar las películas”. “Para mí -añade- era una oportunidad de ver cine sin pasar por taquilla, y Calixto me pagaba el día con alguna propina”. Entre los recuerdos de tantas películas entre bambalinas, José Dios recuerda el tirón de “Ben-Hur”: “Fue un éxito enorme -rememora- y para promocionarla se organizó un grupo de jinetes, ataviados como romanos, que recorrían a caballo las parroquias y hasta Sanxenxo, anunciado a modo de bando la proyección de Ben-Hur en el cine Arosa. Otras como las de Cantinflas y las del cantaor Antonio Molina tenían también muchos seguidores”.
Calixto Arosa llevó su apuesta por el cine más allá, tanto que en los 60 abrió otras salas en Rianxo, Asados e incluso una segunda en Sanxenxo, ubicado éste último en las instalaciones del hotel Terraza. Y, a mayores, fundó la firma “Obelisco” que, con sede en A Coruña, distribuía en exclusiva las películas de la productora Ízaro Films para Galicia y Asturias. 


Calixto Arosa, primero por la izquierda en la acera, con la fachada del complejo Arosa al fondo, centro de Dena, años 80


De baile a discoteca
El papel de Dena como centro de ocio creció aún más cuando, hacia 1959 Calixto Arosa abrió en el solar adyacente, el “Baile das Cañas”, cuyo nombre debía a la cubierta decorativa conformada por cañas que disimulaba las uralitas del tejado. Cierto que, de inicio, nació al aire libre, como baile de primavera y verano,  si bien  mantuvo cierta intermitencia el resto del año: “cuando el tiempo atmosférico lo permitía -rememora Nelly Lamelas-, porque si llovía la orquesta se iba de vuelta”. Y ya cubierto, recuerdan, por este baile pasaron a finales de los 50 y la década de los 60, orquestas como París de Noia, Florida, Poceiro, Melodías o Montes, que eran de lo más preciado de la época, llegando a congregar más de un millar de personas en las mejores noches.

A la par el conglomerado creció. En los 60 abrió una cafetería de postín más un restaurante en la primera planta, cuya sala podía recibir más de un centenar de comensales, y de la que fueron asiduos los banquetes de boda o cofradías del sacramento. Con la llegada de la transición se reubicaron los espacios: la sala de cine se trasladó a la primera planta -en detrimento del restaurante, que desapareció- se mantuvo la cafetería, se dispuso una cervecería que ofrecía las primeras hamburguesas que pudieron degustarse en Meaño y, lo que más dinamizó Dena, fue la apertura de la discoteca Arosa. “La abrimos  el 27 de noviembre de 1975 -recuerda Calisto Arosa-, justo una semana después de la muerte de Franco. 


El presidente Adolfo Suárez saluda a Calixto Arosa y Nelly Lamelas a la entrada de la discoteca Arosa en Dena, inicios años 80

Aquella sala supuso uno de los grandes momentos para Dena y su comarca, convirtiéndose en lugar de cita para muchos”. Desde conjuntos musicales -que hacían su alto para la música discoteca- a los conciertos, no en vano por Arosa pasaron en esos años intérpretes y formaciones como Manolo Escobar, Massiel, Mocedades, Chiquetete, Las Grecas y, ya plena movida, Alaska y Los Pegamoides, entre otros. Una sala que entonces centraba su día fuerte en domingo. Pero otra de las caras que llenó la sala lo hizo en otro ámbito, el electoral, cuando a inicios de los años 80 el presidente del gobierno Adolfo Suárez -acompañado por su ministro Sancho Rof y el diputado Suárez Vence- hacían un alto para rendir visita a Meaño, precisamente en esta sala.
Fueron los años dorados del complejo Arosa, a cuyo abrigo emergieron -y se sostuvieron- bares, sala de juegos y hasta taxistas, que en torno a media decena, ofrecían sus servicios cada fin de semana. La cunetas de la PO 550 -luego las aceras cuando llegaron-, se llenaron durante más de 30 años de pandillas de jóvenes y parejas de enamorados cada fin de semana. A la par, una treintena de personas, entre camareros, acomodadores y demás, integraban la plantilla, labor ocasional de fin de semana dado que, por entonces, no suponía asalariados y se les abonaba contante y sonante a cada trabajador como un extra al término de la noche.


Cafetería Arosa en Dena, inicios años 80

Decadencia y caída
El complejo Arosa languideció a mediados de los años 80. “Dena había sido siempre un lugar tranquilo -recuerda Nelly-. En los años 50 pasaba una pareja de la Guardia Civil, que por entonces llegaba a Dena en bicicleta, con sus tricornios y fusil al hombro, y luego en sus motos Guzzi de la época. Solían tomarse su café caliente en la cafetería, al que invitaba la casa por cortesía y luego hacían la ronda, pero nunca hubo problema porque, por entonces, se respetaba mucho la gente”. “Pero a mediados de los 80 -agrega Calixto- la noche empezó a complicarse: muchos abandonaban la discoteca a horas convenidas para irse a conseguir algo de dinero trabajando en las descargas de tabaco en Seixiños (Dena), en los montes de A Pedreira… Y luego empezó a llegar el hachís y otras drogas. Fue la peste para aquella generación, la noche se hacía difícil, mismo teníamos que empezar a contar con guardias de seguridad… Además empezaron a surgir otros focos de atención de jóvenes en Cambados, la discoteca Canelas en Portonovo… Pronto percibimos que aquello no era ya para nosotros y decidimos cambiar”.
Fue entonces cuando Calixto Arosa y su espesa desviaron sus negocios a Sanxenxo donde el 6 de julio de 1985 abrieron el “Cetoly”, y unos días después, el 28, el “Gina”, dos grandes cafeterías céntricas en pleno Paseo de Silgar, a pie de playa, y que mantuvieron hasta 2004 cuando llegó la jubilación. En medio se había quedado un último intento para reflotar aquel emporio en Dena, que asumieron sus hijos, con una discoteca que rebautizaron bajo el nombre “Dena con gas”. Lo suyo, aquel de 1985, fue un verano efímero que supuso el canto del cisne del otrora complejo Arosa.


Complejo Arosa al fondo, con toldos de entrada verde,centro Dena, inicios años 80


Afiche de promoción de una delas películas del Cine Arosa


Cervecería a Arosa, las primeras hamburguesas en Meño, inicios años 80


Interior de la discoteca Arosa, con zona de copas y pista cental al fondo, inicios años 80


Cafetería Arosa, zona de sofás, inicios años 80



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