sábado, 1 de noviembre de 2014


BASILIO CAMIÑA UCHA y MYRIAM PORTELA VARELA
Impulsores de “Música Destino Uganda”

¿Todavía no tienes las chapas o las pulseras de "Música Destino Uganda"? A que esperas para un gesto? No te lo pienses, es muy sencillo, sólo tienes que entrar en la págica de facebook Música Destino Uganda y todo está ahí, a tu alcance, con son solo un click. Este es el proyecto que impulsan dos jóvenes meañeses, Myriam Portela Varela y Basilio Camiña Ucha. Ella, clarinetista de la Unión Musical de Meaño, natural de Lores y de 24 años; él trombonista, ex miembro de la misma formación, vecino de Simes y con 27 años. Se trata de una iniciativa que pretende recabar fondos, instrumentos y material para trabajar con la ONG “Musceee Iganga” que desarrolla su actividad con chavales en una ciudad el norte de la capital ugandesa de Kampala. Ambos jóvenes viajarán además al país africano en enero de 2015 para trabajar in situ durante tres meses con los niños en la escuela de música que está promoviendo la citada ONG. Una ola solidaria que parte y crece desde la red.

“EL PROYECTO BUSCA APORTAR MATERIAL E INSTRUMENTOS, PERO TAMBIÉN TRES MESES DE NUESTRO TRABAJO EN UGANDA”

Los jóvenes meañeses Myriam Portela y Basilio Camiña 
abanderan el proyecto "Música destino Uganda"
La de Basilio Camiña en su cuarta experiencia en el mundo del voluntariado. Había cursado magisterio y, ante la falta de trabajo, se embarcó en 2012 en este tipo de proyectos con ONGs, primero en Marruecos, luego en Sahara y Brasil, trabajando en esos destinos con niños en docencia y formación musical. Para Myriam Portela, en cambio, en su primera inmersión en el mundo del voluntariado. Cursó estudios de óptica, sector en el que trabaja y en el que ha decidido hacer un paréntesis para vivir su experiencia como voluntaria en África.

¿Cuándo y cómo surge el proyecto “Música Destino Uganda”?
Basilio: Surge este pasado verano. Fue a través de internet que contacté con Fran Lavía, un joven músico de Salcedo que acababa de cursar un máster en Holanda y allí había conocido a su vez a John Susi Mpandi, tuba ugandés que estaba cursando el mismo máster y que había impulsando en su país la ONG “Musceee Iganga”. Fran se había hecho eco a través de la red de este proyecto. Yo contacté con él y luego con John, me ofrecí para participar y se lo propuse a Myriam. Y así juntos decidimos poner en marcha “Música para Uganda”.
¿Cuál es el proyecto de “Musceee Iganga”?
Basilio: Trabajar con niños entre seis-siete años y hasta jóvenes de unos veinte que no tienen recursos, y hacerlo a modo de escuela musical para brindarles una alternativa que contribuya a su educación. La idea es llegar a crear con ellos una formación tipo brass band.

Una imagen de la escuela de música con los niños de "Musceee Iganga"
¿Y en qué consiste vuestro proyecto personal de “Música Destino Uganda”?
Basilio: El proyecto tiene dos vías: por una parte, reunir libros y material musical como palas, boquillas, aceites…, pero, sobre todo, instrumentos que es lo que más necesitan, bien sean donados o adquiridos por nosotros con los fondos que logremos reunir, para ser enviados a Uganda. Cierto que el porte es caro y es algo que tenemos que ver cómo gestionamos. La otra vía es desplazarnos allí como voluntarios para trabajar con ellos sobre el terreno durante dos o tres meses a modo de profesores en la ONG. Ya es firme: viajamos el 11 de enero.
¿Cómo puede colaborar la gente con “Música Destino Uganda”?
Myriam: Puede hacerlo participando en los eventos que estamos poniendo en marcha para estos tres meses. Tenemos cerrado un concierto solidario de la banda de Meaño por Santa Cecilia y otro en Navidad con la banda Municipal de Pontevedra. Ya hemos organizado un primer concierto con “The Sharknadoos”, una formación de rock-soul que actuó para la causa en el auditorio de Sanxenxo, y estamos abiertos todo cuanto pueda ir surgiendo por parte de músicos que se ofrezcan para colaborar con el proyecto. Por otra parte organizaremos ágapes y fiestas solidarias en locales de moda en Sanxenxo, Combarro… Una tercera vía es la venta de chapas con el logo “Música Destino Uganda” que hemos diseñado nosotros mismos, y también de pulseras que elaboramos. Y la cuarta opción son los donativos que podamos recoger en huchas que hemos dispuesto en los conservatorios de Vigo, A Coruña, pretendemos también que en Pontevedra, en el concello de Meaño y en varios establecimientos comerciales de la zona que están colaborando con nosotros, o bien que se ofrezcan para ello.


