Meañeses
por el mundo (V): CHINA
Sara Viñas Serantes / TIANJIN
La
meañesa Sara Viñas Serantes tiene 24 años y es natural de Simes. Estudió
Traducción e Interpretación en Barcelona y hace un año se fue para China con el
objeto de ampliar horizontes y perfeccionar el idioma que estudiara en su
carrera universitaria. Allí vive en las afueras de la ciudad costera de
Tianjin, una de la urbes más importantes e industrializadas del país donde
trabaja impartiendo inglés en guarderías. Comparte piso con otros dos compañeros,
un gallego y una catalana.
“EN CHINA SI SABES INGLÉS HAY MUCHAS OPORTUNIDADES
DE TRABAJO”
- ¿Cómo acaba una meañesa trabajando en
China?
- Hice
Traducción e Interpretación en Barcelona porque quería estudiar chino y para
ello sólo tenía las opciones de irme a Madrid o a Barcelona. En la carrera
escogí el inglés como lengua principal y el chino como segundo idioma. A partir
de ahí tenía claro que si quería perfeccionar el chinés lo mejor era irme allá.
Y la oportunidad me llegó a los pocos meses de acabar la carrera a través de
una agencia de Barcelona que trabajaba con otra china.
Nuestra protagonista en plena sesión de trabajo en una guardería de Tianjin |
- ¿En qué trabajas ahí?
- Doy
clases de inglés en guarderías a través de una empresa que ofrece este
servicio. Las guarderías en China son enormes, en la que estoy yo cuenta con
casi 300 niños de entre 3 y 7 años, y las aulas son de 30 alumnos.
- ¿Qué te dijeron tus padres cuando les
diste la noticia de que te ibas para China?
- No
se extrañaron mucho porque llevaba toda la carrera diciendo que algún día
tendría que irme porque el chinés iba a ser una de mis lenguas de trabajo. Sin
embargo, cuando llegó el momento estaban bastante asustados. Les imponía el que
fuera a estar tan lejos y que me pudiera pasar algo.
- ¿Tu marcha está relacionada con la falta
de oportunidades en España?
- No,
lo está más está más bien con el hecho de seguir formándome y perfeccionando el
idioma.
Vista en invierno desde la habitación del piso de Sara Viñas en las afueras de Tinjin |
- ¿Cómo es Tianjin, la ciudad en la que
vives?
- Tianjin
es una ciudad industrial muy grande. Yo vivo en el distrito de Tangú que se
encuadra dentro de unas zonas de desarrollo econó-mico que se crearon en las
afueras. Estoy a una hora del centro en metro. Vivo en un piso con un gallego y
con una compañera de Barcelona, que estudió en la misma carrera que yo y en la
misma universidad, pero que, mira tú, nos fuimos a conocer en China.
- ¿Cómo son los chinos a la hora del trato personal?
- Al
principio son gente abierta, si bien luego en la distancia corta se vuelven más
cerrados. Por lo demás, son hospitalarios, curiosos y muy educados con los
extranjeros, les llama mucho la atención nuestra presencia, hasta los niños se
nos quedan mirando por la calle.
- ¿Qué es lo que más te costó a la hora de
adaptarte?
- La
desorganización que tienen, los primeros meses fueron caóticos, tuvimos que
mudarnos cuatro o cinco veces, porque aquí todo lo deciden de un momento para
otro, todo va sobre la marcha, hoy empiezan una cosa, mañana la cambian….no
planifican las cosas, no se sientan a pensar.
Nuestra protagonista en el interior del metro en Tiajjin |
- ¿Y cómo nos ven ellos a nosotros?
- Ante
todo aquín nos ven como ricos porque, aunque tengas un sueldo que aquí entenderíamos
como bajo, en realidad aquí estás ganando cinco veces lo que ganan ellos.
- ¿Qué referencias tienen de España?
- La
de toros, fútbol y vino.
- ¿Levanta tanta pasión ahí el fútbol
español?
