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Diego Javier Lorente López
Director de la Banda Unión Musical de MeañoDiego Lorente en el jardín de Hera (Grecia) |
Tras
lo vivido en Italia con la BUMM el maestro Diego Javier Lorente rinde homenaje
estos días a los dioses de Olimpo en tierras griegas, donde disfruta de unas
pequeñas vacaciones con su familia, pisando in situ el jardín y templo de Hera, lugares que inspiraron a José Suñer-Oriola para componer "El jardín de Hera", con la que la BUMM concurría al "Flicorno d'Oro". Atrás, un trabajo ímprobo para rubricar un
concierto magistral en el “Flicorno D’Oro”, tanto que el jurado profesional lo
premió con 96,88 puntos, la puntuación más alta no solo de la cita -con 35
bandas en liza que le hacía acreedora “Flicorno”-, sino históricamente de los
21 años del certamen italiano, reconocido como uno de los grandes europeos de
las bandas de viento. Ayer miércoles noche, último capítulo de un viaje
escalonado, con llegada a Meaño de todo el instrumental, maletas y vestuario
que obligaba a la banda a fletar un porte de ida y regreso por carretera en
camión, con la estampa de un grupo de la
banda descargando ayer y las familias recogiendo el material en la Praza da
Feira.
Natural
de Murcia, Diego Lorente llega a Galicia en 2006 para dirigir la Banda de
Música de O Rosal, para en octubre 2013 asumir la dirección de la banda meañesa,
justo después de que la BUMM consiguiera el primer premio en el WMC de
Kerkrade, entonces bajo la batuta de David Fiuza. Desde entonces y por medio
100 kms. que le separan de A Garda -donde reside- de las clases y los ensayos
de Meaño. Han sido seis años de un Diego Lorente que completa así el círculo
con una remozada banda vanguardista que maneja registros variopintos y a tal
calidad que se gana al público en cada concierto.
“SI MEAÑO TUVIERA AUDITORIO EL PÚBLICO LLORARÍA
ESCUCHANDO A SU BANDA”
Diego Lorente en el tempo de Hera (Grecia) |
Sí,
he recibido muchísimas en el teléfono. Entre ellas, la del director de la Banda
de Barcelona, Pascual Vilaplana, la del director de Cullera, Carlos Garcés, que
son referentes de la dirección en España, o la del mismísimo compositor
italiano Franco Cesarini… Han sido muchas, todas y cada una muy emotivas.
¿Una dedicación suyo para este premio?
A
todos los componentes de la banda y a la junta directiva que, juntos, han
creído en este proyecto.
¿Cómo y cuándo le surge la idea de
concursar en Flicorno D’Oro?
En
2009, cuando dirigía la Banda de O Rosal, quise acudir con ella a este concurso
italiano, del que no se tenían muchas referencias aquí, pero que yo conocía muy
bien. Tenía prestigio, y siendo en el norte de Italia, gozaba de una
organización muy austríaca, exquisita, metódica, muy cumplidora con los
horarios. Pero entonces era imposible: acudir a Italia con la Banda de O Rosal
suponía una inversión que significaba poner en peligro la sostenibilidad de la
escuela. A este certamen italiano ya habían ido varias bandas españolas, pero
Meaño fue la de Galicia en hacerlo.
Cuando propone este reto en Meaño, ¿sonaba
a osadía?
Al
principio sí, pero al poco todos nos fuimos mentalizando, estudiando la fórmula
para hacerlo viable. Era necesario contar con el dinero para tamaño viaje, y
pisar el acelerador en el último año, haciendo más fiestas, poniendo más suela
para hacer más caja y estar en condiciones de financiarlo. Luego se trataba de
rebajar el coste, evitando una agencia y organizarlo por nosotros. Ello me hizo
viajar el pasado mes noviembre a Italia, a las inmediaciones de Riba del Garda,
para buscar el hospedaje para un centenar de músicos, una sala de ensayos,
comida económica… era preciso austeridad. También negociamos los autobuses, los
vuelos… Fue un trabajo ímprobo, pero nos permitió ahorrar del entorno de 8.000
o 9.000 euros. Y esa era la única manera de afrontarlo.
Dirigiendo a la BUMM en el Flicorno d'Oro |
Musicalmente iniciaba el trabajo en noviembre, pero ¿cuándo empezó a notar que las dos obras a concurso empezaban a sonar redondas?
Yo
no pensaba que íbamos a ir tan rápido. Tanto que me animé a que interpretarlas
ya las dos en el concierto de Navidad, en Vionta, donde ya empezaba a sonar, se
notaba que los músicos estaban con muchas ganas, una ilusión enorme, al público
le gustaba… A partir de ahí fue creciendo con muchos ensayos y unas tres
últimas semanas donde las sesiones eran ya rizar el rizo de la perfección en la
dificultad. Además, el poder ensayar en Rovereto el viernes y luego el sábado,
en sesiones intensas de mañana y tarde, fue la guinda para la máxima concentración
de todos.