Un momento del concierto que brindaron “The Sharknadoos" en Sanxenxo
¿Cómo se puede conocer ese programa de actos?
Myriam: En la página que acabamos de abrir en facebook y que se llama Música Destino Uganda está todo, es ahí donde la gente puede solicitar los artículos que vendemos, enterarse de cuando son los conciertos e incluso hacernos llegar sugerencias y propuestas de iniciativas que podamos llevar a cabo.
Una ola solidaria que, por tanto, se mueve en la red.
Basilio: Sí toda la información estará ahí de forma transparente, incluso lo que vayamos recaudando para la causa. Ahora bien, conviene incidir que en los conciertos, fiestas y demás que vayamos organizando, nosotros no percibiremos dinero en metálico alguno, sino un vale-compra por el importe de la recaudación que nos extenderá la institución que regente el auditorio o el dueño del local que albergue la fiesta. Esos vales únicamente se podrán emplear en la adquisición de instrumentos y material musical, para lo cual hemos llegado a un acuerdo con la tienda Musical Pontevedra que nos hará un precio especial en todo el material de segunda mano que tenga en stock y que nos pueda ser útil, e incluso seguro nos aportará algo para la causa.

Otro de los ensayos de niños ugandeses enrolados en este proyecto musical
Supongo que mover todo esto les está llevando su tiempo.
Myriam: Muchísimo, yo le estoy dedicando horas cada día cuando vengo de trabajar por la noche, incluso el tiempo del mediodía lo paso haciendo gestiones para casarlo todo.
Y una vez en Uganda ¿uno percibe algo por su labor de voluntariado como profesores de música?
Basilio: No, únicamente tenemos gratis la estancia y la comida. Incluso el viaje corre de nuestra cuenta, hasta el punto de que ya compramos los billetes para partir el 11 de enero, dinero que hemos puesto íntegramente de nuestro bolsillo. Pero seguro que lo más importante será la satisfacción del trabajo hecho.
Prevén una estancia de dos o tres meses, ¿alguna razón para ese plazo de tiempo?
Basilio: La razón es que vamos con visado de turistas y tres meses en lo máximo que podemos permanecer allí. Eso no quita que luego, si surge la posibilidad, demos el salto a países del entorno como Kenia o Tanzania para conocer algo.
Basilio ya tiene experiencias anteriores como cooperante: en Campos de Goytacazes en Brasil con la ONG “Orquestrando a Vida” hace un año, y antes en Marruecos y en el Sahara de donde volvió repatriado por el potencial peligro yihadista en la región, pero ¿que mueve a Myriam a embarcarse en una  experiencia así?
Myriam: Sobre todo el ansia de conocer otro mundo, otra cultura, y el ansia participar activamente en él y ayudar a su gente. África siempre me ha atraído y cuando surgió la posibilidad y lo hablamos no tardé ni un día en decidirme.

Un gesto por una buena causa: ¿a que esperas?
Hablar de África es hoy hablar de pobreza, de inseguridad, hasta de ébola… ¿una no siente algún tipo de temor?
Myriam: No, en África el ébola está muy lejos de Uganda. De cara a otras enfermedades ya tenemos cita en el Departamento de Medicina Preventiva de Montecelo en Pontevedra para vacunarnos en noviembre. Por lo demás no siento temor, y viajar con Basilio, que ya conoce un poco este mundillo del voluntariado siempre ayuda mentalmente. Quizás temo más el shock que me pueda producir tanta pobreza porque sé que vamos a una zona muy deprimida. Estoy segura de que la experiencia va a cambiar para siempre mi mentalidad y en parte mi visión de la vida.
Basilio, después de haber estado en Marruecos, el Sahara, las favelas brasileñas ¿teme que la pobreza que se encuentre en Uganda le impresione más aún?
Basilio: Uf! No creo, después de haber estado en un campo de refugiados en el Sahara y ver aquello… sinceramente, no creo que Uganda sea peor.

Y a todo esto ¿qué le dicen sus familias?
Basilio: En mi caso ya están acostumbrados, es la cuarta vez que viajo como voluntario, incluso en esta ocasión mi madre lo ha visto con mejores ojos porque no voy solo.
Myriam: En el mío decidí no decirles nada a mis padres hasta hace quince días, cuando teníamos ya todo en marcha, íbamos a subir la página de facebook y ya habíamos comprado incluso los billetes. No quería darles opción a convencerme para que no lo hiciera. Al viajar con Basilio creo que se han quedado también un poco más tranquilos.


Nota: conoce más de este proyecto pinchando en el siguiente enlace:



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