- Bastante,
aquí se pueden ver en abierto y en directo todos los partidos del Real Madrid o
del Barcelona. También ves a niños por la calle con algunas camisetas de estos
equipos.
- Cambiando de tema, estando ahí ¿cómo
percibes la situación de los derechos humanos en el país?
- En
el día a día no lo notas, pero cuando profundizas un poco sí percibes que hay
temas tabú de los que no les gusta hablar, como son los problemas fronterizos:
Taiwan, el Tíbet… Hace unos días hubo un atentado en la plaza de Tiananmen en
Pequín que protagonizó un grupo separatista y en el que murieron diez personas.
Sin embargo, no se supo nada, te enteras luego algo por la gente en el día a
día ó bien por la prensa internacional, porque la versión de la prensa china es
que no fuera una bomba sino un accidente de un coche que se empotrara en la
plaza.
La meañesa en bicicleta en Tianjin |
- ¿Tienes libertad para acceder a todas la
páginas web en Internet?
- Yo
sí porque tengo un VPN de la Universidad de Granada, pero los chinos no a
todas.
- Para un español que se lo esté pensando,
¿hay oportu-nidades de trabajo para emigrantes en China?
- Si
sabes inglés sí hay muchas oportunidades para dar clase. Aquí necesitan muchos
profe-sores de inglés y hay muy pocos británicos nativos. En China dan mucha
importancia al inglés: extraescolares, academias, todos los universitarios
están obligados a estudiarlo… Lo estudian muchísimo, pero luego a la hora de
hablarlo no se sueltan porque no salen del país y sólo lo hablan entre ellos…
por ello no explotan el gran conocimiento que tienen de esta lengua.
- Hablando de educación. Los informes en
este ámbito ponen a los chinos en la cima. ¿Cómo está organizado ahí el sistema
educativo?
- La
educación en aquí es muy competitiva y está muy cargada de horas. Un niño de 10
años se levanta a las 6 de la mañana, entra a las 7, dispone de una pausa para
comer y por la tarde clase otra vez hasta las 16 horas. Luego mucho trabajo para casa y por la tarde
muchas extraescolares de inglés, de deporte…
- Estando ahí ¿trabajas lo que decimos “como
un chino”?
- Yo
no, por contrato hago 22 horas semanales, que luego en la práctica a lo mejor
son 25, pero no me quejo. Ellos sí trabajan mucho. Aquí en los negocios trabaja
muchísima gente porque cobran muy poco. En una peluquería a la que fui, porque
aquí hay muchas, pregunté y la gente trabajaba de 9 de la mañana a 9 de la
noche, con tan sólo una pequeña pausa para comer en el trabajo algo llevaban en
un taper. Y esa gente gana unos mil yoans, lo que al cambio vienen a ser ciento
y pocos euros al mes.
Sara Viñas en su centro de trabajo |
- ¿Y vacaciones?
- Tienen
dos semanas por el año nuevo chino, que es lunar, por ello cambia cada año de
fecha, este año cuadró con finales de enero en occidente; otra semana con
motivo de la fiesta nacional y después algunos días más en función del trabajo
de cada uno. Nosotras en cambio, tenemos un mes como en occidente.
- Pese a ser un país comunista China se
está abriendo cada vez más a la economía de libre mercado. ¿Percibes mucha
presencia ahí de empresas españolas?
- La
que más se ve es Cola Cao, tanto que los chinos ya la sienten como suya. De
Galicia sé que las bodegas Martín Códax ya dispone junto a otras firmas de una
oficina comercial.
- ¿Es China un país barato para vivir?
- Sí,
en la compra del día a día es muy barato el arroz, la pasta y, sobre todo, las
frutas y vegetales. Por el contrario es cara la leche porque un cartón puede
costar más de un euro al cambio y eso es mucho dinero para ellos, por eso sólo
la usan prácticamente sólo para los niños. También son muy caros los quesos,
que hay muy pocos y en tiendas de importación, el chocolate y la carne de
calidad.
- ¿Y el aceite de oliva?