Felicitando a sus músicos en el Flicorno d'Oro |
Fue
un protocolo exquisito con las bandas. Primero nos pasaban a una sala de calentamiento
donde, a nuestro antojo, estuvimos calentando 40 minutos. Acto seguido nos
pasaban a una sala ya de afinación, y para ello teníamos que hacerlo por un pasillo
acristalado donde que atravesábamos en fila, mientas los familiares allí
apostados nos alentaba un aplauso tan cálido
que resultó un momento tremendamente emotivo, nos dio un plus añadido
para cargar pilas. En la sala de afinación estuvimos 20 minutos, luego una sala
de espera para ordenar la salida al auditorio, lo cual teníamos que hacer por
el patio de butacas, desfilando por delante del público que te recibía con un
aplauso que alentaba. Después de la actuación tocó abandonar de igual manera la
sala, en fila y con una ovación tan grande que nos ponía la emoción a flor de
piel, estábamos notando que realmente habíamos cautivado al público.
En perspectiva, usted asume la BUMM en 2013. ¿Qué banda se encontró y que banda es hoy?
Meaño,
como cualquier banda, tenía también capacidad de mejora, y la sigue teniendo
hoy. Y eso que ha sido una banda que se ha ido renovando generacionalmente, fue
aumentando el número de músicos hasta el centenar que es hoy, cada vez con más
integrantes cursando estudios reglados en conservatorios, todo ello redunda en
esa capacidad de mejora.
Por
un local de ensayos con capacidad para el centenar de músico que somos, esa en
ya ahora una necesidad. Meaño precisa de esa infraestructura, tener mayor
oferta cultural, que estamos en condiciones de ofrecer, Meaño tiene que apostar
más por ello y menos por campos de fútbol.
El triunfo de la BUMM en el certamen de
Kerkrade-2013 supuso la marcha del director David Fiuza. ¿El “Flicorno D’Oro”
puede ser un punto y aparte ahora para Diego Lorente en Meaño?
Para
nada, en mis planes no está marchar, mi ilusión es poder seguir con Meaño otra
etapa larga, si la masa y los músicos quieren. Yo creo que sí, la banda está en
un momento óptimo, muy unidos todos y eso se nota. Meaño además, amén de
dirigir, me brinda la posibilidad de seguir ejerciendo como profesor de
clarinete en la Escuela de Música, y yo necesito disfrutar enseñando del
instrumento, porque eso me completa personal y musicalmente.
Ahora
está el repetir este repertorio en el Festival de Bandas, luego en el Certamen
Gallego y, por medio, toca devolver un concierto con el coro Liceo de
Vilagarcía, que tenemos pendiente, y que no pudimos cumplir en su día al estar
apurados con el “Flicorno D’Oro”.
¿La BUMM está más próxima al público por
los variados registros que afrontan en estos últimos años: música sinfónica,
rock, pop, jazz...?
Sí,
porque el público y la sociedad es lo que ahora demanda. A mí me estaban llegando
proyectos impresionantes, pero no tenemos ese marco, si lo que tocamos en
Italia llega y cautiva al público, en Meaño, si tuviéramos un auditorio, y
pusiéramos sobre el escenario algunos de
esos proyectos, la gente lloraría de emoción escuchando a esta banda, porque el
potencial es enorme. Estamos dando pasos, pero tenemos que mirar al futuro con
optimismo, es el momento para conseguir ese espacio, tenemos que intentarlo de
lleno.
Y en esos registros y proyectos ¿sigue en
mente un concierto de banda con un grupo de rock?
Sí,
sigue en mente, lo mismo que un concierto con solistas y banda, que es otro de
los eventos que me gustaría afrontar.
¿El premio italiano supuso una inyección
económica?
No,
amén del trofeo recibimos un clarinete de la marca Yamaha, valorado en 3.500
euros. Pero lo más importante es este tipo de evento no es lo parte económica,
sino el prestigio que le da a la banda ganadora y, en nuestro caso, la vivencia
que hemos tenido y que se quedará para siempre. Ha sido único, inolvidable para
todos.
BUMBUMMBUMBUMBUMBUMBUMBUMBUMBUMBUMBUMBUMBUMBUMMBUMBUMBUMBUMBUMBUMMBUMBUMBUMBUM
EL GESTO: El Café-Bar se
soltaba a invitaba en la tarde de Jueves Santo a toda la BUMM -tal y como hizo
en 2013 con Kerkrade- a un suculento ágape por el "Flicorno d'Oro",
una invitación a la que acudieron unas 70 personas, entre músicos y directivos.
Un gesto que bien vale un aplauso y nuestro reconocimiento, o no?. Aquí os
dejamos una fotografía del momento, gentileza de la BUMM
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