domingo, 3 de junio de 2018


Un momento de la presentación del barco
El “Mar de Libros” es un auténtico barco que echó ancla en tierra. Lo hizo en el CEIP del coelgio de As Covas para reconvertirse en original espacio de lectura, a modo de prolongación de la biblioteca escolar. La embarcación responde a un viejo bote de madera y llegó tras el verano de 2017 de manos de un marinero de Vilanova, con una vida a sus espaldas entregada al mar y a las embarcaciones tradicionales. El marinero en cuestión, que contaba ya con otras embarcaciones, se avino a ceder al centro el viejo bote para la causa. 
 Fotos: cedidas por CEIP As Covas 

Grumetes a bordo!

Momento de la inauruación del "mar de Libros"
Los trabajos de rehabilitación supusieron una labor ardua -explicaba el director del centro Paulo Nogueira- para el que contamos con la inestimable colaboración del abuelo Quinteiro, un carpintero de Simes, que dedicó su tiempo de forma altruista a trabajar en el barco y al que debemos mucho de este proyecto”. “Luego -agrega- los alumnos colaboraron en las labores de pintado de la embarcación, para lo que el colegio organizó un taller de grafitti que impartió la asociación de cultura urbana ‘Vella Escola’, un colectivo especializado en la organización de actividades como grafiti, breakdance, rap, beatbox, y otras manifestaciones de la cultura urbana actual”.


Los alumnos pintan el barco durante el taller de grafiti
Fruto de ese taller de grafiti los alumnos pintaron el barco a su gusto. Lo hicieron con una pintura vivaz y alegre, en la que predominan los colores amarillo, azul cielo y blanco que alegran, y que, desde ayer, visten de gala el “Mar de Libros” en el patio escolar del CEIP As Covas. La pintura del barco incluye en rotulado de mensajes y lemas que gustaban a los alumnos, lo que más, al ser un peculiar rincón de lectura, títulos de libros que habían cautivado a los chavales, así como refranes gallegos. El barco se corona además con una vela de cuatro metros de altura, cuyo izado se efectuaba también ayer en esta puesta de largo.

Las madrinas, el antiguo dueño del bar y el abuelo Quinteiro en el acto
Madrinas de excepción
El acto de botadura contó con dos madrinas de excepción, una enfermera y una auxiliar, que vinieron trabajando durante once años y hasta el curso pasado con una alumna con necesidades especiales, y que se involucraron mucho en todo ese tiempo en la labor de funcionamiento del centro, y en especial de la propia biblioteca. Junto a ellos, el abuelo Quinteiro, sin el cual, la labor de rehabilitación del viejo bote no podría haber sido posible.
“El barco -explicaba Paulo Nogueira- cuenta en el interior de su proa con un mueble y estanterías que albergan lotes libros de biblioteca. Dispone además de una pequeña estación meteorológica, una veleta y una brújula, amén de un cuaderno de bitácora en el que los alumnos irán anotando los datos de la estación meteorológica para quitarle partido luego cara al trabajo de clase”.


Otro momento de la presentación
El colegio pretende que la embarcación sea un espacio vivo durante los recreos. Bien apuntalado, tiene en su interior aforo para doce lectores que, en días soleados, podrán tomar posesión de uno de los asientos de este relajante espacio para disfrutar de sus lecturas preferidas o aventurarse a descubrir nuevos libros a bordo del barco.
Otra de las novedades para darle vida al bote estará en la personalización de la vela. “el objetivo del centro -explica Paulo Nogueira- es que centro es que cada dos meses, un curso del colegio vaya personalizando su vela para ser izada y lucir durante ese tiempo en el patio”. Será la forma de coronar así una embarcación que, a buen seguro, está llamada a convertirse en todo un icono y un símbolo para este centro escolar de ahora en adelante.

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