- Lo
hay en algunas tiendas, pero resulta muy caro, una botella puede costar unos 60
yoans, lo que al cambio viene a ser unos 7 euros y pico.
- ¿Son de tan mala calidad ahí los productos
chinos como en los bazares chinos en España?
- Hay
de todo, incluso productos de lujo. Tampoco tienen aquí el tipo de bazares
chinos que hay en España. No obstante, ellos defienden que cada vez la calidad
es mejor.
Mesa de año nuevo en China con sus platos típicos |
- ¿Tiene algo que ver la comida de los
restaurantes chinos que vemos aquí con la puedes degustar, por ejemplo, en
Tinajin?
- Tienen
algunas cosas en común como el cerdo agridulce y algunos platos de arroz, pero
aquí hay muchí-sima más variedad y está todo mucho más rico. Adaptarme a la
comida no me supuso dificultad alguna. Los chinos elaboran platos exqui-sitos
como las empanadillas “jiaozi” que pueden estar rellenas de verduras, de carne
o de gambas, o el pato Pequín que es una especie de torta con una loncha de
pavo, cebolleta, pepinillos, una salsa y todo enrollado. Eso sí, cuando te
sientas con ellos a la mesa siempre están pendientes de que comas: “come,
come”, te repiten continuamente, ¡vamos! que si crees que tu madre te lo dice
mucho en casa, no es nada comparado con lo de veces que te lo repiten en China.
Además te ponen muchos platos y cuando tú vas y les hablas del chocolate en
seguida te dicen: “¡ah no!, eso engorda”, ¡cómo si no engordara tanto plato!
- ¿Y qué es lo que beben?
- Siempre
agua caliente, tanto en invierno como en verano, dicen que es mejor para el
estómago. Por lo demás infusiones, sobre todo té, la gente aquí va por la calle
con sus termos con infusiones de todo tipo de plantas.
- Supongo que en comida tuviste oportunidad
de probar de todo, ¿qué fue lo más exótico?
- La
estrella de mar a la brasa y la medusa… Bueno lo de la medusa lo supe después
de habérmela comido porque yo no soy mucho de bichos, pero he de reconocer que
estaba buena.
Sara Viñas, pirmera por la izquierda, junto con varias compañeras |
- Si nos vamos por Tianjin, ¿qué no
debemos dejar de visitar?
- La
villa italiana que refleja un poco como nos ven ellos, es una mala imitación,
un poco cutre diría yo… ¡Ah! Y subirse en la noria más aprovechar para dar un
paseo por el lado del río.
- Estando tan lejos, ¿qué es lo más echas
de menos de Meaño?
- La
familia, el estar tranquila en casa, la independencia de coger el coche para ir
a cualquier lado porque aquí me muevo siempre en transporte público donde, por
cierto, no vamos ahí apretujados como se piensa en occidente.
- Estuviste en Simes con hace unas
semanas, ¿qué es lo primero en que pensabas al llegar?
- En
la tortilla de patatas de mi madre, aquí la intentamos hacer alguna vez pero
las sartenes son muy altas y tan malas que al final nos salió una especie de
revuelto. Y también me moría de ganas de ver a mis sobrinas.
- ¿Concibes China como una opción
definitiva o piensas en volver?
- No,
quiero estar aquí tres ó cuatro años, lo suficiente para adquirir un dominio
elevado del chinés, luego quiero volver a Europa.
OTRAS IMÁGENES QUE COMPLETAN LA ENTREVISTA.
Todas las fotos aquí mostradas son gentileza de Sara Viñas
Sara Viñas, tercera por la izquierda, en una actividad de ocio con varios amigos |
La habitación de la meañesa en Tianjín con la bandera de Galicia presidiendo la cabecera de su cama |
Sara Viñas, primera por la izquierda, con varios compañeros |
El fútbol, omnipresente también en la ciudad de Tianjin |
Otra imagen del centro de trabajo de nuestra protagonista |
Cualquier momento y lugar es bueno para echarse una cabezadita ¿o no? |
La muralla china llena de visitantes |
Atardecer en Tianjin |
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